Los recien llegados

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Aquí estoy yo, caminando hacia el instituto.
De nuevo.

Hace un año que ingresé al Sweet Amoris, una de las muchas preparatorias de mi ciudad, y la más cercana a mi residencia. No podría describir con exactitud el ambiente que se respira dentro de la misma, pero en general un aire de monotonía, cotilleo y hostilidad por momentos es lo que se percibe con regularidad.
Es una institución medianamente grande, donde independientemente de lo que mencioné con anterioridad, el nivel académico es de los mejores en la ciudad.

Cruzo el parque con paso acelerado, al ritmo de la música que suena en mis audífonos. Voy repasando mentalmente cada objeto dentro de mi mochila. ¿Realmente no olvido nada? Cuadernos, laptop, cargadores, lápices, móvil...

Llego a la cafetería y pido lo de siempre. Un latte deslactosado y un paquete de galletas de chispas de chocolate. Faltan 10 minutos para mi primera clase, y el día pinta maravilloso.

El barista comienza a repartir las comandas en la barra, no soy la única que comienza el día de hoy así. Me abro paso entre las personas que estamos en el café, y alcanzo la bebida con mi nombre, que para variar, estaba mal escrito.

Estando ya en las inmediaciones del instituto, comencé a navegar en mi móvil. En ese momento apareció una notificación del app del clima: Fuertes tormentas y lluvias para los siguientes distrit...

-¡Y borrar! -dije mientras deslizaba la notificación hacia arriba en la pantalla de mi móvil-

Ya estaba en la entrada del instituto, donde por pura inercia me dirigí al aula correspondiente para mi clase sin fijarme realmente en mis alrededores. Estaba buscando una canción en mi móvil entre mis playlists, completamente absorta y concentrada en el ritmo de la música, cuando de pronto, choqué de lleno con la espalda de alguien más.

-¿Pero a ti qué te sucede? ¿Estás ciego? -Espetó Castiel mientras se giraba hacia mi con una mirada seca e irritada-

-Ah... Krysta. - Dijo Castiel con desdén-

Hice malabares en mis manos con mi móvil y mi café, haciendo todo lo humanamente posible para no derramar mi bebida en el suelo. Frente a mi tenía el familiar olor del tabaco y cuero de la chaqueta de Castiel.
Me retiré los audífonos y mientras los guardaba en mi mochila comencé a hablar.

-Disculpa Castiel. También te extrañé este verano. -Dije sarcásticamente sin realmente esperar apaciguar su temperamento-

Al tiempo que las palabras salieron de mi boca, Castiel me miró de arriba abajo, tratando de retener una mueca burlesca en su rostro. Llevó sus manos hacia los bolsillos de su pantalón de mezclilla oscuro, provocando que la cadena plateada que cuelga de su cintura provocase un pequeño tintineo.

-Ahm... ¿Castiel?

-Pues vaya... es una lástima. -Se encogió de hombros- Yo no te extrañé en absoluto este verano, sin embargo, extrañaré poderte llamar "tabla de planchar". Parece que por fin entraste a la pubertad, ¡Enhorabuena Krysta!

En todo momento al pronunciar esa oración, Castiel trató de mostrarse lo más serio posible, sin embargo terminó por ceder a la risa al finalmente felicitarme con todo el sarcasmo existente en el mundo.

Me quedé en silencio unos segundos escuchando su risa, mientras sentía que el color subía a mi cara y las mejillas me ardían. ¿De todas las personas con las que pude iniciar el año escolar, de verdad tenía que ser el?

Coronada [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora