Parte 3: Avances y retrocesos

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MINHO

Maldiciendo a todo lo que existe en este mundo, lo acomodé mejor y lo cargué hasta la entrada trasera de la casa, esperando encontrar a alguien que me libre del tormento que estoy sintiendo en este momento, pero cuanto más caminaba, más se apegaba a mí y susurraba incoherencias entre sueños.

-Sr. Choi, es usted muy cómodo...quiero...que no me suelte...nunca...

Y es que parece que cuando la mala suerte aparece, lo hace para quedarse definitivamente y joderte aún más la vida, como si no estuviera ya con la mierda hasta el cuello, ¿por qué en una puta casa llena de sirvientes no puedo encontrar a alguien que cargue al niño y lo lleve a su habitación?

-Ohh Dios mío!!!...Taemin cariño, qué sucedió??...-Gritó de pronto la madre del chico, totalmente escandalizada, al verlo inconsciente, mojado y medio desnudo en mis brazos.

-Cayó a la piscina y se estaba ahogando -Solté sin más- Creo que está bebido-. Añadí, con la intención de hacer que esta gente se preocupe más por su hijo y le prohíban hacerse daño con mierdas que un niño de su edad no debería siquiera conocer.

-Ohh por Dios!!... -Chilló la mujer como loro amaestrado.

-Pida a alguien que lo cargue, yo solo lo traje hasta aquí porque se durmió apenas lo saqué de la piscina.

-Por favor, ¿podrías cargarlo a su habitación?, no tengo a nadie cerca para pedírselo, y su padre debe estar por llegar, no quiero que se encuentre con Taemin en ese estado, se molestaría mucho -dijo la mujer con rostro suplicante, y enseguida comprendí que era de esas madres que cubrían todas las andanzas de sus hijos.

-Está bien, indíqueme el camino para seguir.

Nunca había pasado de la cocina de aquella casa, por lo que no pude evitar observar con asombro la elegancia y opulencia del lugar, al salir de la cocina, caminamos por un pasillo lleno de puertas, y después pasamos por una sala que era fácilmente del tamaño de cinco como la mía. La mujer observaba sigilosa hacia todas partes, de seguro asustada por toparse con su marido, pero cuando llegamos a una gran, pero gran escalera no habíamos visto a nadie. Me indicó que subiera al segundo piso y me llevó hasta una puerta que estaba al final del pasillo por el lado derecho. Abrió la puerta de la habitación y otra vez me asombré con el tamaño y lo costoso de todo...no es que me extrañe, ya lo sabía con solo ver la fachada de esta casa, pero no puedo evitar pensar que este niño nació en cuna de oro, siempre acostumbrado a lo mejor, y viéndolo ahora en su elemento, hasta puedo entender que se comporte como un malcriado, ya que obviamente siempre debe obtener lo que quiere.

-Puedes dejarlo en la cama, le buscaré ropa seca -dijo desapareciendo en una puerta que estaba dentro de la habitación, la cual supuse es el armario.

Con cuidado traté de dejarlo en la cama, pero sus brazos estaban anclados con firmeza tras mi cuello, por lo que no conseguí zafarme, intenté soltarme dejándolo recostado y ejerciendo un poco más de fuerza quité sus brazos de mi cuerpo, pero no contaba con que el mocoso enredara sus piernas en mis caderas y lo siguiente que supe fue que caí con todo mi cuerpo sobre el niño que ya no estaba tan dormido y me observaba con los ojos brillantes.

-Sr. Choi...deje de aparecer en mis sueños... -susurró sin apartar su mirada de la mía.

Sabía que él estaba borracho, por lo que el encargado de poner las cosas en su orden era yo...pero, por un par de minutos me vi perdido en esa mirada, era tan pura y cariñosa, que no podía dejar de verlo. Sus mejillas comenzaron a colorearse y creo que eso se puede convertir definitivamente en mi perdición...

Enamorando a mi sexy jardinero (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora