Viernes. La semana pasó tranquila y no había vuelto a hablar con Axel, solo lo atrapé mirándome un par de veces en la cafetería y en la biblioteca. Ayer cuando volví del trabajo encontré una nota suya recordándome nuestra salida de hoy y que pasaría por mí a las cuatro en punto. Yo solo tiré la nota a la basura y me preparé un sandwich. No iba a salir con él de ninguna manera, no estoy en busca de ningún tipo de relación con nadie, vine a este lugar a tratar de organizar un poco mi vida sola, necesito y tengo que avanzar por mi propia cuenta si no quiero salir mas herida de lo que estoy. Todas las relaciones traen problemas: matrimonios, noviazgos, amistades, padres e hijos, hermanos... Siempre alguien sale herido, ya sea por traición, engaño u otras cosas de la vida y ahora no estoy lista para soportar ninguna de ellas. No estoy lista para cargar con la culpa de lastimar a alguien que quiero, no estoy lista para preocuparme por peleas y discusiones, no estoy lista para nada, solo necesito tiempo. Tiempo para estar sola, tiempo para rearmar mi vida y sobre todo, necesito tiempo para sanar mis heridas y salir del océano.
No puedo salir con Axel porque si lo hago, eso será la chispa de una relación, la chispa de una amistad o quizá de algo más que con el tiempo traerá muchos problemas y preocupaciones que yo aún no estoy lista para manejar, si me arriesgo a tener algo con Axel estoy segura de que explotaré en el intento y eso es justo lo que estoy tratando de evitar. Faltan quince minutos para las cuatro y estoy sentada en el suelo debajo de la ventana de mi habitación, leyendo el libro que tomé de la biblioteca y esperando a Axel con nada mas que una blusa holgada y unos cómodos pantalones cortos.
Aun me pregunto por qué es tan insistente, por qué desea tanto buscar problemas y alborotar todo a su alrededor. No entiendo por que las personas que lo tienen todo y son felices siempre están tratando de arruinarlo todo, personas que tienen todo lo que yo moriría por tener y aun así lo desprecian y no les importa nada. Axel es una de esas personas, él está construyendo su camino al fracaso cada vez que se acerca a mi, solo saldrá herido. Pero yo no soy la mala aquí, yo se lo advertí, pero supongo que él es una de esas personas que se tienen que caer varias veces para darse cuenta del daño que se hacen a sí mismos y luego, evitan caerse. El sonido del tiembre me saca de mis pensamientos y me dirijo a la puerta.
Abro la puerta y ahí está él en toda su gloria, con su sonrisa de galán de telenovelas, su cabello rubio volando en todas direcciones, un exótico y atrayente aroma y una hermosa rosa roja en una de sus manos. Si, la imagen perfecta de un chico perfecto. Me da asco.
—Esta es para ti —Dijo ofreciéndome la flor. La tomé y sentí como mis dedos rozaron los suyos por instante.
—Gracias, que... Lindo detalle —Lo miré y el me dió una de sus relucientes sonrisas, luego el silencio nos envolvió y decidí avanzar, mientras mas rápido se fuera mas tranquila estaría —Estás muy radiante hoy.
—¿A si? —enarco una ceja y yo asentí y revolee los ojos.
—Si, mas de lo normal.
—¿No se supone que yo debería haber dicho eso? Digo, yo soy el chico —Me preguntó burlón.
—Eso es tan sexista, además, yo nunca estoy radiante —Desvié la mirada y me concentre en el intenso y envolvente color rojo de la rosa que tenía en mis manos.
—No digas eso, siempre estás radiante es solo que no te das cuenta, pero quienes estamos alrededor y nos detenemos a observar nos damos cuenta enseguida —Lo miré fijamente y casi quise reír por sus estupidas palabras.
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Trata De respirar
Dla nastolatkówElena es una chica de 19 años que ha sufrido demasiado en el pasado y se podría decir que jamás ha sido feliz. Cuando tiene la oportunidad, se escapa y emprende un nuevo camino hacia una nueva vida en la que cree que podrá avanzar y ser feliz, pero...