No sabia nada, no quería nada, solo sabia que tenia que esperar, en ese pequeño pueblo olvidado entre el bosque, Gravity Falls...
Cuando abrió los ojos en la Mansión Noroeste, que estaba bajo la posesión del viejo McGucket, no tenia memoria, algo que era bueno para alguien que quería empezar de nuevo, pero este no era el caso del chico, por mas que quería recordar no podía, y al percibir algo le daba una jaqueca horrorosa.
Sin pasado, sin futuro, solo el presente, siendo admirado por las miradas femeninas del pueblo, sin interés alguno de estas, todas tan iguales, sin diferencia, tan monótono.
-¿Pasa algo chico?- Le pregunto el viejo de barba larga y con lentes de fondo de botella.
-Nada, señor Mc, solo trataba de recordar algo...-Mc era el apodo que el joven le tenia a su padre adoptivo, mejor dicho su tutor.
-No te esfuerces chico, tal vez tu mente no quiere que recuerdes algo malo sobre tu pasado, hazle caso a tu mente y deja esa caja de recuerdos quieta.-Levanta un pulgar en alto, el rubio ríe y siguen caminando por el jardín de la mansión.
-No lo se, pero quisiera saber porque estaba hace unos meses en la puerta de la mansión, ¿Quien me dejo? ¿Por qué? O ¿Tengo familia? y si es así ¿por qué no han venido a buscarme?-Se sentó en una banca blanca de estilo barroco, miró hacia el cielo, azul, los pájaros cantando a su alrededor.
-Vamos Ángel ,-El de tercera edad se acomodo a un lado de el.- Pero ¿Te sientes bien aquí?-
-Claro, me gusta estar con usted aquí, es muy interesante ver sus investigaciones y sus inventos, aunque al principio creí que estaba loco, ahora me parece el más cuerdo que conozco.- Le miró con sus ojos color miel, acomodó su flequillo un poco rizado detrás de su oreja. -Además dígame por mi nombre, Jeff, no me gusta que me digan Ángel solo por mi apariencia...Es molesto.-
-Ya veo, pero Jeff, eres todo un rompe corazones, todas las chicas están locas por ti.- El barbón se levantó.-Voy al laboratorio, tu ve a la cafetería, que Susan te de un pedido que hice, tráelo para comerlo en la cena.- Con esto se retiró a su estudio.
-Vale...-Se levantó y se estiró. Caminó hacia el pueblo, era tan animado ahí, paso por la cabaña del misterio donde estaba aquel chico gordo hablando a un grupo de personas. Nunca había ido ahí. Un día iría a ver esa atracción.
Siguió su camino, era casi verano, el calor se sentía, aunque el llego al final del verano a la casa del viejo, el año se había pasado muy rápido a sus ojos. Entro a la cafetería, Susan lo vio y rápidamente fue por su orden, salio de la cocina con una bolsa.
-Gracias, agréguelo a la cuenta, ¿Si?-dijo tomando la bolsa.
-Claro joven,- Saco una libreta y apunto algo.
-Hasta luego-Le respondió, ella solo agito su mano en señal de despedida.
Decidió pasar a la cabaña del misterio, paso y era algo muy peculiar, era un tanto vieja pero muy curiosa, las criatura que veía y la tienda de recuerdos, aunque Jeff en serio se asusto con la estatua que estaba a un lado de la caja registradora. Brinco junto con un grito, alejándose de esta. Una risa le hizo voltear al mostrador.
Era una chica pelirroja, con una gorra de pino color azul, le tomo una foto con su celular y textió algo.
-Ehh...este...-Tartamudeó Jeff. Algo avergonzado.
-Chico, vaya. Es fea, pero en serio, tu reacción fue épica.- Soltó una sonora carcajada. Rojo de la vergüenza Jeff, agacho la cabeza, la miró de reojo, su gorra era bonita.
-H-hey, esa gorra...-
-¡Oh! ¿Esta? Me la dio un amigo, pero si quieres una, ahí en ese estante hay varias.- Y siguió con su celular, el rubio camino hacia donde le apunto la chica, y era cierto había de varios colores, pero el tomo la azul. Le encantaba, le recordaba algo, pero no sabia que. Miró con una sonrisa curiosa el accesorio. Volvió la mostrador para pagarla.
-Vaya, el chico no vendrá este verano...-Dijo la pelirroja.
-¿Disculpa?-
-No, nada, solo el amigo que me regalo esto no vendrá este verano, que lastima ojala venga el próximo.-
-Chico...-
-Te tardaste Jeffy, ¿estabas con una chica? Ehh! Jeffy, que travieso eres...-
-¡No es eso!- Con enojo silencio al anciano. Le extendió la bolsa.-Tome.-
-Es para ti.- abrió sus ojos de sorpresa, cuando el viejo le comento esto, abrió la bolsa y ahí estaba. Dos parquecillos de coco con un decorado de un ojo color amarillo.-Me he fijado que te gusta ver a la gente a los ojos cuando les hablas, tal vez te gusten los ojos, o solo seas muy seguro de ti mismo, pero ya casi es un año desde que te encontré fuera de esta casa, tómalo como tu regalo.-
El ojos miel miro a la persona frente a el y luego los panecillos. Quiso decir algo pero las palabras se le atoraron en la garganta. Sus ojos se humedecieron, estúpido viejo, estúpido viejo sentimental, pero asi lo quería, mordió su regalo mientras intentaba no llorar. Le extendió el otro postre, el viejo solo dejo lo que estaba haciendo para tomarlo.
-El color amarillo te queda bien, ricitos de oro.-bromeo el barba blanca, y acaricio el ondulado cabello de su pupilo. Mientras reían. Ese recuerdo se atesoro en la mente del chico, ya que poco después el gobierno les pidió 30 maquinas para elevar puentes. Y estuvieron encerrados todo el verano y otoño.
El invierno lo pasaron viendo películas en la sala, mientras tomaban café o chocolate. La primavera no fue como se espero, ya que llovía demasiado y al llegar el verano era molesto salir al calor.
Al final del verano se encerró otra vez con McGucket, para hacer una maquina que pudiera hacer como nueva una fruta podrida. Así todo el año, solo iban al baño o bajaban ocasionalmente por comida. Llego el tercer verano, y el no tenía nada de trabajo, podía recordar algo de su pasado, le esperaba en Gravity Falls, para ver a aquella persona, no sabía como era, ni como se llamaba pero era alguien muy elegante a su modo, simpático pero también serio. Bajo al pueblo como de costumbre por las compras.
Paso por la cabaña del misterio, no había entrado mas que a comprar aquella gorra, que traía en ese momento, decidió ver las nuevas atracciones, camino a la entrada pero la puerta se abrió de repente pegándole justo en la cara.
-ARRRGGGHH!-Grito de dolor, sobo su frente enrojecida.
-Ah! Siento mucho eso, ¡Mabel! ¿¡ ya viste lo que hiciste?! ¿Estas bien?-
-Si, c-creo...- Alzo la vista y se quedo en shock, aquella persona que lo había golpeado con la puerta, era muy hermosa, aunque tenia un poco de acné en su rostro, era muy bello, ojos color marrón, cabello castaño y una nariz enrojecida por un motivo desconocida. Le extendió la mano para ayudarlo, pero Jeff se quedo mirándolo como idiota.
-Ven- Tomo su mano y lo levanto.-Te pondré hielo.- Lo guio hacia la cocina y busco hielo.-En serio lo siento, es que mi hermana me hizo enojar y abrí la puerta sin mas, no te vi y...- Al ver que el rubio lloraba y alarmo.-¿¡Te duele mucho?! Rayos, toma-Coloco la bolsa de hielo en la frente del chico. Después de unos momentos, Jeff se tranquilizo, y ya sin mucho dolor hablo.
-Tu ...¿Tu vives aquí?- Dipper que estaba sentado junto a el, lo miro con desconfianza pero respondió.
-No, vivo en California, solo vengo aquí en vacaciones...¿Y cual es tu nombre?-
-Jeff McGucket...- Toco sus ojos enrojecidos.
-¿¡McGucket?! Eres hijo del viejo mcGucket... ¿tenia otro hijo?- se pregunto mientras rascaba su nuca.
-No, soy su pupilo, me encontró y me adopto.-
-Ya veo, eso es bueno.- Le dedico una sonrisa al muchacho a un lado de el, este se ruborizo y volteo a otro lado... Sentía que se iba a quedar ciego con solo verle sonreír de esa manera.--------
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Esperándote( Billdip Fanfic)
FanfictionJeff, es un chico solitario que un día amaneció fuera de la mansión Noroeste sin memoria, sin saber porque esta ahí es adoptado por el viejo McGucket el dueño de la dicha mansión. Después de un tiempo conoce a unos chicos castaños por los cuales sie...