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Narra TaeHyung:

¿Realmente vale la pena vivir? Quiero decir, si estas viviendo físicamente pero realmente no te sientes vivo por dentro, como emocionalmente.
Entonces solo eres un desperdicio de espacio, ¿correcto?, ¿Vale la pena existir todos los días cuando lo único que quieres hacer es desaparecer?, ¿Vale la pena cada día cuando lo único en lo que puedes pensar es en ir a casa, encerrarte en tu cuarto con llave, escapando dentro de la oscuridad de todo el mundo solo para lastimarte una y otra vez a tí mismo? Yo por primera vez pienso que no vale para nada la pena. La sociedad nos dice que el suicidio esta mal, pero ellos no sienten lo que es estar muerto en vida y no poder salir de esos pensamientos en tu mente.
La depresión es como un agujero muy oscuro y profundo en el que haz caído, lleno de pensamientos suicidas, te ahogas tanto en ellos que evitan que pienses o actúes con claridad, incluso intentas subir y salir de ahí desesperadamente pero es inútil. Estás tan hundido en él, tan profundamente que conforme pasa el tiempo cada vez puedes ver menos la salida y si intentas salir de nuevo solo lograrás caerte. Intentar gritar por ayuda también es inservible, pues además de no tener a nadie alrededor, nadie parece escucharte, estas solo en esto que la opción de rendirte siempre parece ser la mejor, renunciar a tu vida y olvidarte de todo.
La perspectiva de vivir por el resto de tu vida es tan desalentadora para mí, que a veces me provoca ataques de pánico.
La ansiedad es muy sofocante, tan sofocante que cuando menos lo pienso me encuentro rompiendo en lagrimas, la mayoría de las veces sabía el motivo del por qué estaba llorando, pero últimamente no lo se la mitad del tiempo.
Las lagrimas son buenas, sin embargo. La razón detrás de ellas no lo son, pero al menos estaba sintiendo algo realmente, ¿entienden? Al menos sé que sigo siendo humano, a pesar de haber eliminado toda emoción dentro de mí que no sea la tristeza.
Miré hacia abajo a la calle llena de gente, caminando de aquí para allá como pequeñas hormigas. Me pregunto como es que toda esa gente allá abajo se las ingenia para mantener su propia vida sobre los carriles. Cómo es que ellos pueden reír, amar y ser amados, pero es como si yo no pudiera, y no creo ser capaz de hacer alguna de todas esas cosas, nunca más.
La otra gente, me refiero a los más viejos, ¿cómo es que le hicieron para terminar la preparatoria, ir a la universidad, comenzar una carrera e incluso empezar una familia? Ni siquiera puedo imaginarme a mí mismo después de los 21 años, no es que vaya a pasar de esa edad de todas formas.
O al menos no quería hacerlo. Tener 21 significa tener responsabilidades y tener que enfrentarme a mi futuro.Solo. Esa es la respuesta a mi pregunta. ¿Cómo es que esa gente puede pasar por todo en la vida? Ellos tienen padres, hermanos, novias y novios quienes los apoyan y los ayudan con cada paso que dan en el camino.
Esa era la diferencia, que yo no tenía nada de eso, al menos no realmente.

Una ráfaga de aire vino hacia mi, empujándome fuera de mis pensamientos mientras trataba de estabilizarme. Soy tan delgado y corto de estatura que me pudo haber tirado.
Mi corazón estaba latiendo rápidamente mientras me daba cuenta de que por poco caía del edificio. Y justo ahí estaba la razón del por qué todavía no había terminado con mi vida. Estaba asustado; estaba asustado de saltar. Tenía miedo a caer, ¿Dolería?, ¿A donde iría después? Siendo ateo no creo en ninguna clase de "vida después de la muerte", o al menos era muy flojo como para pensar o creer en ello de todas formas, solo no tenía sentido para mi. Pero si muero, ¿entonces qué? Solo habría... desaparecido. Y supongo que eso era exactamente lo que quería, pero el miedo seguía deteniéndome. Aún no me decidía de qué era de lo que estaba más aterrado:
La vida, o la muerte.
- Hoy no es el día... - Pensé y susurré para mí mismo.
Me aleje del borde del abismo de uno de los edificios más altos de la cuidad, levanté mi mochila del suelo y mi libro de poesía. Desearía tener las agallas para hacerlo de una vez por todas, pero inexplicablemente siempre había algo que me detenía por detrás. Sin embargo, se que lo haría, algún día lo haría.
Y ese día llegará pronto, lo sé.
Tenía que ir a trabajar, en un restaurante al otro lado de la ciudad, llevo años trabajando ahí. La dueña era una agradable señora de la tercera edad, que a pesar de que no era tan vieja del todo siempre se las arreglaba para olvidar mi nombre la mitad del tiempo.
Aunque muchas veces, como ahora, no quería ir a trabajar, y eso me llegaba a molestar, no me gustaba decepcionarla tanto como no me gusta ir a trabajar últimamente, sentía como que solo tenía que aparecer ahí, como si fuera obligatorio. Además, si no voy a trabajar tendré que ir a casa, y estar en casa es un lugar en el que no me gusta estar. No es que el trabajo es un lugar en el que si me guste pasar mi tiempo, pero es una muchísima mejor opción que la anterior.

Suicidal || VKOOK ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora