La carta

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SungYeol.

¿Recuerdas cómo fue la primera vez que nos conocimos? Nunca te la conté. No porque me olvidará, sino porque es mi tesoro personal. Ja, suena tonto ¿No? Probablemente, pero ese momento es algo que guardo solo para mí. Es un recuerdo que tomo en mis manos y lo abrazo con fuerza contra mi pecho, porque me hace sentir la calidez, y el amor que te tengo.

La primera vez que nos conocimos y que no supiste, ibas sentando en uno de los bancos individuales del bus. Tenías la mirada perdida en el paisaje exterior, llevabas los auriculares puestos y de a momentos tus labios se movían, cantando solo para ti algunas partes de las canciones. Nunca sabré decirte que fue lo que me atrajo de ti en ese momento, quizás la envidia de verte tan relajado, o la curiosidad de qué era lo que pensabas, cómo vivías, quién eras. Algo de eso habrá sido que en todo lo que duro ese viaje, no pude dejar de mirarte. Luego, como si una mano invisible te hubiera sacudido, tomaste tu bolso y te paraste rápidamente hasta el timbre para bajar y alejarte a vivir tu real vida, nada parecida a la que te había creado en mi mente.

La segunda vez sí fue el recuerdo que ambos conservamos. Me senté a tu lado en el mismo bus y por pura casualidad estabas leyendo una novela que yo deseaba leer de hace un tiempo. Pase gran parte de ese viaje con el corazón latiendo a gran velocidad, pero sabía que no podía dejar pasar ese momento. Debía hacerlo, debía. Y con temor, llame a tu hombro. Me miraste con esa tonta cara de sorpresa que haces y tuve que luchar para contener la risa. La cual no contuve mucho, porque en cuando te pregunte qué tal era el libro, me respondiste con un "No sé, solamente lo leía para llamar la atención". Qué idiota, fue lo primero que pensé, y que me hiciste pensar muchas veces más, pero ese idiota era lo más tierno que había encontrado.

Para sorpresa mía, me prestaste ese libro, y ese libro, que hoy aun esta en un estante de mi biblioteca, fue el comienzo de todo esto. De toda esta historia.

Nuestros encuentros en aquel bus se fueron repitiendo más y más. Ya era una rutina más en nuestros días. Subir, verte sentado, sentarme contigo y hablar. Al principio sobre libros, luego música, luego nuestra vida. Comenzaste a bajarte una parada después de donde te bajabas siempre, luego dos, tres. Luego te bajabas conmigo, caminábamos hasta mi casa. Y nunca nos cansábamos de hablar ¿Cómo era que teníamos tantos temas de conversación? No recuerdo. A veces empezábamos hablando del chofer del bus y terminábamos hablando sobre las nubes.

Fueron pasando los días, y supe que aquel chico alto, de voz graciosa y comentarios extraños, me gustaba. Te quería, te quiero como el primer día que me di cuenta que ya no podría estar sin ti. Me pregunto ¿sentiste eso mismo sobre mi?

El día que decidimos bajar de ese bus y pasear con libertad por la ciudad, continuara siendo hasta el día de mi muerte, la tarde más preciada de mi vida. Tuve que detener mi escritura en este momento y mirar mi mano derecha ¿Puedes creer que por uno segundos sentí la calidez de tu dedo meñique rozando con suavidad y timidez mi mano, como aquella vez? Distraídamente te hablaba sobre la florería que tenía rosas azules que ellos mismos teñían, cuando tomaste mi mano con temor. Solo espero que cuando leas esto, vuelvan a ti las sensaciones que tuvimos en esos segundos. Las mariposas de mi estomago, el hormigueo de mis mejillas deseando alzarse a causa de una sonrisa, la felicidad ¿Lo sientes? Cuando me tomaste la mano, ninguno de los dos quiso soltarse.

Comenzaste a alegrar mis días, SungYeol. Probablemente no estés de acuerdo con eso, pero te volviste mi persona esencial. El comienzo de mi vida, podría decir con exageración. Yo solo tenía 18 años, pero contigo supe que había conocido lo que todos llaman "amor". Si se lo digo a alguien más, dirá que era muy joven para tomarlo como amor, y todo eso. Pero ¿realmente existe una edad para saber lo que es amor? Una niña de 12 años que se enamora, ha conocido el amor. Porque el "amor" no es la persona de toda la vida. Amor es la primer persona que hace que no puedas dejar de observarlo, que hace que te duermas pensando en él. Amor fuiste tú, quien me tomo la mano por primera vez, quién me beso por primera vez. La primer persona que hizo florecer en mis labios un "Te amo", porque así lo sentía. La primer persona que vio mi cuerpo desnudo y que dijo que era perfecto, a pesar de la lista de imperfecciones que yo tenía sobre él. La única persona que beso cada imperfección de mi cuerpo y la embelleció.

¿Leerás esto? ¿Volverán a ti las sensaciones de nuestros momentos juntos? ¿Cuándo te abrazaba y sentía tu corazón? Nuestros latidos iban casi al mismo ritmo, me hacía sonreír.

Me hiciste reír muchas veces, SungYeol, y así también enojarme, llorar, volver a reír, amar, odiar, abrazar, besar, golpear, acariciar. Me hiciste vivir todos los sentimientos en todo el tiempo que me quisiste. Sigo preguntándome ¿Por qué ahora no estás a mi lado? Cuando te quise tanto ¿Qué estás haciendo? ¿Dónde estás? ¿Piensas en mí? Ha pasado un tiempo desde que nos soltamos la mano. Desde que te alejaste, desapareciste, y continúo viviendo este duelo día a día. Te extraño, tanto que tengo la sensación de querer arrancarme algo de mi pecho para no sufrir más. Y ya no quiero sufrir, es por eso que esta es la carta de despedida. He escrito muchas, con el similar contenido, pero nunca tenían final. Supongo que guardaba la fantasiosa esperanza. Sigo siendo un pequeño tonto como solías decirme. Este es el final, SungYeol. Ya no estás a mi lado, y no lo estarás. Eres el recuerdo que abrazo contra mí.

A veces subo al bus que siempre tomábamos y como un fantasma, vuelvo a verte sentando, con la cabeza apoyada contra el vidrio y la mirada perdida, cantando solo para ti.

Donde estés, espero que sigas pensando en mí. Te amo por siempre.

SungJong.

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