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Sus ojos cansados miraron la escena frente a ella, desgarradora para su alma, las lagrimas que ahora derraba juraba que estaban quemando su piel, pues finalmente las garras de aquel monstruo estaban destruyéndola.

Tonta e ingenua mujer que creyó en el, que espero que sus palabras jamas se cumpliera "Voy a romperte" recordó como en aquellos instantes pensó que era un juego mas de Ayato y ahora estaba aquí, sentada mirando toda la escena que la destrozaba.

Cerro sus ojos pero de inmediato sintió como el jalo su cabello y la obligo a mirar la escena, la sonrisa en sus labios no desaparecía, y el estaba amando el hacer sufrir a la débil humana.

Dejo que sus lagrimas se derramaran cada vez mas, ¿quizá podría secarse? se dijo mientras en sus oídos retumbaban los gemidos de la rubia, porque no simplemente la había dejado tranquila desde un principio no hacia falta ser tan cruel. Porque había aceptado sus sentimientos y jugado tan vil, recordaba el comienzo de su aventura, como el era cálido o trataba como su relación era llena de amor, o por lo menos eso era lo que ella creía y ahora todo se había derrumbado, el volvió a su deseo  por la rubia que pensó que había olvidado, era tan torpe en pensar algo así, ella jamas saldría de su vida.

La escena se termino cuando sus ojos se cerraron victimas del hinchazón causado por sus lagrimas y las malditas noches que había pasado recibiendo la frustacion del macho pelirojo. Y aun así su boca ardía en amor, todavía las palabras y el amor salían de ellas, porque ella estaba enamorada, aunque el sentimiento ya no era mutuo. El jamas regresaría sus emociones el era un monstruo que no sabia amar, y ella se había decidido por mostrarle aquellos sentimientos tan humanos, que la convertían en la mejor victima...

Estuvo dos días presa en las garras del juguete favorito de Ayato, quería alejarse de el  y despertar de la horrible pesadilla, porque su cuerpo ya no resistía mas, porque su alma ya estaba destruida y sus esperanzas destrozadas. Quería enfrentarlo y mirar aquellos ojos verdes que se volvieron sus carceleros, quería implorarle la piedad, que terminara con su sufrimiento, gritar con todo lo que le restaba de su fuerza por su libertad....

Su cuerpo delgado y maltratado se hizo un ovillo en la dama de acero mientras esperaba el final de su tormento, sabia que después de tanto martirio su cuerpo se vencería y lo pedía a gritos, quería que su martirio terminara.

-....No... escucho mientras podía sentir su cuerpo caer hacia delante, pero el golpe nunca se hizo, su cuerpo termino en un lugar lleno de almohadas blancas, sonrió mientras cerraba los ojos, disfrutando de la sensación.




-Dulces sueños mi amor....la voz susurro pero no era la de Ayato era otra mas melódica que la arrullo.




Dulces sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora