Ya había pasado tiempo de lo que había pasado. No meses, pero sí poco más de siete semanas para ser precisa.
Los días habían pasado remotamente rápidos la verdad. Fue eso, o quizás es algo frustrante para los humanos el hecho de que cincuenta y tres días duren sólo cinco minutos en mis recuerdos.
La recuperación de Zayn había tardado un poco más de lo esperado, tuvo que estar en observación unos días más, pero luego de dos semanas el moreno se encontraba a la perfección, y es sorprendente decir que lo primero que haya hecho al estar en libertad, por decirlo de algún modo, haya sido comprar decenas de rosas, tantas, hasta llenar mi habitación.
Ahora, al salir, olía a rosas. Y sonreía al acordarme de él. Las rosas tenían otro significado.
El hermoso mes de Octubre se abría paso cada vez con más rapidez, las hermosas hojas -algunas de un tono rojizo, otras calabazas y unas muy pocas simplemente verdes- caían lentamente por los calmados árboles. No existía frío alguno, más bien, el ambiente era completamente cálido, por lo que salir con Zayn en una tarde cualquiera, tomados de la mano y abrazándonos de vez en cuando, resultaba ser la mismísima gloria.
Aunque, otras tardes, prefería pasarlas mirando cualquier película con mis amigos, los cuales, sorprendentemente no han mencionado palabra alguna acerca de la supuesta boda, mucho menos Zayn, o tan siquiera Eleanor, quien fue la primera en decir que organizaría todos y cada uno de los detalles a la perfección.
Era como si tal propuesta sólo hubiese ocurrido en mi cabeza, o como si hubiese sido un delirio. De cualquier forma, me encantaba disfrutar mi noviazgo con Zayn lo más que pudiese... no importaba lo que viniera después, sino lo que ocurría en nuestro minúsculo presente, desde las tranquilas mañanas, saliendo a comer, o hasta las divertidas noches, en las cuáles la mayoría de las veces, éramos los únicos sin una gota de alcohol en el cuerpo, en comparación con el resto de nuestros amigos.
¿Qué hacía aquella tarde? La recordaba con tanto placer, alegría y claridad, que al hacerlo, cada uno de mis vellos se erizaba, luchando por despegarse de mi piel.
No faltaba mucho para que el horario terminara, de hecho, no más que unos minutos, y allí estaba yo, sujetando una cámara -recién adquirida- fotografiando a las deslumbrantes modelos al frente de mí.
No era difícil diferenciar quién era la fotógrafa, y quienes eran el foco de atención; con sus minúsculos bikinis, sus perfectas tallas, su bronceado tono de piel y su casi espléndido maquillaje, esas tres chicas resaltaban entre todas, una con su tez morena y ojos realmente verdes, la otra con sus ojos rasgados y su voluminoso cabello, y la última, con su tez bronceada y cabello rubio, posaban como maniquíes, maniquíes envidiables, maniquíes que transmitían vida.
Venían de Victoria's Secret... o al menos eso fue lo que escuché, de cualquier forma, yo sólo me encargaba de fotografiar a quienes serían la portada del próximo mes
-Y eso es todo, chicas -vociferé, ambas, casi al unísono, soltaron un grito de alivio. Habían estado más de diez minutos en la misma posición- Las fotos quedaron excelentes, gracias por venir.
No esperaba que respondieran, tal fue mi sorpresa cuando la rubia se volteó, me dedicó una sonrisa y murmuró:
-Gracias a ti, que siempre haces el milagro de que me vea más delgada en las fotos.
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Enamorando a Verónica → zayn
Fanfiction"¿Te vestirias de mujer sólo por amor? Zayn Malik sí lo haría." Antiguo: ¡Creí que eras Verónica! Queda prohibida la copia parcial o total de esta obra. Registrada en Safe Creative bajo el código: 1501032899666.