Lápida 7: Se revela el enemigo

14 1 0
                                    


Lucía se encontraba a un lado de Smith, parecía estar bajo una especie de trance, sus ojos no tenían luz alguna y no decía ni una sola palabra, le pregunte a Smith en ese momento que le había hecho a la joven y por qué se encontraba ésta junto a él, tras terminar la pregunta se dio la vuelta dándome la espalda y como una sombra Lucía lo siguió a donde fuera, entramos a un mausoleo diferente al que entrábamos normalmente para ir al cuartel, éste era de un blanco puro con algunos ornamentos dorados, no pude evitar sentirme como la primera vez que me encontré con Smith, a diferencia de aquella vez el camino no fue muy largo pero me sorprendí mucho al ver que había al final del mismo, una especie de ataúd blanquecino lleno de flores de cristal que crecían alrededor de una joven dama que se encontraba sujeta a las mismas, esa joven se asemejaba demasiado a Lucía, sólo que ésta se veía como una chica un poco más joven, al tocar una de las flores vi algunos recuerdos que parecían haber ocurrido hace varios milenios atrás, Smith me alejó de las flores y vi a Lucía caer de rodillas frente aquél ataúd abierto, la escuchaba recitar algunas cosas en un dialecto demasiado antiguo como para poder conocerlo, pero lo suficientemente familiar para mi tras haber tocado esas rosas de memoria, vi como Lucía recuperaba la luz de sus ojos y sonreía serenamente, parece que en ese momento, al salvarle la vida había cumplido con el plan del destino, ella parece poseer una parte del alma de la doncella del ataúd de flores de cristal, por eso pudo salvarle la vida a aquél soldado, su mirada era diferente, era ella pero, a la vez era alguien más, tomó mi mano sonriendo y me sacó del mausoleo antes de poder hablar de nada con Smith, se veía muy feliz al hablar conmigo, la luna la alumbraba únicamente a ella, era algo mágico, en ese momento una fuerte ventisca empezó a soplar en el cementerio, escuché una tenue risa a las cercanías e instintivamente puse a Lucía atrás de mí, en ese momento escuché a la voz decir:

-Gracias por su ayuda joven Shinigami-.

En ese momento sentí mi cuerpo paralizarse justo después de darme la vuelta para ver quién era el dueño de esa voz, esa persona estaba completamente cubierta con una gabardina blanca, pero aun así pude ver el listón blanco en su cuello, además de una flor en su pecho, sentí como poco a poco mi fuerza se desvanecía, vi a Smith saltar con una enorme guadaña tratando de alejar a Lucía de aquél hombre.

Han pasado ya tres meses desde ese incidente, el gobierno había retomado el control y las personas se encontraban tranquilas al ser completamente ignorantes de los hechos que ocurrían en las sombras...

Memorias de un ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora