Alexia
Tengo miedo, estoy sudando, por fin creo que encontré mi oportunidad, finalmente saldré de esta asquerosa vida.
Claro que quisiera llevarme a Leonardo y a Beatriz, pero esta es la primera vez que salgo de casa sin supervisión directa en mucho tiempo, así que es ahora o nunca.
Observo a mi "padre" un momento más, no tarda mucho en darme la espalda, salgo corriendo inmediatamente, sé que si no soy lo suficientemente rápida me alcanzara y eso no sería nada bueno, el miedo junta a la adrenalina me impulsan.
Corro a lo largo de algunos pasillos, doy unas vueltas para "confundirlo", al fin creo que la salida está lo suficientemente cerca, corro hacia ella, al fin salgo del súper mercado.
Siento la libertad y me paro un momento, sé que debo seguir corriendo, él viene tras de mi tengo que alejarme, llego al centro del estacionamiento, hecho un vistazo a la entrada.
Él está ahí.
Me está buscando el miedo me paraliza, no voy a lograrlo, volteo a todas partes, un chico corre hacia su auto, no está muy lejos y la puerta de copiloto queda de mi lado, no me detengo a pensar en lo que puede pasar, hecho a correr.
Llego al auto al mismo tiempo que él, entramos juntos; el me observa con la boca abierta, pero no le doy importancia, mi padre logro localizarme está a medio camino hacia el coche, contengo el aliento.
- ¡Pero qué demonios! - grita el chico.
-Por favor, luego te explico solo arranca- suplico, él mira hacia atrás un momento.
-Con mucho gusto- dice y pisa el pedal a fondo.
Salgo volando contra el asiento, pero suelto un gran suspiro de alivio, mi padre no me había alcanzado, el chico voltea a verme y por un momento esto me pone nerviosa, luego mira por el retrovisor, lo veo apretar el volante y contener el aliento.
- ¡Demonios!, ¿enserio justo ahora?, que no me pueden dejar tranquilo- parece que lo dijo para él mismo por lo que no contesto.
Luego de un momento toma una curva a último minuto, haciendo que la camioneta que parecía venir siguiéndonos se pase, entra en un pueblo y comienza a dar vueltas, me pone los nervios de punta, solo espero que no sea ningún psicópata, una vez que pareció más tranquilo, detuvo el auto.
-Bien, ahora podrías decirme que ¡diablos! haces en mi coche- no me dejo contestarle –Dime siquiera te conozco- no lucia contento con mi presencia, aunque ya no se veía tan afectado como antes, claramente estaba molesto.
Tomé una respiración y le dije –Mira, tranquilo solo hay que relajarnos- hice ademan de tranquilizarlo lo que pareció alterarlo más
-Cómo demonios quieres que me relaje si una chica de no más de 16 está en mi auto- tan obvio era que tenía 16, además parecía tener un trauma con la palabra demonios
-Bien ya que pareces decidido a saber que hago aquí te diré- tome aire –estoy huyendo de mi padre- eso es todo lo que obtendrá, no le diré más así tenga que bajar aquí mismo de su auto, lo veo tomar una profunda respiración para tranquilizarse, no lo culpo, no cualquier persona sube a tu auto y te pide que salgas de ahí, pero bueno él acepto
-Ok, y puedo saber por qué huyes-
-No pienso decirte una palabra más, solo necesito un lugar donde pasar la noche, si quieres ayudarme bien y si no déjame aquí-
-Estás loca, como crees que te voy a dejar aquí en medio de la nada, por el momento te voy a ayudar, pero después te las arreglas sola- solo asentí, aunque él no me vio, no se veía contento con esto, pero pareció sentirse obligado, solo le pediría un favor más, pero la curiosidad me gano antes de que logrará callarme.
-Gracias, y ahora puedo yo saber por qué te estaban siguiendo-
-Estoy huyendo igual que tú- su tono se volvió repentinamente frío, por lo que decidí no preguntarle acerca de eso otra vez, me quedé callada igual que él hasta que por fin volvió a la vida –Bueno ahora busquemos un lugar donde pasar la noche-
-Em... si no es mucha molestia, necesito algo de ropa- dije tímidamente, esperando tan solo un favor más.
- ¿Y tienes dinero?, porque yo amiga no te compraré nada-
-Por favor, es todo lo que te pido, prometo que por la mañana ya no seré un problema, como acordamos me las arreglare sola- luego de un largo momento de silencio, por fin accedió.
-De acuerdo-
Fuimos a buscar una tienda en la que vendieran ropa dentro del pequeño pueblo, pues él había visto un motel y no quería ir muy lejos, finalmente luego de recorrer varias calles encontramos una pequeña tienda de ropa de segunda mano, realmente a esta altura no me importaba mientras fuera ropa limpia, bajamos del automóvil y entramos a la tienda, él espero en la entrada mientras yo buscaba algo de ropa de mi talla, al final tome una blusa sencilla y unos pantalones de mezclilla, era la primera vez que tendría unos que no estuvieran rotos, lo lleve con la encargada de la tienda y lo pagamos, puse un poco del dinero que había tomado de mi padre el día anterior, esperaba que me durara un poco; luego fuimos al motel que él había visto, pidió una habitación luego nos condujo a ella, entramos y lamentablemente la habitación solo tenía una cama y un pequeño sofá, ni de broma dormiría en la misma cama que él preferiría dormir en el sofá, para evitar tocar ese tema con el muchacho entre rápidamente y deje mi dinero en la mesita, para poder ir a tomar una larga y por primera vez relajante ducha, me puse la misma ropa pues no quería estropear la otra en un mismo día, ya me cambiaría mañana antes de irme. Salí del baño y fui a dejar mis cosas junto a mi dinero, él se metió inmediatamente al baño.
No me haría mal si solo me recostaba un momento en la cama y para cuando el saliera me movería al sillón, sí era buena idea necesitaba un lugar cómodo para descansar un momento. Me recosté en la cama, mientras oía el agua del baño correr, era un sonido relajante, poco a poco fui cayendo en la inconsciencia y en un punto no logré luchar más contra ella, solo esperaba que él no se aprovechara de ninguna manera, los pensamientos coherentes huyeron de mi mente y por primera vez en un año no me encontraba nerviosa antes de dormir. Incluso sabiendo que había un hombre en la habitación.
Luca
Entre al baño inmediatamente después de que ella salió, demonios se había tardado demasiado, nunca he logrado entender porque las mujeres tardan tanto en bañarse, bueno entre en la ducha y analice todos los sucesos del día.
El primero era que lamentablemente me habían encontrado de nuevo, al menos esta vez tardaron un mes en localizarme y había logrado huir sin un rasguño, pero luego estaba esa chica loca que entro a mi auto al mismo tiempo que yo, ni siquiera logre ver de dónde salió, y para colmo me montan una persecución, luego ella me dice que está huyendo de su papá, por qué demonios una chica de 16 años tan bonita estaría huyendo de su padre, bueno eso no es lo peor además de que no me quiere decir por qué huye ahora me veo obligado a conseguir un lugar para que pase la noche y además a comprarle ropa, vale, vale eso no fue tan malo porque era ropa de segunda mano y no estaba tan cara además ella parecía haber estado feliz con su elección, pero finalmente el día que más he necesitado dormir alquilo una habitación con una sola cama y no pienso dormir en la misma cama que ella, este sí que había sido un día de locos, pero había algo en aquella muchacha que me hacía querer protegerla y ayudarla en lo que sea que estuviera haciendo.
Termine de bañarme y descubrí que había tardado más de lo que esperaba, bien puede que este sea uno de los motivos por los que las mujeres tardan tanto, salí del baño y me encontré con que la chica estaba dormida en la cama hecha un ovillo en una esquina, ocupando menos de un cuarto de la misma, el cuarto no era frío así que no me preocupe por taparla, la observe un momento más y me pareció que se veía vulnerable, como una pequeña niña asustada.
-En qué rayos te has metido Luca- murmure bajo para no despertarla.
Había decidido ayudarla a final de cuentas, no podía solamente dejarla por ahí tirada, despertaba en mí un sentimiento de protección que no sentía hace años.
Me tiré en el sofá de la habitación, encendí la televisión y luego de un rato me sentí completamente agotado, la apagué y quedé dormido segundos después.

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Sounds of freedom
Teen FictionCuando has pasado toda tu vida atada a alguien llega un momento en que tienes que revelarte, llega el momento en que te cansas, llega el momento en que quieres tu LIBERTAD, llega el momento en que quieres salir de ahí. Mi nombre es Alexia Müller y e...