Revelando secretos [LMD#2]

31 RECORDANDO PARTE 1

Capítulo 31 Especial recordando parte uno.

Narro yo*-*

Era un día muy bonito todo parecía ir bien una sonrisa llena de sentimientos se apoderaban del rostro de Lila había visto a su hija felizmente abrazada a Gray ella esperaba hace mucho que esos dos estuvieran juntos al fin y su sueño ya se había cumplido. Decidió preparar algo delicioso para cenar tenía Muchas ideas en la cabeza pero al final opto por hacer un arroz a la francesa una especialidad de ella. Pero para eso tenía que ir por ingredientes, tomo su cartera y se arreglo un poco para irse. No quiso molestar a los tórtolos diciéndole que iba a salir así que simplemente dejo una nota.

Llegando a la tienda puede notar que un sentimiento recore su cuerpo y no parece ser nada bueno. Pero decide ignorarlo no puede pensar que algo malo le pasaría ella era una hechicera de elite y se podía defender sola. Entro al minimarker cerca y comenzó a buscar los ingredientes necesarios. Una mano toco su hombro repentinamente no dudo en girarse un hombre la miraba sonriente pero ella no entendía porque cuando lo vio le vino una presión al pecho y todo era de un color muy extraño.

— Disculpe señorita pero ¿no tiene cambio para este billete? — le mostró el billete de cien y entonces Lila lo miro y busco en su cartera un cambio favorable y se lo entregó — muchas gracias es usted muy amab... — el señor se quedo callado al ver la marca que tenía esta mujer el su cuello.

— ¿Pasa algo señor? — preguntó la castaña al ver que el viejo no reaccionaba. Un acto muy extraño por parte de este la hizo asustar.

— Estrella — dijo el de ojos verdes tocando su cuello — ¿L-Lila? — susurró la castaña abrió la boca de la sorpresa. No comprendía la actitud del viejo pero si sabía su nombre algo raro estaba pasando.

— ¿Cómo sabe mi nombre? No me diga que es por lo famosa que soy — aunque haya sonado como alardeo no era así. Pero es que muchos hechiceros la conocían por eso.

— No claro que no. Yo me sé tu nombre porque estuve ahí para ponertelo.

Lila se le subió la sangre a la cabeza y su cuerpo no quiso reaccionar no, no no, lo que estaba viendo no era real acaso ese hombre ¿era su padre? ¿pero como?

— U-Usted...

— Por favor no me huyas necesito hablar contigo Lila — suplicó mientras veía como las lágrimas comenzaban a salir de ella.

— No, usted y yo no tenemos nada de que hablar — se apresuró en decir. Agarró todas la cosas y las puso a un lado iría a otra tienda pero no hablaría con ese señor ahora.

— ¡Lila! Por favor escuchame — corrió lo más lejos que pudo de ahí ya no escuchaba los gritos de él. ¿cómo pudo dejarla? Es un desgraciado si cree que ahora le perdonaría lo que hizo. Abandonarla dejarla a ella y a su madre. No, para nada podía perdonar algo así.

Camino sin rumbo hasta que se detuvo en una tiendita y se sentó en una de las mesas de esta. Pidió un te para calmar los nervios y todo la alteración que provoco lo de antes. Esa era una historia que nunca quiso revelar a nadie solo Julio la supo ya que con  él fue con  el que más intimo pero aún así le dolía lo poco que recordaba.

Años atrás:

Una noble mujer de cabellos negros ojos caféses de veinte años de edad salia felizmente a comprar las cosas del almuerzo que le haría a su esposo no podía sentirse más cómoda con todo estaba muy feliz porque hoy cumplirían un año de casados y todo estaba listo. tenía las mejores intenciones para él y lo mejor de todo era la sorpresa que le tenía. Su esposo Roy de veintidós años de edad castaño y de ojos verdes siempre había querido un hijo y ella por fin se lo iba a dar. En su bolso guardaba los papeles que le indicaban que ya tenía diez días de embarazo y sabía que su esposo estaría muy feliz de saberlo.