El Fantasma De La Ópera *One Shot*

~ -"Vete con Raoul... no me hagas más daño de lo que me estás haciendo ya y vete por favor... ¡¡vete!!"~

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Me miré en el último espejo que quedaba por romper... Mi corazón se había roto como los miles de pedazos de espejo que se esparcían por el suelo.

Se había ido.

Con un grito de dolor, rompí el último espejo y observé como algunos se tornaban carmesí como mi sangre, carmesí como sus labios...

Todos esos instantes mágicos que compartí con ella...

Momentos, en los que creí que me amaba; momentos, en los que fuimos una sola voz, una voz armoniosa y pura como su alma. O lo que quizás creí que era su alma.

Sería capaz de morir por ella, de darlo todo, mi música, mi poder, mi máscara, mi voz... ¡Todo...! Aún cuando me ha abandonado dejándome con heridas que sólo ella puede sanar...

Ese beso... fue lo más hermoso que sentí en toda mi desgraciada vida, un sentimiento que desconocía hasta que la ví y la oí.

Ya no me queda nada.

Terminaré los días que me quedan escribiendo "Don Juan Triunfante", mi última obra a la humanidad, pero quizás jamás nadie la lea.

Trozos de mi corazón salen en forma de notas en la partitura, mientras las velas se consumen...

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Ha pasado un día y... no puedo dejar de pensar en él.

Su hermosa voz, sus ojos, su música, su particular personalidad, la ternura con la que pronunciaba mi nombre...

Momentos en los que le amé porque vi su verdadera alma.

Pero... también miedo.

Por eso regresé con Raoul...

Me ofreció todo su amor y su música... me pidió que le ayudase a romper esa máscara de su personalidad que lo domina.

En mi garganta empezó a formarse una gran bola que no podía tragar y gruesas lágrimas empezaron a caer de mis mejillas recordándome a las que él vertía cuando me fui.

- ¡Dios mío yo sí que soy un monstruo! - temblé. Y lloré, lloré como una niña y la profunda tristeza y el remordimiento que sentía calaban en lo más profundo de mi ser.

¡¡Es todo tan complicado...!! ¿Por qué no me siento con Raoul como me sentía con él?

Mi corazón... ¡mi corazón lo ama!

Decidida, cogí plumas y tinta y comenzé a escribir una carta.

"Querido Raoul...

Lo siento.

Me he estado engañando todo este tiempo. Nos amábamos cuando éramos niños, por eso pensé que mi corazón enamorado te pertenecía

No puedo evitar lo que siento y ruego a Dios que un día me perdones.

Espero que encuentres la felicidad en otra persona.

Christine"

Estaré... ¿Haciendo lo correcto?

Recogí mis pertenencias y cogí un carruaje en dirección a la Ópera Garnier.

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Ya debo estar volviéndome loco y la cruel muerte viene a por mí, porque oigo una voz resonar por todas partes que pronuncia mi nombre...

- ¡¡Erik!!

Un momento...

- ¡¡Erik!! ¡Soy Christine...!

Todo mi cuerpo se vió sacudido por un temblor y como pude, traté de hablar alto.

- ¿¿¡Christine!?? ¿¡Por los ángeles, estoy soñando?! - Mi corazón tronaba en mi pecho dolorido. ¡Ha regresado...! - ¡¿Dónde estás amor mío?!

Cada segundo sin respuesta era una auténtica tortura.

- ¡Christ...! ¡¡NOOOOOO!! - ¡¡Las trampas!!

¡Ya que había decidido no volver a salir jamás y excavar mi tumba, había activado las trampas para que no me encontrase nadie!

- ¡¡Dios mío, RESISTE!!

Rápidamente me tiré al agua decidido a salvarla aunque me costara la vida.

¿Qué es mi vida sin ella...? No es nada, no encuentro suficiente oxígeno para respirar... Ella, es mi vida.

La salvaré.

Alcanzé a ver su frágil cuerpo hundiéndose en el fondo y rápidamente la alcanzé y la aferré contra mi cuerpo sintiéndome de nuevo lleno de vida al estar junto a ella. Mientras, la reja avanzaba más y más.

Quedaban escasos centímetros, menos de un metro... Pero conseguí dejar su cuerpo fuera en los últimos segundos y yo me quedé... sin salida, atrapado por la reja que bajaba cada vez más.

¡Ella no se podrá salvar sola...!

Buceé de nuevo hasta el fondo y traté de girar la rueda para parar el mecanismo... menos de dos metros...

Me estaba quedando sin aire y esto giraba poco a poco.

Christine amor mío...

Lo intenté una vez más con toda la fuerza posible de mi cuerpo... ¡y la compuerta se abrió escupiendo toda el agua y dejándome salir!

Rápidamente subí y acomodé su cuerpo inmóvil en mi lecho. Un instante fugaz recorrió mi mente.

"La música en la noche sonará..."

- ¿¡Christine!? ¡Por favor amor mío no me dejes! - gruesas lágrimas temblorosas brotaban de mis ojos.

Aparté sus cobrizos tirabuzones y me acerqué a su hermoso rostro.

Entonces, la cogí entre mis manos y la besé, dándole todo el aire del que mis pulmones eran capaces.

Me separé y... empezó a toser.

- ¡¡Mi amor...!! - sollozé.

- Erik... - balbuceó aferrándose a mi mirada. - perdóname amor mío... Mi mente no dejaba ver a mi corazón...

Mi corazón se hinchaba de felicidad y mirándome con profundo amor en su sonrisa me susurró:

- Te amo.

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Espero que os haya gustado, he vuelto a subir esta historia después de mucho tiempo y la he editado más. Si votáis me ayudaría mucho porfavor.☆

Sigo amando la historia del Fantasma de la Ópera... Ojalá esto hubiese pasado de verdad.

Gracias por leer! ~♡