Capítulo 6

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-No necesita saber nada sobre mi.- replicó Ray.

-¡Eres mi sobrino! Lo qué aun no entiendo es, ¿porqué mi hermano te ocultó de mi?- dijo Jaxon pensativo.

-No creo que sea porque si, tal vez tenían una razón.- le aseguró Ray molesto.

-Me gustaría hablar a solas contigo.- aseguró Jaxon mirando a Ray.

-No tengo nada que hablar con usted.- escupió Ray molesto.

-Solo tres palabras.- aseguró Jaxon sonriéndole.

-Digalas, no hay cosa que no pueda escuchar Jous.- aseguró mi hermano.

Sonreí al ver que por fin estaba siendo sincero, que volvía a confiar en mi después de estas últimas semanas.

-¿Quién eres, Ryan?- se quejó Jaxon mirándolo como si la respuesta estuviera en el rostro de Ray.- ¿Porque jamás te vi?

Mi hermano parecía molesto por aquella pregunta, yo avancé para decirle algo a Jaxon y que dejará de poner más furioso a Ray. Pero entonces mi hermano tiró de mi mano para colocarme a su lado de nuevo.

Miró de forma amenazante a Jaxon y entonces sin dudarlo comenzó a hablar.

-¿Quién soy?- preguntó Ray con una sonrisa sarcástica.- Soy él que cuida de Jous, soy él que la ha cuidado desde que nuestros padres murieron, él que estuvo ahí cada vez que tenía miedo, soy él que le dio todo lo que necesitaba. Soy él que siempre estuvo para ella y soy quien romperá su cara si algo malo le pasa a mi razón de vivir.- aseguró Ray escupiendo las palabras con tanta rabia que tuve que mirarlo para saber si en realidad era él.- Y tal vez nunca me vio, porque jamás estuvo para nosotros.

Sólo lo había visto así de furioso una vez, una vez que un chico me había hecho llorar porque comenzó a decir que era patetica y huérfana.

Tenía solo 10 años cuando eso pasó, pero al otro día, Ray fue, le dio un puñetazo en la boca y le sacó un diente.

Esa vez su rostro parecía el de un demonio, ese rostro me daba miedo y jamás he hecho algo para verlo de nuevo.

Pero al parecer, Jaxon si.

-Entiendo que la cuidaste tu sólo, desde pequeños.- asegura Jaxon sonriéndole amablemente.- pero ya no más, hijo. Me tienen a mi, su familia.

-Usted no es mi familia.- aseguró Ray molesto.- No lo necesitamos.

-Claro que si, tu dejarás de trabajar, podrás estudiar y les daré todo lo que esté en mis manos para que no les falte nada. Serán como mis hijos.- explicó Jaxon levantándose y extendiendo sus brazos para mi.

No quería abrazarlo, aún no me sentía cómoda con su presencia y menos sabiendo que a Ray no le agradaba en lo absoluto.

Ray me colocó detrás de él y encaró a Jaxon mientras que le impedía mirarme.

-¿Dónde estuvo todos estos años? ¿Pretende venir a decirnos que nos quiere en su vida, después de tanto tiempo en los que nunca se preocupó por saber de su familia?- le cuestionó Ray soltando chispas.

-¡No sabía que mi hermano había muerto!- gruñó Jaxon con verdadero coraje.

Su sonrisa se desvaneció y nos miró con los ojos rojos. Su rostro formó una verdadera mueca de dolor, podía ver y sentir que ese tema estaba lastimándolo.

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