(PV Keima)
Regresé a mi cuarto luego de un largo día, Melchor y yo estuvimos caminando y recorriendo el cielo, no sabía que teníamos cine o canchas de baloncesto ¡Incluso tenemos piscina! Pero lo que más me gustó fue ver el observatorio, es increíble cuantas estrellas y galaxias existen, en definitiva decoraré mi cuarto con cosas del universo, al parecer a Melchor le hizo gracia y me compró un telescopio para celebrar que conocía algo que me gustara.
Claro que antes de comprar fuimos a elegir mi propia arma, me sentía inquieto al pensar que tendría que luchar contra esas cosas pero tal vez es cuestión de tiempo que me acostumbre, luego de que la chica (aunque más bien parecía un chico por semejantes músculos) me dijo que debía entrar al salón de armas y elegir una que se adaptara a mi, entré y busqué algo que pudiera serme útil.
No pasó mucho tiempo antes de que algo llamara mi atención e ignorara las otras cosas, una pistola plateada con una forma circular, cuando la tomé se adaptó a mi mano como si hubiera sido hecha para mi: el mango, el cañón, el diseño ¡Era perfecta!
Cuando salí con ella, la chica se sorprendió.
- Esa pistola lleva aquí muchos años, de hecho ya ni recordaba que la hice.- dijo con una voz muy masculina.- Pero veo que puedes adaptarte a su manejo, las armas a larga distancia son buenas para atacar seres de gran tamaño, no necesitas balas sólo debes concentrarte en eliminar a tu enemigo y tu arma disparará, buena suerte chico.
Salimos del lugar mientras yo contemplaba mi nueva arma, parecía un niño con un juguete nuevo.
- Cuando quieras guardarla simplemente suéltala.- me explicó Melchor.- Cuando la necesites sólo levanta tu mano y piensa en su forma, algunas armas pueden cambiar de apariencia.- colocó sus manos detrás de su cabeza.- Aunque el término "arma" no se especifica en un objeto usado para matar, puede ser cualquier cosa: una pluma, un abanico, un cuaderno, de hecho tengo entendido que Gabriel usa instrumentos musicales para pelear.
- ¿En serio?- pregunté soltando la pistola en el aire y esta desapareció sin más.- Me sorprende que pueda moverse sin problemas con los ojos tapados.
- Nadie sabe por qué los tiene así.- decía Melchor.- Muchos creen que tiene una maldición en sus ojos por culpa de los humanos, otros que creó un hechizo que acumula su magia dentro de sus ojos y que cuando los abra destruirá a la humanidad, también cuentan que simplemente lo hace para agudizar su oído para usar su arma con más precisión; sea lo que sea no le impide meterse horas y horas en la biblioteca cuando está en el Cielo o entrenar con los otros Arcángeles.- señaló una nube que pasaba sobre nuestras cabezas que cambiaba de color.- ¡Ah mira! hablando de ellos están entrenando en este momento ¿Quieres ir a ver?
- Aún no sé volar.- me disculpé.
- Pues aprende ahora.- me dijo sacando sus alas negras.- Debes concentrarte en elevarte y verte a tí mismo moviéndose en el viento, creeme es muy fácil.
Lo miré con temor pero decidí hacerle caso, después de todo mi Maestro estaba ocupado y no creo que pudiera enseñarme por ahora, podría presumirle que no lo necesité para aprender cosas pero tal vez lo haría sentir mal.
Igual comencé a respirar profundo y me concentré en abrir mis alas, que supongo que debo tener ¿no?
- ¡Genial! Me gusta ese aspecto.
Mis alas eran un poco pequeñas comparadas con las de Melchor pero tenía un color perla que me encantó, las moví un poco y sentí que me elevaba, aunque si no fuera porque mi compañero me sostuvo hubiera terminado de cara al piso.
- Bien, sólo es cuestión de práctica.- me decía tomando mi mano.- Ahora muevelas suavemente o saldrás volando.
Moví mis alas para estabilizarme y seguir a Melchor, la sensación de estar en el aire era magnífica, mi corazón latía emocionado. ¡Estaba volando! ¡Era increíble! me siento tan bien que parece un sueño.
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Mi Angelito Inmortal
ComédieMi nombre es Keima, Un chico me dijo que había muerto y ahora era un aprendiz de ángel guardián. No sé qué sentir ahora, pero creo que no me molesta. Lo que me intriga es que en mi primer día de trabajo un hombre me besó reclamandome como su pareja...