Carlos sabia, que aquella era la ultima vez, que veria el paisaje que tantas veces habia disfrutado.
Hacia doce horas que su vida habia cambiado, que su vida habia desaparecido.
No era momento de pensar en ello, ya tendria tiempo.
Rodrigo le estaba esperando, el unico que siempre ha estado a su lado y le ha ayudado en todo, incluso en esto tambien.
- Vamos Carlos, antes de que alguien se de cuenta de que no estas!
- Voy, voy...
- Tenemos que llegar a la Nacional, Belen ha aparcado el coche en la orilla y puede despertar la curiosidad de alguien.
Empiezan a alijerar el paso, Carlos no lleva equipaje, simplemente lo que lleva puesto y un chaqueton gris.
En su cabeza ha resonado un nombre: Belen.
Que sabra ella de todo esto?
Y lo que le produce un atisbo de dolor, ¿ tiene que renunciar a ella?, ¿ quizas algun dia se volveran a encontrar?.
Rodrigo lo saca de sus pensamientos.
- Alli esta el coche.
Pero Carlos habia entendido que Belen lo dejaria alli, no que ella estuviera esperandolos.
- Vamos chicos, subir, que empezamos a llamar la atencion.
Carlos no entendia nada, ¿acaso ellos tambien huirian con el?
- Belen, lo llevas todo?
- Si Rodri, la ropa, los pasaportes y todo el dinero que he podido obtener de la venta de mis cuadros y libros, bueno para ser sincera me he quedado con un libro, el que me regalo Cristina.
Cristina....
Carlos no podia articular palabra, lo unico que alcanzo a decir fue
- Tus cuadros?, no... Belen...
- Tranquilo Carlos, ya pintare otros, ahora lo que importa eres tu. Intenta dormir un rato, el viaje es largo.
Belen y Rodri empiezan a conversar en voz baja, casi imperceptible a oidos de Carlos.
Cierra los ojos y le vienen imajenes de lo ocurrido hace medio dia, botellas vacias por el suelo, la lamparita de la mesa, tirada, un reloj sonando y... un cuerpo boca abajo.
De golpe abre los ojos, siente un escalofrio, que le recorre la espina dorsal, ¿quien era ese cuerpo?
Su mente da cien mil vueltas, pero no logra adivinar quien es.
El cansancio le vence y cae en un horrible sueño
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