Mi Angelito Inmortal

¿Quién eres Jerové?

No lo entiendo, el tipo con aura aterradora era Lucifer, el príncipe de la Tinieblas y Rey del Infierno, aquel que traicionó al Cielo y causó muchos problemas a la Tierra, pero acaba de decirle "Maestro" a Jerové. ¿Eso es posible? Es decir, para ser el Maestro de los tres arcángeles y del Rey Demonio ¿no debería ser alguien superior a ellos?

- ¿No crees que estás hablando con la persona equivocada?- dijo Raphael.- Nosotros somos los guardianes del Todopoderoso, si vas a hablar con él debes pedirnos permiso a Mikael, a Gabriel o a mí.

- Si no recuerdo mal, Jero-chan es el mensajero del anciano.- decía Lucifer mirando a mi amigo.- Todas las visitas, entregas o requisitos deben ser supervisadas por él.- hizo a un lado a los tres arcángeles y se colocó frente a él.- Rebajado a ser mandadero por culpa de los humanos, compartes el mismo amor por los seres inferiores que el anciano. Pero no importa, igual me gustas con esa apariencia, Jero-chan. ¿Nos vamos?

No sé que está pasando, pero Jerové simplemente asintió y caminó hacia el altar seguido de Lucifer ¿Qué diablos...? ¿Por qué no dijo nada? ¿Por qué no inventó alguna excusa? Y además debo agregar ¿Por qué los más fuertes le llaman Maestro?

- ¡A la mierda! Voy a ver qué está pasando.- gruño Mikael antes irse corriendo detrás de ellos.

- ¡Mikael No!- le regañaba Raphael tratando de seguirlo.

- Lamento que hayan tenido que ver esto.- se disculpó Gabriel.- Será mejor que me vaya.

Cuando los tres hombres desaparecieron, las chicas que antes gritaban como locas se reunieron entre ellas para hablar.

- Que horror, de seguro va a pedirle al Todopoderoso que se lo "preste" por un tiempo

- Los arcángeles sólo lo respetan porque es la zorra del Jefe.

- Si por culpa de ese inútil el Cielo y el Infierno vuelven a pelear.....

- Es vergonzoso ver que estas cosas pasen.

- Siento pena ajena por el novato, mira que ser degradado a ser el aprendiz de ese tonto.

- ¡YA CALLENSE VIEJAS CHISMOSAS!

¡Rayos! olvidé que Uriel estaba aqui, miraba a las otras mujeres como si fuera a golpearlas.

- ¡Todas ustedes están celosas de que el Jefe nunca se fijará en ustedes! ¡Por eso inventaron esos rumores! ¡Si quieren burlarse de Jerové tendrán que vérselas conmigo!

- Mejor cállate bicho raro.

- Vete a ver tus muñequitos ser violados.

- Si nosotras estamos celosas de esa zorra, ¡Tu estás desesperada porque alguien se fije en tí!

- ¡BASTA!

Me enojé, estaba furioso con esas tipas, ellos eran mis amigos y si Jerové era una zorra o puta o lo que digan o si Uriel le gustara ver tipos cogerse ¡Eso no tenía por qué importarles!

Las mujeres se retiraron mirándome con rabia, algunos hombres que pasaban por ahí se preguntaban por qué tanto alboroto. Miré a Uriel con preocupación pero ella me sonrió agradecida.

- Vaya, tus amigos son muy interesantes, Keima.

Melchor estaba apoyado contra la pared con los brazos cruzados, sus sonrisa cómplice señalaba que estaba disfrutando el espectáculo.

- Mi Maestro tardará un rato ¿Quieres ir a caminar?

- Pero...- miré a Uriel pero esta negó con la cabeza.

- ¡Vayan y diviértanse! ¡De hecho pueden usar mi cuarto como nido de amor! Tengo condones, lubricantes, libros de kamasutra gay y unos cuantos vibradores. Pueden pagar por adelantado con un beso entre ustedes.- sacó de su bolsillo una cámara de fotos (¡¿Es en serio?!)