¡El Infierno!

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El ambiente era muy amistoso, algunos jugaban cartas o hablaban con sus amigos, casi después de salir una chica de pelo azul sacó una pequeña máquina de karaoke y comenzamos una competencia de quien cantaba más mal. No tengo idea de quien lo hizo peor si Mikael o un chico que conozco de la cafetería que le gusta leer novelas de misterio, Shimer un ángel protector de los animales de nivel 25.

Uriel en cambio no se movía de su asiento, sólo miraba el paisaje sin decir nada. Aunque el Maestro Gabriel parecía estar igual o peor ¡Con un demonio que alguien los haga hablar o algo! 

- Uriel.- le llamé.- Apuesto a que puedo ganarte en el peor canto.

Pero ella no respondió, intenté hacerla hablar o contarle un chiste, pero simplemente parecía una estatua. ¡Me harté! Buscaré algo para que deje esa actitud.

Terminaron las canciones y sirvieron la merienda, aunque apenas teníamos unos veinte minutos de salir de casa. Jerové me miró y tomó mi jugo para luego levantarse y tropezar, el líquido salió volando y estuvo a punto de caerle a Uriel, entonces el Maestro Gabriel se interpuso y terminó con su ropa mojada.

- ¡Lo siento!- exclamó Jerové.

- ¡Maestro Gabriel!- hurra, parece que Uriel recordó que podía hablar.

Lo que no esperaba era escuchar una risa de parte del arcángel.

- Está bien, me puse tan nervioso que no me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.- dijo entre risas antes de hablarle a la chica.- Lo siento, Uriel. Se suponía que iba a preguntarte sobre Gummi y los demás niños pero estaba tan absorto en cómo iba a comenzar la conversación que no fui capaz de hablar. 

- E-Esta bien, yo tampoco sabía qué decirle y terminé por no decir nada.- dijo avergonzada.- Le buscaré una toalla o algo para que se sece.

- No hace falta.- dijo tronando los dedos.

El jugo desapareció y el vaso volvió a llenarse, luego comenzaron a hablar entre ellos sobre los niños y otras cosas.

- Me debes un favor.- dijo Jerové intercambiando su jugo por el mío.

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Finalmente entramos a un túnel y el tren redujo la velocidad hasta detenerse. Salimos en orden y me sorprendí al notar que el Pasillo terrenal del Infierno era muy similar al del Cielo, sólo que era de un color verde esmeralda.

- ¡Bienvenidos al Infierno!

Lucifer-sama nos esperaba junto con algunos Demonios que saludaban a mis compañeros con la mano. Una mujer alta con un vestido azul ajustado a su bien dotado cuerpo se adelantó al Rey Demonio y buscaba a alguien entre nuestro grupo.

- No recuerdo la última vez que viniste a darnos la bienvenida, Luci.- se quejó Mikael colocándose frente al Rey Demonio.- ¿Esperas algo?

- Que amable, Mikael.- dijo Lucifer-sama con tranquilidad.- Vine con buenas intenciones a saludar a mis viejos amigos.

- ¡Keima!

Sin saber de dónde salió, Melchor me saltó encima haciéndome caer.

- ¡Te extrañé tanto!- me decía frotando su cara con la mía.

- Además tenía que advertirle al viejo sobre alguien.- dijo Lucifer-sama.

- Si, ya la vimos.- se quejó el Maestro Raphael.

La mujer del vestido azul se acercó a nosotros, Jerové se ocultó detrás de Uriel quién se ocultó detrás del Maestro Gabriel ¿Hola? ¿Alguién me explica?

Mi Angelito InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora