I
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III
IV
V
DDía 5
Son cinco minutos los que tengo. Cinco minutos más. Recuerdo cómo antes le decía esto a mi madre a la hora de despertar. Ahora desearía hacerlo, pero no es más que eso, un deseo, que temo que se escape por pensar demasiado en ello.
Son deseos las cosas que se me evaporan de la mente. Deseos que se escapan entre mis delgados dedos, enredados en ellos como el agua fría.Son cinco minutos los que tengo. Cinco minutos más y el día habrá acabado. Poco a poco noto como las estrellas aparecen, brillando cada vez más, recordándome que sólo me quedan cinco minutos.
Y estos cinco minutos, valiosos, limitados pero infinitos, se estrellan contra el tiempo, y se convierten en cuatro.