Capítulo 11: La hermana secreta

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LA HERMANA SECRETA

Después de haber leído aquello, dejé cuidadosamente la armadura en la silla y salí por la puerta en busca de tío Leandro, quería decirle que ya estaba capacitada para asumir el puesto como jefa de la hermandad, aunque no sabía que yendo allí, descubriría una sorpresa más...

Encontré a Leandro y Gilberto en la biblioteca, pero la nueva novedad fue que, madre también se encontraba allí, algo inexplicable.

-Yo voy a arreglar la casa Leandro.-

-Elisabetta, quédate por favor, que nadie se vaya de aquí.-

-¿Qué está pasando tío Leandro?.-Sofía se quedó algo extrañada al ver la reacción que tuvo con todos.

-¿Podrías tomar asiento?, hay algo más que deberías saber, lo he estado hablando con Bianca, y ya es momento de que también lo sepas.-

Sofía se sentó y se situó recta en la silla puso sus codos en la mesa y observó cada movimiento de Leandro y Bianca, sabría que no daba buenas vibraciones y que podía no tomármelo bien...

-¿Qué ocurre?.-

-Elisabetta no es tu mejor amiga de la infancia verás...En el año 1460 Bianca y Fiorello tuvieron una hija, no podían criarla debido al peligro que Fiorello tenía alrededor suyo, fue menos que ahora pero aún así, pensaron en lo mejor para ella, también pasaban por una mala situación económica por tanto, tuvieron a Elisabetta y la dejaron en el orfanato, las cosas mejoraron para ellos y fue entonces, cuando te tuvieron a ti, Elisabetta fue adoptada por una familia noble y con mucho poder a la que asesinaron delante de ella por traición y falso testimonio, eso no era cierto fue una emboscada pero no pudieron hacer nada, a Elisabetta me la encontré sola, llorando sobre los cadáveres de toda la familia con infinitas lágrimas en los ojos, nadie excepto 3 personas sabíamos quien era, por ello, me la llevé a la villa conmigo para que nadie supiera donde se hallaba ya que había presenciado el asesinato y los guardias querían extinguir a toda su familia, ella no podía ser miembro de la hermanda, por ello, la críe como una persona más, muy normal y sencilla, ahora sabe el secreto pero seguirá siendo la misma, pero también sabe que tú en realidad eres su hermana de sangre.-

-¿Por qué nadie me lo dijo?, ¿Algún secreto más?, realmente no se como tomarme tantas emociones y descubrimientos en un día, es decir que eramos 4, ¿No?.-Me quedé algo impactada no sabía como reaccionar después de casi 14 años, de ser inseparables, de haber creído que eramos amigas a saber que es tu propia hermana, que nadie nunca dijo nada de ella era algo totalmente distinto a una reacción normal...

-No podíamos al igual que lo de la hermandad, y yo no pude hacer nada, era la situación peor que nunca habíamos tenido quería contarlo pero ni padre ni yo supimos como y decimos que cuando fuera mayor, te lo contaríamos los 2....-

Me levanté dando un leve golpe a la mesa.-Realmente, ¿Cómo crees que me puedo tomar esta situación?, me alegro de haber encontrado a mi hermana de la que nunca oí hablar pero sin embargo estaba muy cerca de mi, podías habérmelo dicho cuando tenía 14 años, es injusto que Elisabetta y yo, no hayamos podido vivir nuestra infancia como hermanas, pero es algo pasado, ¡Elisabetta!, disculpad este secreto tan oculto y todos los secretos pero al igual que tú, yo estoy igual.-

-No pasa nada Sofía.-Fue acercándose poco a poco a mi hasta darme un abrazo fuerte, llorando de emoción.-Me alegro de haber sabido esto ahora, porque, si antes ayudaba, ahora haré el esfuerzo aún mayor para hacerlo mejor y ser más fuerte, ¿Podrás entrenarme a mi también?, quiero pertenecer a la hermandad cueste lo cueste, podré mucho de mi parte y no te decepcionaré, pero, realmente quiero hacerlo.-

-Es un honor poder nombrarte miembro de la hermandad pero primero hay que entrenar mucho y duro, pero con esfuerzo estoy segura de que lo lograrás.-La seguí el abrazo sonriendo ampliamente.-Pero antes, tendré que aprender yo las técnicas para poder ser una buena líder de esta hermanda, Leandro, asumo mi cargo como líder aquí, en esta orden.-

-Tu coraje, fuerza y optimismo siempre han permanecido ahí, ¿Verdad sobrina?, magnífico y maravilloso, con tu ayuda podremos conseguir los objetivos que se esperan en la orden.-Leandro puso una mano encima de mi hombro y hizo una leve pero amplia sonrisa.-Confiamos en ti y se que estarás dispuesta a todo con tal de salvar el mundo.-

Gilberto se acercaba a paso lento hacia a mi, me abrazo susurrando.-Felicidades Sofía, estoy orgulloso de tu progreso pero más de ti.-Se aportó ligeramente de mi y inclinándose haciendo una reverencia, dijo.

-Gilberto Grasso, mayor hombre de confianza de Leandro y miembro fuerte de la hermandad a sus servicios, a partir de ahora, la acompañaré en todo momento, y podéis contar con mi ayuda siempre que la necesitéis, mis hombres están dispuestos a dar su vida por salvar la vuestra y la del mundo.-

-Gracias Gilberto por todo lo que estás haciendo por mi.-Sonreí mirándole a los ojos durante varios segundos, acto seguido, fui hacia a tío Leandro y le abrace.-Gracias por todo, por contarme la verdad, por creer en mi, por ayudarme, por confiar.-

-No es nada sobrina, ¿Por qué no das una vuelta con Gilberto?, tengo que hablar con tu hermana sobre cuando podrás empezarla a instruir, seguro que no has conocido la parte de fuera de la muralla, ¿Verdad?, puedes empezar a saber montar a un caballo, Gilberto es realmente bueno y te puede enseñar.-

Mire algo ruborizada a Gilberto y acepté la invitación de Leandro, aprender a montar a caballo iba a ser tarea fácil...O no...

Bendecida por las sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora