Narro yo*-*
Y así paso una semana de que las dos mujeres no supieron nada de Roy, la pequeña preguntaba a su madre si regresaría y la pobre mujer no sabía como contestarle, intento llamarlo, buscarlo pero todos sus intentos fueron inútiles. Roy se escondió muy bien y ella solo tenía la esperanza de que algún día él regresara.
Era domingo y Nía se disponía a preparar el almuerzo. Intentaba estar lo más calmada posible porque si no la ansiedad la empezaría a atacar y no estaba dispuesta a romper su promesa aún así su esposo se fuera ido, ella conservaba la esperanza de que volvería pues lo único que se llevo fue el auto y su chaleco. Además solo había pasado una semana.
Nía dejo los malos pensamientos a un lado cuando escucho la puerta sonar, se emocionó estaba segura que era su marido. Cuando abrió la puerta se dio cuenta que no estaba equivocada más no debió pensar que regresaría con cosas buenas.
Se acerco con los ojos lloroso y con ganas de abrazarlo hasta no poder más pero este se lo impidió.
— ¡Amor! Regresaste sabía que volverías — sollozó.
— No vine a verte o a perdonar tú mentira — habló serio. Su tono no mostraba piedad y eso comenzó a angustiar a Nía — vine a hacer maletas y pedirte algo importante. ¡Stan! — llamó y un hombre con traje entro, pero no era cualquiera ese era nada más y nada menos que Stan el abogado de su esposo.
— ¿Qué dices? ¿por qué Stan está aquí? — la mujer sentía desmoronarse por dentro.
— Ya debes sospecharlo — veneno en su voz — quiero el divorcio.
— ¿¡Qué?! — gritó y con las misma agarro la camisa de Roy se aferro a ella mirándolo con suplica — ¡No puedes dejarme así! ¡tenemos una hija! ¡un hogar! ¿por qué Roy? ¡yo te amo! — lloraba sin consuelo la pobre mujer.
— Sueltame — dijo sin mostrar remordimiento — no quiero saber nada de ti ni de esa niña, eso no es mio — habló sin importarle que la pequeña bajaba las escaleras con la intención de saludarlo pero al escuchar eso su corazón se rompió.
— ¡No le digas así! — Nía estampó su mano en la cara de Roy, ella podía amarlo mucho pero jamás le permitiría tratar así a su eterno amor que era su hija — no es mi culpa que sea una estrella, tampoco es de ella pero si de verdad nos amaras Jamás dirias eso — Nía intentaba ser fuerte por su pequeña que escuchaba detrás de las escaleras inocente a todo con ganas de llorar por todo lo que estaba vienendo.
— ¡Yo ya no las amo! — gritó lleno de rabia y por dentro y aunque quisiera ocultarlo sentía dolor, le dolía lo que estaba haciendo pero no quería tomar responsabilidad de ello — así que acabemos con esto de una buena vez.
Nía lo soltó mientras lo miraba con odio, no podía creer que del hombre del cual se enamoro y le regalo lo más bello que tiene ahora le estuviera haciendo eso.
— Eres un idiota — volvió a llorar — c-como puedes hacernos esto — las lágrimas caian sin compación.
— ¡Mamá! — chilló Lila saliendo de su escondite a ella no le gustaba ver a su madre de esa manera y aunque no mucho pero entendía que era su culpa que sus padres pelearan así — mami, mami — lloraba igual.
— Nena — se altero al ver que su pequeña se había dado cuenta de todo — nena no deberías estar aquí vamos a dormir si — intento calmar su llanto.
— P-Pero ma — seguía llorando — es mi culpa que papá no nos quiera — la niña sufría sufría mucho.
— No, claro que no — la apretó en sus brazos y se la llevó para su habitación la acostó para intentar calmarla — Mi vida eres lo único que me queda y te adoro no tiene la culpa de que tu padre sea como es — frinció el ceño — ese hombre ya no es tu padre ¿entendiste? — ya que lo había visto todo ¿para que Mentirle y hacerla sufrir más? Era mejor que desde ya supiera como eran las cosas y que el hombre que alguna vez llamo padre ya no estaría más con ellas.
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Revelando secretos [LMD#2]
RomanceMuchas cosas quedaron sin resolver en la vida de Lila Star, aquella chica que el día que trato de acabar con su vida, conoció el hombre que la ayudo en muchas cosas, Magia, batallas, hechizos y más En "Revelando secretos" la segunda parte de "LA MAR...