Capitulo 2

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La tarde caía en el pequeño pueblo de Halloween Town con el mismo cálido clima otoñal mientras la pobre muñeca continuaba dando vueltas, siguiendo un pequeño golpeteo de sus zapatos: "tap, tap, tap, tap, tap, tap...". Si el doctor Finkelstein estuviese en el laboratorio, le daría un duro escarmiento a Sally y le ordenaría que parara tanto golpeteo, además le diría que cocinara la cena o que haga la limpieza del patio marchito de su hogar.

Varios pensamientos la invadían constantemente: qué ropa debería usar, si debía peinarse, cómo se comportaría con él, qué decir y qué no decir. La pobre estaba a punto de desmayarse. Finalmente tendría una cita con el chico del que ha estado enamorada desde un principio.

POV Sally

Menos mal que el doctor se fue temprano, así puedo pensar un poco mejor, pero ¿qué estoy diciendo? No puedo pensar, no pude dormir tranquilamente anoche solo por este día. No tengo idea de qué vestir, que decir o cómo actuar frente a él. De verdad, quiero impresionarlo y demostrarle que puedo ser la chica ideal... oh, vamos Sally, no te hagas ilusiones, sabes que no tienes oportunidad con él. ¿Cómo el gran Rey Calabaza se fijaría en una chica como tú?

Seguía caminando y miraba ansiosamente el reloj del ayuntamiento: faltaba media hora para las cuatro de la tarde. Solo media hora...

-Tienes que controlarte, Sally. Solo es una cita.-

Repetía eso todo el tiempo. Entonces me relajé un poco y saqué un cajón que se encontraba debajo de mi cama, lo levanté y lo puse sobre mi mesita de costura: lo abrí y vi un vestido color negro que llegaba por encima de las rodillas; a medio hombro con mangas muy cortas y con un ligero escote (un lindo vestido, si me preguntan); estaba hecho con retazos de tela sobrantes, de vestidos que les hice a las brujas para el Halloween del año pasado. Lo saqué y lo coloqué en mi cama. Solo lo veía y me senté en un banquito que estaba cerca del costurero. Me había hecho la promesa usarlo para una ocasión especial, ya saben, cambiar un poco mi estilo (aunque no sea tan variado que digamos).

Las campanadas del reloj del ayuntamiento marcaban que faltaban quince minutos para las cuatro. Me quité mi viejo atuendo, lo guardé en la caja, me puse el vestido negro combinándolo con unos zapatos negros con un poco de tacón, cepille mi larga cabellera, me miré en un pequeño espejo y pensé mientras sonreía:

-Creo que esta vez romperé mi promesa...-

POV Jack

Estaba muy impaciente, movía mis dedos sin parar, y lo único que hacía era ver a los habitantes del pueblo pasar y saludarlos, para distraerme un poco. Pero a quién engaño, estaba demasiado nervioso, pensando cosas que no imaginé idealizar: si me veo bien, si no me apresuré a invitarla a salir, si no se sentirá incómoda... rayos... no sé qué me sucede.

Intenté cambiar mi estilo un poco, intentando lucir un poco más "casual" (ya que mi traje a rayas lo uso como un tipo de uniforme): llevaba una camisa de vestir color gris de manga larga, una corbata negra, unos pantalones y zapatos negros. Creo que es demasiado para mí. No sé qué pensará ella al verme, no sé cómo irá vestida... estoy que muero de la ansiedad... yo...

-Hola Jack...-

De repente una suave voz me sacó de mi estrés. Sally estaba enfrente mío y me quedé muy impactado al verla: usaba un vestido negro que le quedaba precioso, acentuando su frágil y bella figura, unos lindos zapatos de tacón que marcaban bien sus piernas mientras la luz de la tarde le daba un efecto hermoso en su cabello y en su rostro... cielos... parecía un ángel. Ambos solo nos miramos, Sally estaba apenada y yo simplemente la veía. Pareciera que el tiempo se detuvo para mí...

-Me veo... tonta, ¿no crees?- pregunta ella mientras desviaba su mirada a un lado con un gesto de pena.

-No... para nada Sally, te ves... muy linda...- le respondí sonriente intentando reconfortarla (y creo que me sonrojé un poco).

Sally volteó rápidamente y sus ojos se abrieron como platos mientras su rostro se ruborizó completamente.

-Em...gracias... y... ¿a dónde quieres ir?- me pregunta sonriendo tiernamente.

¡Maldita sea! Jamás se me ocurrió un lugar a donde llevarla...

-Bueno... conozco un lugar donde sirven buena comida...-

-¿Te refieres a donde trabajan las brujas cocineras?-

-Sí... o ¿quieres ir a otro lugar?-

-No, me parece perfecto ir allí.-

-Bien...- puse mi brazo para que ella lo tomase, y algo apenada, Sally lo tomó y nos dirigimos a nuestro destino.

POV Sally

Llegamos al lugar que Jack eligió; Dios, estaba que me moría por dentro: ir caminando junto a él, sujetando su brazo y él el mío. Pensaba que todo esto era un dulce sueño, de que jamás quería despertar.

El lugar queda cerca del centro del pueblo, pero sentí que era eterno el camino. Quería soltarle e irme corriendo hacia mi casa y coser, pero esas ganas de huir desaparecían cada vez que Jack me miraba de reojo y sonreía. Yo correspondía ligeramente sonriéndole y deseando con todo mi corazón que esta caminata nunca terminase.

-Bien Sally, llegamos-

Ambos llegamos al establecimiento y de repente la bruja dueña del lugar se acercó a nosotros. A pesar de que el local es reciente, se ha convertido en un sitio bastante popular en Halloween Town, y no era de esperarse. La dueña es un encanto.

Bruja: -Jack, Sally, bienvenidos sean- nos abraza cariñosamente

Ambos correspondimos el abrazo con el mismo afecto que ella...

-Jack te muy guapo.-

-Muchas gracias.- él agradece haciendo una reverencia.

- Y tú Sally te ves hermosa. ¿Tú te hiciste el vestido?-

Asentí sonriente.

-Oh te ves realmente divina. Y díganme qué los trae por aquí, chicos-

-Queremos saber si tienes una mesa disponible para dos.- responde Jack. –Es que la invité a comer...-

La bruja nos mira y sonríe –Ya veo... conque ya se dieron el sí, ¿eh?-

-¿De qué habla?- pregunta Jack algo confundido.

-Ya saben... ¿ya son pareja?-

Ambos quedamos en shock ante la pregunta y nos sonrojamos enseguida...

-Eh... no señora...- le respondí nerviosa mientras sonreía ligeramente –solo salimos como amigos.-

-Oh... ya veo, disculpen chicos, es que hacen una linda pareja- sonríe. –vengan, pasen...-

Jack y yo nos encaminábamos hacia una mesa mientras no podía quitarme de mi mente esas palabras: "Hacen bonita pareja". Sentí alegría en mi corazón al escuchar eso, a pesar de que en realidad, es imposible que se dé. Pero bueno, se vale soñar...

La primera citaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora