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Baekhyun una vez dijo que quería ser la persona con más suerte en el mundo. Que no importaban las circunstancias, que él se mantendría positivo. No todos son dignos de disfrutar una suave acaricia de la vida, una potencial oportunidad de necesidad o un beso casual de gratificación.

Desea ser feliz por siempre. La felicidad traer grandes cosas, evade las malas y las coloca en segundo plano. Baekhyun sintió eso y más al lado de Chanyeol. Las sensaciones prometedoras, el sentimiento de amor y los toques demandantes de cariño. Él tuvo eso por mucho tiempo, muchos años, tantos momentos.

Pero tú no puedes saberlo. Tú no eres Baekhyun. No conoces ese sentimiento. Tú jamás serás amado como Park Chanyeol amó a Byun Baekhyun.

Tú no puedes retroceder.





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Después de muchos días ese fue el primero en que sólo vomitó una vez e, igualmente, el momento en que hubo un cambio significativo.

Esa vez las primeras palabras de Chanyeol no fueron las comunes, esas quedaron en segunda instancia. Lo primero que le dijo fue ensordecedor y casi hace que Baekhyun llore de alegría por dos cosas: la posibilidad y el cambio.

-Has estado vomitando seguidamente -escucha eso cuando cierra la puerta del baño. Sus pies se detienen al mirar a su novio recargado en la mesa. Los ojos de Chanyeol bailan hacia él, lo inspeccionan y miran con un rostro enrojecido-. ¿No estarás...?

Eso hace sonreír a Baekhyun. Mucho. Sus ojos se aguadan y sus puños se aprietan por el inocente pensamiento. Porque no. Por más que Baekhyun quiera pensar que el vómito es debido a eso sabe que su yo real le dice que está equivocado. No vomita por eso. Pero Chanyeol no puede saberlo, por hoy quiere que todo vaya bien hasta donde tenga que ir. Que si Chanyeol va a morir hoy, que lo haga de una manera hermosa, tranquila e indolora.

-Quien sabe -inquiere con emoción, no fingida por qué no lo es, aunque sepa que no es verdad-. ¿Tú crees?

Chanyeol camina hacia dentro de la cocina, Baekhyun siguiéndolo y ambos continuando con el desayuno.

-Vómito, mareos y cambios de humor -Chanyeol ríe levemente. En sus ojos se muestra una ilusión-. ¿Eso a qué te suena?

-¿Mi periodo? -Baekhyun bromea y come un pedazo huevo.

-Tú no tienes periodos, y doy gracias a Dios -su novio dice con un guiño-. Pero, en serio, Baek. Sería genial si te hicieras la prueba.

-¿Así como tú la hiciste sólo porque repentinamente se te antojó budín? Claro, después de esa noche gloriosa -sonríe.

Chanyeol se sonroja.

-Podría ser.

Baekhyun no dice nada más simplemente se encoge en hombros.


-Mi hermana me dijo que su vuelo se atrasó y llegará tarde a la ceremonia -Chanyeol dice con la boca llena, llevándose la comida sin importarle la suciedad-. Todo es culpa de su novio, es un exagerado por donde lo veas. Si pensé que tú, tardándote más de siete horas en elegir qué ponerte, era demasiado, imagínate a ese bastardo recorriendo tiendas por dos semanas sin detenerse. Dos semanas.

Baekhyun mira simplemente cómo es que su huevo frito está medio comido y los colores tienen un brillo especial. Su café aún humea, el olor le llega a las fosas nasales. Revolviendo su desayuno, Chanyeol lo mira por un segundo.

-¿Estás bien?

Baekhyun suspira.

-¿Te duele la cabeza?

RegressionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora