Historia 4 (Ficticia)

6.1K 16 1
                                    

Está es la historia 4, que trata de la cita con la hermana de mi amigo. Después de la Historia 3, yo sabía que ella ya sabía que me gustaban sus pies.

  Fui ese domingo a las 3:00 de la tarde a ese parque, llegué justo a las 2:40 por si ella ya estaba. Cuando llegue noté que no estaba, entonces me senté en la misma banca en la que nos habíamos sentado antes y esperé. Habían pasado 20 minutos desde que llegué, ya eran las 3:00, ella ya tenía que llegar. Pasó el tiempo, ya eran las 4:00. Una hora esperando y no llegaba. Fue cuando decidí irme. Pero por mi loca mente se me pasó la idea de forzarme a esperarla hasta que llegara. Me quedé pensando en sus hermosos pies. No había nadie y no llegaba nadie en todo ese tiempo. Ya eran las 5:10 mas o menos cuando vi que llegó. Esta vez venía con unas ballerinas de color rosa, me miró a lo lejos. Se detuvo en una banca del otro extremo del parque y me señaló con su mano para que fuera.

Yo le devolví la señal, ya que no quería ir hasta allá. Ella se sentó y se me quedo mirando. Ella estaba decidida a que yo fuera a pesar de que ella había llegado 2 horas tarde. Pero claro, sus hermosos pies me impedían pensar en eso. Fui a la banca donde ella estaba sentada.

Cuando llegué ella me dijo "Siéntate del otro lado". Yo le hice caso y me senté donde me dijo. Después le dije "¿Por qué me citaste?". Ella me dijo "No me quedó claro lo de la servilleta que pisé". Yo le dije "Ya te lo dije, no lo noté". Ella me dijo "Si sigues mintiendo te irá peor". Me quedé callado, no sabía que decir. Después me dijo "Mis pies son lindos ¿no es así?". Sentí como me ponía rojo y me quedé callado. Después me dijo "Está bien, ponte a mi lado". Yo me paré y me senté del a su lado. Después ella me dijo "Nunca dije que te sentaras". Entonces me paré. Y ella me dijo "Pensé que eras más listo. Quiero decir que te arrodilles a lado de mi en el suelo. A lado de mis pies.". Yo me quedé sorprendido y le dije "Pero..", me interrumpió diciéndome "Mejor arrodíllate en el suelo detrás de mi espalda". Yo la obedecí y me arrodillé a su espalda mirando su espalda. Ella se paró y se sentó en la mesa de la banca, de modo que sus ballerinas quedaban en el asiento que tenía enfrente de mi cara.

Yo voltie a verla. Enseguida me dijo "Lame la suela de mis ballerinas hasta que queden limpias". Sin pensar levanté uno de sus pies y empecé a lamer la suela, era color café y tenía una flor en el centro, muchas lineas en el tacón de la ballerina y lo demás era liso. Estaba muy sucia, y cada vez que lamía de abajo hacia arriba me dolía la lengua, como si estuviera quemada, que fue lo que le pasó ya que con el contorno de la flor y las lineas de el tacón la lengua se quemaba. Cuando terminé de limpiar la suela de esa ballerina, tomé la otra e hice lo mismo. Cada lamida hacía arder más mi lengua, solté un gemido de dolor casi al terminar de limpiar la segunda ballerina cuando ella se rió y me dijo "¿Te duele? Pues lame más fuerte. Quiero que brillen". Yo le dije "Sí". A lo que me respondió "Se dice 'Sí mi Diosa' esclavo!". Le dije "Sí mi Diosa". Ella empujó su pie hacia mi cara forzándome a que lamiera más fuerte y me doliera más la lengua. Cuando terminé de limpiar su suela le volví a poner el pie sobre la banca.

Ella sacó un plátano de su bolsa y me dijo "¿Quieres?". Yo traía hambre, ya que en esas 2 horas de esperarla no había comido nada. Le respondí "Sí mi Diosa". Me dijo "Ok, pero..." Peló el plátano, subió su pie a la mesa y el otro lo levanto, después me dijo "Pon tu cabeza abajo". Puse mi cabeza abajo del pie que había levantado y ella lo empujó contra mi cara que quedó pegada al asiento donde tenía sus ballerinas cuando las limpié. Después de un rato me dijo "Está bien, come" levantó el pie que tenia sobre mi cabeza y pude mirarla, sus ojos me miraban, me soltó una sonrisa, yo miré a sus pies y vi que el plátano lo había metido en su ballerina y lo había aplastado con su pie al meterlo, de modo que parte de el plátano quedó saliendo por los lados de la ballerina. Después ella me dijo "Come lo que sobresalió". Yo tomé su pie y cuando mi lengua estaba apunto de tocar su ballerina me dijo "Detente!" A lo que yo la obedecí y volví a dejar su ballerina en la banca. Ella me dijo "Traigo mi libreta de matemáticas en mi bolsa" Sacó de su bolsa una libreta forrada de color rojo con un letrero grande en la parte posterior que decía "Matemáticas", la puso a lado de sus ballerinas y me dijo "Abre los últimos apuntes, tienes trabajo que hacer" Ella cruzó sus piernas y empezó a jugar con la ballerina que no tenía plátano y que estaba apoyada sobre la otra pierna.  Ella se quitaba su ballerina y se la volvía a poner repetidamente. Me aventó un lápiz que guardaba en su bolsa. Yo lo tomé, abrí la libreta y la puse en los últimos apuntes que había escrito. Le habían encargado 50 problemas racionados. Dado a que yo era mayor que ella, no se me dificultó hacer los problemas, especialmente porque se me daban las matemáticas. Lo malo es que aveces me distraía con sus pies. Aunque cuando ella lo notaba me daba una cachetada. Cuando ya casi terminaba me dijo "Siempre me he preguntado como se sentirá golpear a alguien con el puño cerrado, nunca he podido hacerlo. Lo bueno es que ya tengo a alguien que le gustó una servilleta que aplasté con mi pie y que no despegaba la vista de mis pies. ¿Verdad?". Yo no pude responder nada, me quedé callado y seguí haciendo su tarea. Después me dijo "Acerca tu cara un poco a mi ahora!" Yo la obedecí y acerque mi cara aunque sabía que me iba a golpear. Ella levantó su puño y me dijo "Besa mi puño", yo le besé su puño y enseguida me dio un puñetazo en la mejilla. Fue un fuerte golpe, pero me pude mantener. Ella dijo "Ohh que bien se siente, aunque a ti te dolará. Si sigues viendo mis pies y no te concentras en hacer mi tarea volverás a sentir mi puño en tu cara". Sabía que ella esperaba una respuesta de mi parte, así que me apresuré a decir "Perdone mi Diosa" y continué con su tarea.

Mis HistoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora