BAD GIRL.

Capítulo 1- La chica del bar.

*GUSTAV POV*

Nada más salir de casa me crucé con una chica que nunca había visto por la zona, pómulos altos, cuerpo impecable y cigarro entre los dientes. La chica tenía potencial para ser modelo pero algo me decía que no era así, en ese momento percibí un aura muy turbia pero nunca llegué a darle importancia.

Hasta que más tarde me la encontré en el bar de la esquina donde mi grupo y yo solíamos hacer reuniones rutinarias para beber unas cañas y llevarnos a un par de chicas fáciles a casa.

Iba vestida como cuando la vi por primera vez, pero aquella noche llevaba al descubierto su espalda dejando ver un tatuaje que cubría más de la mitad de ella. En seguida me dieron ganas de acercarme a aquella chica, cuyo nombre todavía desconocía, y así hice.

-Algo me dice que no sueles venir por aquí, ¿verdad?-dije esbozando una sonrisa de medio lado.

La chica me ignoró y se giró para hablar con el camarero más cercano, pidió un vodka blanco solo y de un trago bebió aquel líquido transparente.

-No, normalmente suelo ir a un bar más al sur.

Tardé un rato en captar que a quién le hablaba no era a otro sino a mí, y por primera vez me fije en los ojos de la chica morena que se encontraba a pocos centímetros de mi cara.

Carraspeé forzadamente haciendo notable mi incomodidad por la cercanía de esta, cuando ella se dio cuenta de lo que intentaba decirle se apartó un poco para dejar que el aire corriese entre nosotros.

-Me llamo Gustav, y mi banda controla esta zona. Es un placer tenerla por aquí señorita.- Traté de parecer lo más seguro de mi mismo que podía mientras pronunciaba aquellas palabras y trataba de despertar algún interés en la chica.

-¿Tu eres Gustav? ¿ESE Gustav? Vaya, pensaba que serías mucho más aterrador, por mi zona dicen que has matado a varios hombres por solo mirarte. ¿Por qué no haces eso conmigo?-Ella trataba de devolverme la seguridad que anteriormente había intentado demostrar y de cierto modo le agradecí que respondiera de esa manera.

-No creerás en todo lo que dicen, ¿verdad?

-Puede.

Durante unos minutos ella y yo nos miramos fijamente intentando descifrar el secreto del otro, pero cuando vio que era difícil que soltara algo tan personal cambió su manera de mirarme.

-La verdad, no creo que sea verdad, pero si lo fuera, no es nada comparado con lo que hace la banda del sur. Ellos te matan por mucho menos.

No pude evitar que una gran carcajada saliera de mi boca mientras una mirada de desaprobación cruzaba la cara de la morena.

-¿Ah sí? ¿Por qué matan ellos?

La chica volvió a girarse para pedir otra copa mientras yo meditaba lo que ella acababa de decir, ¿cómo conocía ella a la banda del sur? Solían ser muy reservados y por lo que dicen su jefa es muy exigente con las mujeres que se encuentran alrededor de la banda.

-Por poner un solo pie en su territorio, por hablar con sus chicas, por vender droga o armas en zonas no establecidas como campo de alguien. 

Triste pero cierto, la mismísima jefa de la banda en persona me había aclarado lo que le pasaría a mi banda si osábamos vender algo en esas zonas sin aclarar.

Pero, algo no terminaba de encajarme, ella debía de pertenecer a la banda si sabía todo eso.

No debía de ser muy lista si decidió ir a uno de nuestros bares sabiendo lo que podíamos hacerle, pero por algún motivo nunca se me pasó por la cabeza matarla o tan siquiera ponerle un dedo encima.

-¿Qué haces en uno de mis bares? ¿Sabes lo que te harían alguno de estos hombres si se enteran de a dónde perteneces?

-Si quisieras hacerme algo ya lo habrías hecho, eres el jefe de la banda. Y dado que nadie sabe quién soy no puedes hacer que me sigan.

-Cierto, ¿por qué no me dices cómo te llamas? Dado que tú sabes mi nombre creo que lo justo es que me digas tu nombre.

Una sonora carcajada salió de la boca de la morena mientras con una mano se echaba el pelo hacia atrás.

-Danielle.

-Encantado, Danielle.