Sálvame

No sé porqué dejé que esto sucediera. No sé en qué momento fue que perdí el rumbo. No sé cuándo fue que perdí mis prioridades. No sé cuándo perdí al amor de mi vida.

La vida era difícil, y esa era una opción fácil para quitar peso de mis hombros.
Sabía que no era algo bueno, pero igual acepté.

Y de repente estoy atrapado aquí, en la oscuridad, y sé que no podré salir de aquí.

Lo recuerdo perfectamente: la manera en la que me decía que no tenía que aceptar, que eso sólo traería problemas a mi vida. Me dijo también que esa no era gente de confiar, pero en ese momento decidí no hacerle caso, decidí ignorar sus palabras.

Acepté, y de igual manera se quedó a mi lado. El tiempo comenzó a pasar, y el dinero aparecía cada vez más fácil, al igual que los problemas en nuestra relación.
Me decía que yo ya no tenía tiempo, que mi actitud había cambiado, que ya nada era igual.
No noté cómo se iba alejando poco a poco de mí, no noté cómo la oscuridad me iba consumiendo de a poco.

Descubrí que nada es perfecto, y que lo que parecía una opción fácil trajo los peores problemas a mi vida, los problemas de los que jamás me podré librar.

Supongo que el dinero fácil y los trabajos sucios no eran la mejor opción para salir de una vida con problemas económicos, y me lo había advertido, pero yo no escuché.

Y ahora era muy tarde.

Ahora estaba en peligro, y sabía que la muerte estaba escrita sobre mi nombre, tan segura como el aire que entraba a mis pulmones, y no podría evitarlo.

Pero lo único que deseaba cuando me di cuenta de la realidad y ahora mismo, es que me salvara, porque ni yo podía sostenerme ahora. Necesitaba que apareciera y me tendiera una mano para que me salvara.

Y en ésta oscuridad en la que estoy ahora, lo único que me ilumina es su recuerdo. Lo único que se escucha es el susurro de mi corazón llamando por su nombre.

Sólo necesito una sola cosa antes de caer: Su amor.

Pero ahora ya es muy tarde. Puedo ver la muerte frente a mi, un arma apunta hacia mi, y la mirada asesina de su portador me asegura que no tendré redención. Me arrepiento de todo lo que hice, de dejarle ir, de no escuchar, de no asegurarnos un futuro juntos, de alejarle de mí.

El sonido de una explosión llega a mis oídos, y como si fuera mi regalo antes de morir puedo verle de nuevo en mis recuerdos, su expresión cálida, su risa contagiosa, sus ojos tan brillantes, su voz llena de felicidad.

¿Cómo es que hasta ahora me doy cuenta de lo que perdí?
Justo cuando estuvimos juntos me convertí en mi mejor versión.

Me dio alas, y me enseñó a volar con ellas, me arregló cuando mi interior estaba roto, y justo ahora que pienso en ello siento como si la calidez de sus manos estuviera tocando mi piel. «Gracias» susurro en mi mente, y aunque sé que nunca lo escuchará, sé que puedo dejarme caer ahora. Ahora que sé que siempre tuve su amor, y aunque no está aquí ahora y no sé si todavía me ama, el recuerdo de su amor me salvó justo cuando caí.