El viento suave de esa tarde de primavera se cuela a través de su chaleco de lana y le eriza la piel de sus brazos y su cuello; le remueve sus cabellos que son como finas hebras de plata que bailan sobre su cabeza. Inspira profundamente, llenándose de vida y de ese peculiar olor dulce de los árboles de cereza que adornan las calles con nubes rosas.
Recargado en el pórtico de la entrada a su casa, observa como EunHae abrocha el cinturón de las gemelas y antes de partir, él y su esposa se despiden con una suave sonrisa, agitando sus manos detrás de las ventanas, mientras el auto se aleja y desaparece en la esquina.
HyukJae, antes de dar la vuelta y entrar con pasos lentos a su hogar, suspira y mira al cielo que comienza a colorearse con tonos cálidos mientras el sol desciende más allá del horizonte.
En la mesa del centro aún quedan restos de la tarta que acaban de partir por su cumpleaños número 79.
¡79 años!
Hasta a él mismo le sorprende que haya pasado tanto tiempo.
Con calma se dispone a recoger un poco la mesa. Cubre la tarta restante con el trapo que tiene detalles de monitos caricaturizados y que DongHae quemó de una esquina hace muchas, muchas primaveras cuando celebraban juntos su cumpleaños número 28 y el castaño había intentado prepararle un desayuno americano. Lava los pocos trastos que quedaron y los acomoda en la repisa chueca que él intentó reparar después de aquella vez en que DongHae se emberrinchara y botara los clavos por ahí, después de haberse lastimado por intentar colocarla rápido y fugarse con él a la playa para hacerle el amor hasta que la madrugada les alcanzara.
Al terminar su labor, se dirige a la salita de estilo tradicional que su nuera se esforzó en re-decorar. Se sienta frente a la mesa enana, con sus rodillas flexionadas y cierra los ojos, esperando escuchar su voz.
Pocos segundos después, escucha los pasos sobre la duela del piso que rompen el silencio y una cálida mano se posa sobre su hombro derecho.
—DongHae... -susurra en medio de una sonrisa. La mano sobre su hombro se presiona un poco más fuerte y HyukJae la alcanza para depositar un beso sobre ella
DongHae se obliga a soltar su hombro y a sentarse frente a él. Hyuk mantiene la mirada en sus manos, sobre la mesa. DongHae dirige una de sus manos al rostro de HyukJae, acaricia su hundida mejilla y con eso, le pide que lo mire. Ahora son dos miradas castañas diciéndose cuánto se aman, y una sonrisa con encías dibujándose en los delgados labios del mayor.
La otra mano de DongHae comienza a delinear el límite de sus uñas, sigue a través de sus dedos entrelazados y termina por coger sus manos y acariciarlas con infinito cariño. Las manos del mayor tiemblan débilmente. Ojala pudiera sentir esas caricias en lugar de sólo imaginarlas.
—Feliz cumpleaños, mi Hyukkie –
—Creí que hoy no te vería
—¡¿Cómo?! Me crees capaz de dejar pasar esta fecha tan especial, ¡Tsk! Parece que no me conoces – Le reclama y luego sonríe con esa jovialidad salpicada de inocencia que no pierde a pesar de todo - ¿Te la has pasado bien?
—Muy bien. EunHae y ShinHye trajeron a las niñas
—Sí. Los vi. Están tan grandes...
—Lo sé. A veces da miedo la forma en que el tiempo transcurre
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Make a Wish
Fanfiction"Si pudieras pedir un deseo de cumpleaños, ¿Que sería?" HyukJae fija su mirada en un punto en el infinito. Y luego dirige sus cansados ojos castaños a la dulce y joven mirada de DongHae "Tenerte de nuevo" {Está historia esta publicada bajo mi autori...