Sexo, Pudor y Lágrimas

Observando toda la sencillez del departamento, Anthony Stark se preguntaba por qué estaba ahí. Desde que Steve se había marchado con Bucky, había jurado que no regresaría a aquel lugar en donde todo había iniciado pero, por mucho que le costara admitirlo, seguía regresando con la esperanza de que todo hubiese sido un sueño y de que el rubio le recibiera con su azulada mirada tan pura como el cielo. Posando su mano contra la barra de la cocina, evocó el recuerdo de su primer beso con el primer vengador.

-¿Tony?

Asustado, giró hacia la oscura sala de donde provenía la familiar voz.

-¿En verdad eres tú?- volvió a preguntar la voz

Paralizado, el castaño enfocó mejor su mirada hasta comprobar que, en efecto, era el mismísimo Capitán América en persona.

-¿Qué haces aquí?- fue la única pregunta que se atrevió a formular el menor sin perderlo de vista

Ooo Flash Back ooO

-Te amo, Steve- susurró Anthony Stark luego de haber besado al sorprendido rubio

-También te amo, Tony- respondió, al tiempo que acariciaba la tersa mejilla del menor y le miraba con profunda devoción

Ooo Fin del Flash Back ooO

Por primera vez, después de un doloroso año en el que ninguno supo del otro, el castaño de hermosos ojos almendrados y el rubio de orbes tan puras como el cielo se encontraban frente a frente. Ninguno de los dos se atrevía a decir palabra alguna salvo mirarse: Tony con doloroso reproche y Steve con dolorosa agonía. El mayor quiso avanzar unos pasos hacia el otro, pero el menor reaccionó retrocediendo cual presa asustada. Suspirando, el Capitán América decidió permanecer estático no por miedo a no alcanzarlo -sabía de sobra que no era tan rápido al correr- sino por temor a que no escuchara lo que tenía que decir.

-Tony…- trató de hablar, pero el menor insistió en retroceder como si las palabras fueran una amenaza letal

-Preferiste salvarlo a él…- reprochó el castaño

-No podía dejar que…

-¡Mentiste y me ocultaste toda la verdad!

-Nunca quise…

-Me destrozaste…- la mirada color miel era tan dolorosa

-Tony, por favor…

-Confié en ti y tú sólo jugabas y disfrutabas a expensas de mi estupidez… de mi idiotez al confiarte todo lo que sabía

-¡No fue así!

-Lo fue para mi porque tú eras mi todo en ese entonces, y ahora… -lágrimas empezaron a brotar de sus ojos- Ahora no tengo nada salvo este vacío que me está matando…

Si había algo en el mundo que Steve odiara más era ver la chispeante mirada de su amado opacada por las lágrimas y el dolor. Deseando consolar su llanto, avanzó unos pasos pero la respuesta de Stark fue la misma al retroceder, ¡qué rabia el no poder correr a él y estrecharlo entre sus brazos como tantas veces hizo!

Ooo Flash Back ooO

-No quiero lastimarte- susurró el rubio al moreno quien se hallaba de espaldas al colchón

-No lo harás- respondió sin deje de sarcasmo, enlazando sus brazos a la nuca del mayor para reclamar sus labios

Aquella inolvidable noche de agosto, Tony y él habían hecho el amor por vez primera. Steve podía recordar a la perfección las miradas del menor mientras le besaba una y otra vez, la sinfonía de gemidos que emanaban de su boca conforme sus labios iban descendiendo y marcando cada parte inexplorada de su cuerpo, la forma en que su miedo de entregarse se iba esfumando y era reemplazado por confianza pura e incondicional mientras se iba adentrando en su amante. Sí, la esencia del castaño se había impregnado hasta lo más hondo de su alma pues ambos no paraban de susurrarse palabras de amor. Rogers había caído rendido a los pies de Stark y fue en ese momento cuando supo que no podría llevar a cabo su misión. Fue cuando supo que ya no quería seguir mintiendo y que era necesario contarle toda la verdad por dolorosa que fuera. Por amor a él lo haría.