CAPÍTULO 8

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"Aunque ande en valle de sombra o de muerte no temeré mal alguno porque tu estarás conmigo..."

PASTORA NANCY

El servicio dio inicio un poco antes de que el brillo del atardecer cayera seducido por el Tornasol detallado de la noche, poco a poco el cielo dibujaba pequeños lunares que sentía la sensación de que nunca en la vida había podido observar tan hermoso espectáculo de aquel ya cielo brillante que realizaba la obra maestra del creador; mi esposo con una sonrisa dibujada agregaba más leña a aquella fogata donde se encontraban una tribu destlante de alegría, el sonido de tambores acompañado de alabanzas en su idioma natal alegraban mucho el corazón de cualquiera, ese....¡ese era nuestro sueño! Josué no durmió por meses para aprender a la perfección su lengua y aún más por momentos lo descubría escribiendo palabras nativas que a la verdad no prestaba atención, meses después salía a la ciudad directo a una editorial para realizar la traducción de todo el nuevo testamento para nuestros amados hermanos, ya hacía casi 4 años que Dios por su gracia y misericordia nos había permitido servirle en este lugar, nuestro corazón se alegro; cantabamos, nos alegramos y celebrabamos las bendiciones dadas por Dios a nuestra tribu, mi amado esposo junto a Malúa nuestra mano derecha alababa junto a nosotros y sonreía, me sentí feliz por Malua porque toda esa mañana paso algo distraído, durante el día el me comentaba que tenía como un mal presentimiento que orasemos por el que se sentía algo pertubado; Malua era un joven un tanto tímido pero trabajador, siempre fue muy reservado hasta que ganamos su corazón y nos convertimos en grandes amigos; la noche avanzaba pero un sonido ensordecedor que rodeo la tribu la interrumpio, gritos chillantes junto a sonidos de metales resonaban y resonaban sin parar, el sentir negativo de Malúa se hacía realidad, hombres de todos tamaños salieron de lo alrededores, sus pieles brillaban alumbradas por la encadecencia del fuego, mis ojos se clavaron en mi esposo, mientras lo veía correr hacia mi, aquellos hombres empezaron a correr hacia todos los lados destruyendo todo por cuanto se cruzará en su camino, los golpes con varas hacia aquellos que impedían su camino describía el inicio de una noche tormentosa, los gritos de las madres asustadas para proteger a su hijos partían nuestros corazones, mi esposo tomó mi mano y corrió hacia ellos para tratar de detenerlos pero al llegar a ellos nos azotaron con violencia hacia el suelo mis lágrimas y gritos de desconsuelo salieron sin esperar, sólo podía decir:¡Dios misericordia, ten misericordia! Mis lagrimas nublaban mi vista mientras veía la destrucción inesperada, mi esposo poco a poco recuperaba el sentido y a como pudo se puso en pie y corrió hacia la bodega de alimentos y documentos pero ya ellos se habían adelantado... la violencia de aquellos invasores aglomeraron más y más hermanos en el suelo, perdía de vista a mi esposo, no sabía que había pasado con el, me levanté hacia donde le vi dirigirse y le vi, corrí sin dudar y tomé su mano, era tan trágico aquel paisaje vivido, tomamos nuestras manos fuertes y corrimos hacia dentro de la bodega y allí estaban ellos destruyendo los alimentos de los niños de nuestra tribu, destruyendo medicinas y quemando una a una las biblias que con dificultad mi esposo había traducida, mirando aquella imagen escuchamos el fuerte sonido de la puerta que se cerraba, mi corazón latio como nunca, tenía miedo... Dios sabía que mi miedo era indescriptible, nos rodeaban aquellos hombres sin amor en sus miradas y sólo pude sentir un fuerte golpe por mi cabeza...

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-¿Dónde estoy?. Pregunté sin preámbulo, el fuerte dolor de cabeza generado por el golpe dificultaba sentirme el todo bien, observé a mi alrededor y se paralizó mi corazón, aquella oscuridad bañaba un denso bosque misterioso que sudaba sobre nuestros rostros.
-¿quienes son ustedes?¿quien los envió?. Dije con desespero. Pude percibir un hombre a mi lado en medio de las oscuridad aún inconciente y supe que era mi esposo, sentía su leve respiración en mi mano a su lado y me invadió algo de paz mientras sentía como recorría sangre tibia por mi frente.
-¡¡LES ESTOY PREGUNTANDO!! ¿¡¡QUIÉNES SON!!?. Mi grito desesperado estremeció y creaba un eco en aquel oscuro y tenebroso bosque.
-Con que quieres saber ¿quienes somos?. Escuchaba una vos algo grave tras de mi, hablando de forma irónica u desagradable.-Somos... bocifero con el sonar entre los dientes. -somos el peor de tus miedos, la prueba evidente de que tu Dios es un dios inexistente, somos la destrucción de sus sueños porque antes de todo esto ustedes y su dios destruyeron los nuestros, ustedes y su dios invisible son los culpables de todo.
-¿Que quieres decir?¿qué hemos hecho para que lleguen a este punto?¿que ha hecho nuestro Dios para que lo odien tanto?¿acasooo lo conocen?¿¡¡¡QUE HEMOS HECHO, QUE HEMOS HECHO !!!?¡¡¡¡¡DIGAMENN!!!!!
-¿Que que han hecho? Piensa muy bien en tus palabras y haz memoria y piensa claramente la razón del porque los vamos a destruir... Si, claro que si, vamos a deshacernos de todo rastro de ese dios, y de ustedes. Aiiisssssss vamos a eliminarlos.
-¿Que quieren de nosotros? Por amor a Dios ¿qué esto?
-jajajaja. Bociferó. Esta... esta es su muerte, Pastora.
-¿Pastora? ¿Como sabes que me llaman Pastora?...

Amor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora