No soy ninguna experta, pero creo que mis experiencias podrán ayudar de algo, al menos en lo básico. A la hora de publicar como un autor desconocido hay que tener en cuenta qué quieres. Deberías responder a estas preguntas:
¿Por qué quiero publicar?
¿Quiero dinero?
¿Quiero solamente ver mi libro en papel?
¿Quiero que esté en las librerías?
¿Quiero alcanzar fama?
¿Quiero que esté disponible en Amazon?
Una vez teniendo en mente nuestro objetivo u objetivos (puedes elegir más de uno), coge aire y merma en ti el anhelo desorbitado de publicar. Si quieres dar este paso, tienes que pensar con la mente fría. ¡Nunca te precipites! ¡Nunca! Permite que el tiempo sea tu aliado y tómatelo con calma o te arrepentirás. Hay decisiones que son irrevocables en este mundillo literario.
1. Corrige tu manuscrito hasta la saciedad. Y, cuando creas que hayas terminado, pide a un familiar o amigo cercano que le eche un vistazo. Hay errores que por ser tuyos no podrás detectar.
2. ¡Protege tu obra! Inscríbela en el Registro de la Propiedad Intelectual. Este paso es esencial. Cuando hayas terminado el paso 2, vete a la playa o a divertirte por ahí. Deja que corra el tiempo para lograr así más calma en este asunto. Si has logrado dejar de pensar en tu libro por más de 30 minutos, has superado este paso y puedes pasar al siguiente.
3. Hazte un Twitter nuevo, un blog o una página en Facebook. Es aconsejable, pues ganarás lectores hablando en las redes sociales de tu camino hacia la publicación. Hazles partícipes de este tortuoso proceso, involúcralos en tus dilemas a la hora de decidirte por una portada u otra, comparte tus andanzas, tus pequeños logros o fracasos, etc. Y quizá no sólo logres lectores, sino también buenos amigos y consejeros.
4. ¿Publicación física o digital? ¿Cuál es mejor? Ninguna de las dos es la mejor por excelencia, sino que dependerá del tipo de persona a la que crees que le interesaría tu libro, de si quieres distribución por librerías o hacer marketing vía Internet, soltar dinero o no, etc. Yo recomiendo apostar por ambas, pero insisto en que, sobre todo, la decisión tiene que ver con lo que tú quieres.
5. Cuando tengas tu manuscrito libre de erratas, te aconsejo que lo tengas en Word de momento, y que realices un salto de página en el final de cada capítulo (si has hecho un prólogo o una dedicatoria, inserta también otro salto de página debajo).
6. No abuses de fuentes extrañas. Más adelante, eligiendo una u otra opción, quizá puedas poner la que te guste, pero por ahora mantén Arial o Times New Roman a tamaño 11 o 12.
7. El título de tu obra. Si ya tienes uno que no piensas cambiar, salta este paso, pero, si no lo tienes aún muy claro, ten en cuenta el paso 4. Haz una lista de posibles títulos y pregunta a los demás cuál les llama más la atención.