-Cuéntame una historia!.-
-Prefiero hacerte el amor...- su cabeza sobre el hueco de mi hombro me permitía tener la piel de su espalda al alcance.
La sensación estaba siendo maravillosa.
-Sabes que ni siquiera tú, Comandante, tienes fuerza ahora para eso... llevamos dos días enteros en esta cama! Pásame un poco de agua, por favor.- reí por lo bajo, como siempre, tenía razón.
Sorbió el agua y volvió a recostarse contra mi pecho.
-¿De qué quieres la historia?.-
Tenía mil vidas dentro y ella era tan joven... observé sus ojos, que entre curiosos y profundos no dejaban de leer mi alma.
-Algo que te haya marcado.-
-¿Algo que me haya marcado?.-
La muerte me había marcado, pero no era un tema para traer ahora, quería resguardar este momento en mi memoria y hacerlo sólo haría de este un recuerdo más.
Tenía que ser algo especial.
-Quitarle la capucha!!!!.- Lexa acababa de despertar, la habían drogado y estaba a orillas de una laguna que se adentraba en una cueva, en medio del bosque.
-Luna dice que puedes verla, pero tendrás que ponerte esto. El viaje no será lo que imaginas.-
-No olvides con quién estás hablando.- escupió la Comandante.
Le pusieron delante un traje de una sola pieza, muy ajustado, con una cremallera detrás.
Ya le habían quitado todas las armas y las habían metido en una bolsa gruesa, quitando el aire se cerraba de forma que no podía entrar el agua.
-¿Cómo puedo confiar en ustedes?.- El jefe del grupo que ya se estaba vistiendo giró su antebrazo y le mostró la cicatriz... reconocería el símbolo de Luna en cualquier sitio de la tierra.
Le ayudaron a colocarse un cilindro metálico en la espalda, sujeto con cinchas a su cuerpo. En tubo flexible negro lo conectaba a un aparato.
-Así.- Le mostró como se colocaba en la boca al mismo tiempo que respiraba profundamente.
Lexa probó el aire, sabía bien, buena señal. En su entrenamiento como comandante había aprendido a utilizar las armas y tecnologías de todos los clanes, sabía perfectamente como desplazarse debajo del agua con los equipos del pueblo del bote.
Se colocó la capucha estanca con el cristal que le permitiría ver y caminó hacia el agua. Lo que no entendía era como una laguna la llevaría hasta Luna.
Sabía que tenían su asentamiento en el mar. Y esto no parecía exactamente una playa.
-Necesitará esto, aquí.- le tendieron un tubo que brillaba y se lo ataron a la cincha de su botella. -Sígannos, yo iré al frente, ellos dos detrás.
Bajo ninguna circunstancia hay que soltar la cuerda que está atada a las paredes. Hay que nadar en horizontal, si movemos los pies cerca del fondo se removerá la tierra y no podremos ver nada.
Si movemos la luz de un lado al otro es que tenemos problemas.-
La Comandante asintió y se sumergió en el agua detrás del líder. El brillo del tubo le permitió ver que un poco más allá se encontraba sumergida la entrada a una cueva.
No quedó otra opción que caminar hasta allí, por lo que el agua de la laguna enseguida se volvió turbia, sintió una mano fuerte que la sujetaba y colocaba la suya en una cuerda.
Al momento levantó los pies y comenzó a avanzar.
Unos metros más allá la visión fue increíble. No estaba preparada para esto.
Miró hacia atrás y vio como los dos guerreros que avanzaban igual que ella sujetos a la cuerda, parecía que flotaran en el aire.
Si no fuera porque sabía que era imposible, hubiese pensado que estaba volando. Se quitó el regulador de aire de la boca y sorbió un poco de agua.
Era dulce, estaban en una napa de agua subterránea, seguramente conectarían las diferentes lagunas y las utilizaban para desplazarse sin ser vistos.
-"Siempre fuiste la más inteligente de todos nosotros Luna...".-
Mientras avanzaba comenzó a ver cómo pares de pequeñas luces se movían entre las paredes.
-"¿Cómo es posible?"- y acercando el tubo a la pared vio como pequeños insectos acuáticos y algún pececillo se acercaban curiosos.
A mitad de trayecto empezó a notar que se nublaba la visión... al momento el jefe del grupo se giró, se quitó el aparato de aire de la boca y le hizo una señal para que sorbiera agua.
Lexa lo hizo y frunció el ceño al notar que el agua ahora era salada, también notó cómo había cambiado la temperatura, subiendo un par de grados.
La napa de las lagunas debía conectar con una del agua de mar, así explicaba como llegarían desde allí hasta el bosque.
Levantó un brazo y se dio cuenta que arriba aún estaba fría, así que elevó el cuerpo y saboreó el agua dulce. -"No se mezclan...".- La diferencia de densidad hacía que el agua fría y dulce se mantuviese en una napa superior a la salada y tibia. Y cuando se mezclaban producían el efecto de turbulencia.
Sus pensamientos se dispersaron cuando una luz apareció delante. Estaban llegando al final del recorrido. Al asomar la cabeza la visión la dejó sin aliento.
El bosque se volcaba por un agujero enorme que quedaba unos 30 pies por encima del espejo de agua. Una escalera colgante les permitiría subir hasta donde estaba ella. Luna era como el sol ardiente de un atardecer en el mar.
-¿Por qué fuiste a ver a Luna?.-
-Esa es otra historia y tú sólo me pediste una. ¿Lo recuerdas?. Es mi turno de reclamar algo.- me coloqué entre sus piernas y me envolvió, sólo podía sentir su piel contra la mia, ya me estaba costando respirar otra vez.
-Me gusta.- no pude evitar moverme contra ella.
-Eres hermosa Klark...-
Les quedaban pocos momentos así. Lexa era la comandante de los 13 Clanes y Clarke debía regresar a su pueblo. La necesitaban.
Ser comandante era aceptar la vida que conllevaba. Y ella quería esa vida, amaba a su pueblo. Clarke había aparecido en el sitio y momento adecuados, llamando la atención de Lexa con su frescura.
La había conquistado con ternura y valor.
Si la situación hubiese sido diferente ellas hubieran vivido una historia de amor increíble.
Pero no era así, ni podría serlo en esta vida.
Tendrían que conformarse con saberse a la distancia, cuidando la una de la otra, velando su sueño a través de las estrellas.
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La Historia (Clexa OneShot)
FanfictionClarke le pide a Lexa que le cuente una historia.