lésbico

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Relato lésbico

Recuerdo la primera vez que te vi, observándome charlar con una amiga, estábamos hablando tonterías y me divertía mucho la conversación de repente sentí una mirada clavada en mí y cuando busque de dónde provenía me encontré con tus ojazos, mirándome extasiados con una sonrisa de oreja a oreja y me hiciste sentir mariposas en el estomago...
Me llevaste a tu casa por tu cumpleaños, disfrute mucho de la fiesta, te habías maquillado resaltando tu belleza haciendo que mi corazón sintiera vuelcos, no sé en qué momento convenimos en que pasaría la noche en tu casa, tal vez fue por que estaba ebria. Me prestaste una linda pijama y nos acostamos una al lado de la otra, sintiendo un calor inmenso en el cuerpo y el corazón latirnos aceleradamente sabiendo lo que queríamos sin atrevernos a mas...
Pasamos así un buen rato tratando de dormir pero ambas sabíamos que nos deseábamos y muy avergonzada te susurré al oído: me gustaría hacer el amor contigo. Tú solo te sentaste y en un momento estuviste sobre mi besando mis labios con ternura, poco a poco te volvías mas intensa metiendo tu deliciosa lengua en mi boca dejando de vez en cuando que te succionara tu lengua, dejaste mis labios para besar mi cuello, alternabas entre besos y mordiscos llevándome poco a poco a la gloria; y cuando creí tenerte en uno de mis senos bajaste sorpresivamente hacia mi vagina, sobre el pantaloncito de tela lamiste ávidamente mi sexo con una desesperación deliciosa y excitante y aunque tenia cierto reparo porque nunca antes me habían comido la vagina te desee tanto que no me importaron mis prejuicios y te pedí que me devoraras, no te hiciste de rogar y suavemente me quitaste el pantalón luego la truza y me abriste de piernas, oliste mi aroma y fuiste directo a mi vagina lamiendo intensamente con tu lengua ávida de mis jugos, fuiste subiendo hasta mi clítoris el cual lamiste y succionaste de mil maneras que me hacían gozar hasta sentir que moría de placer por lo que me levante y fui a tu vagina deseosa de hacerte sentir las delicias que me habías proporcionado, te quite la truza, rapidamente me ayudaste abriéndote y te oli, tenias el aroma más delicioso y enloquecedor que haya probado jamás y supe que no querría a nadie mas que a ti, empecé saboreando tu clitoris sintiendo su textura y sabor, me aparte ligeramente y observe tus los pliegues de tu vagina los saboree a mi antojo un buen rato hasta que bebí el nectar de tus jugos sintiendo como te movias. Complacida fui a tu clítoris y lo lami mientras con los dedos de mi mano izquierda te penetraba haciéndote vibrar con intensidad, te oí decir que lo hacía muy bien, tus palabras me excitaban mucho más, tu cuerpo vibraba hasta que me dijiste llegue amor, sali de ti y fui a tu boca, me besaste saboreándote. Te bese contenta de haber estado contigo, nos acostamos charlamos un rato y nos dormimos suspirando satisfechas.

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