♠PRÓLOGO: EL DESPERTAR♠

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Tokyo, Japón

Aburrido y estricto se veía el mundo para un niño de solo 10 años de edad, sentado y sin grandes ánimos de sonreír. Sostenía en sus pequeñas manos un viejo libro de poesía de vanguardia del siglo XIX, regalo por parte de su padre.

Aquel niño de mirada serena, había llegado cerca del río para admirar el atardecer desde una banca de madera muy pegada contra esta. Se sentía solo, sin nadie a su alrededor quien quisiera jugar con él. Hace unos meses se había mudado de Seúl, Corea para Tokyo, Japón. Una ciudad muy bonita pero a la vez muy diferente a lo que era su hogar, la escuela era genial y grande a comparación de las de Seúl.

No habría problema alguno en ese país, solo se hayaba un pequeño detalle; era tímido y demasiado desconfiando con los demás niños. Algo chillón molesto su pensamientos.

Una voz.

-Hola -mencionó una voz con entusiasmo cerca de su oído.

-¡AH! -gritó -en verdad- demasiado alto.

Un poco calmado fijó sus ojos a la niña de aspecto adorable. Era una niña de pequeña estatura ,melena rubia de ojos azules muy hermosos acompañandolos con un leve rubor. Era incómodo ver cómo el niño no dejaba de observarla. Seguiría mirándola sino fuera por un insulto que había escuchado a su lado.

-Eres feo -mencionó un rubio con muchos raspones en sus brazos y piernas

-Yo...

El no sabía que decir, las palabras se le iban de la mente, el modo en la que el rubio lo había llamado hacia que se preocupase más de su apariencia, dichosa rubia tuvo curiosidad.

-Dejalo tonto Len, es solo un niño nuevo por aquí -habló ofreciéndole un manotazo sobre el hombro.

-Pero como sabre si es un niño bueno o malo, Rin -inició un puchero.

-No lo sabremos si te comportas así tonto.

-Ahg, esta bien -contestó tomando asiento a lado de él.

-Soy Len, niño raro -desvió su mirada.

-Lamento el comportamiento de ese problemático niño es muy desconfiado y peleonero -rió-. ¿Cómo te llamas?

-Kaito -dijo mientras apretaba entre sus manos el libro.

-Oh, yo soy Rin y el de a lado ya sabes quién -lo señaló-. Un gusto conocerte

-Igualmente -murmuro.

-Baa, es mejor irnos Rin ya casi anochece

-Espera, solo una cosa más -asintió Len bufando-. Bueno a que escuela vas Kaito-nee

-Mm....bueno estoy en la escuela de la maestra Meiko.

-¡¡Eh!! Vas a la misma que nosotros dos, con la maestra Mei.

-¿¡Qué!? -dijó Len dando un pequeño salto.

-Emm, creo que me tengo que retirar -el peliazul sin decir nada más comenzó a caminar-. Nos vemos luego...creo.

Kaito caminaba contento por fin en algún momento de su vida había conocido a una linda niña y a un niño rebelde, pero al saber que estarían juntos en la misma escuela lo puso más feliz de lo normal. Quería estar rodeado de ese ambiente cariñoso y vil. Aunque eso no pensaba Len.

-Vamos Len es un nuevo amigo entiendelo podrás jugar con él.

-Y quien dijo qué yo jugaría con él, no digas tonterias Rin -frunció el ceño.

-¡Pero no los digo! -hizó un puchero.

-No quiero que sea mi amigo. Me cae mal..

-No lo has conocido amargado.

-Pero... -desvió su mirada sonrojado.

Len era difícil de entender para Rin ya que cada vez que se acercaba a un chico este lo insultaba de una manera no muy amigable. No queria amigos ¿Quién no va a saber que Len tiene celos? Rin no lo comprendía y menos él. Solo lo negaba sin saberlo.

El rubio no sabía que pensar ni cuándo su corazón latía muy rápido al presenciar la bella sonrisa de su amiga. O cuando en su estómago sentía revoloteos cada vez que tomaba su mano para irse con ella a su casa.

¡No entendia!

-Espera, no te enojes si -dijo tomando la mano de él.

Su corazón latió.

-No peleemos por una tontería Len.

-Esta bien -habló con un leve rubor-. Sabes que nunca me alejaré de ti.

-Lo se tontin -levantó su mano hasta su pelo para acariciarlo con ternura.

-Idiota.

-Idiota

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