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Me encomendaron la misión de ser humano, algo que me cuesta cada vez que me levanto.
Me lavo la cara, mirándome al espejo, quejandome por esta cagadera , un espejo me refleja la cara, algo seca, a mi parecer muerta.
Quería sonreír pero sus lágrimas se lo impedían, podía levantar el ánimo de cualquiera en cuestión de segundos, pero el suyo, estaba en el subsuelo. Consumía cualquier cosa que la alejara un poco más, lo peor ya me la he tragado lentamente, algo de música, un olor en el ambiente que me relaja.
Visuales entre mezclados que distorsionan mi visión, estiro mi cuerpo interpretando el papel de niña feliz. Vaya... pues lo haces muy bien. Una sonrisa falsa se formó en su rostro, y las lágrimas cesaron por un instante, momento en el cual me mirl fijamente a los ojos.
Pude ver una mezcla de tristeza, rencor y una llama de esperanza a punto de apagarse. Su historia paso en cámara rápida, volví mi mirada a ella por completo y me sonreía.
La oscuridad de sus ojos me decía algo, me indicaba que era lo triste del mundo reflejado en una persona.
Me aterre cuando volví a la realidad ver que aquel bulto de carne llamado humano, en realidad era yo mirándome al espejo.
¡Ah!

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