¡Yesex, es hora de un trato!

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El miedo en mi mirada debía ser evidente, puesto que Ryeowook mantiene la curva en sus labios. Con suaves pasos se va acercando hasta quedar al borde de la cama. Quiero formularle cientos de preguntas, gritarlo y decirle que estaba demente, pero las palabras parecen haber quedado atoradas en mi garganta. Permanecemos unos segundos en silencio -uno, tres, diez, treinta tal vez- mirándonos, cada uno sumergido en sus propios pensamientos.

Todavía estoy asimilando lo que está ocurriendo aquí, en esta habitación. Los recuerdos empiezan a caer uno a uno, brillando sobre las lagunas de mi mente, con lentitud rememoro lo ocurrido a la par que mi ira hacia Ryeowook crece.

¿Cómo puede hacerme esto? Podrían existir mejores maneras de vengarse, no sé, pudo haberme despedido y haber acabado con el asunto de una buena vez si tanto le molestaba mi actitud, bien podría quitarse el dolor de trasero sacándome de su camino.

— Bien— Ryeowook cruza sus brazos mirándome de manera despectiva— Tú y yo tenemos una conversación pendiente.

En serio estaba fuera de sus cabales.

— ¡Que te jodan!— Gruño.

No voy a soportar sus caprichos esta vez, hasta el momento creo que he sido bastante tolerante con sus actitudes -que son fuera de lo normal- y creo que he llegado a mi límite.

—Preferiría que me jodieras tú — Sube una de sus rodillas a la cama apoyándose en una mano. Parece un felino acercándose a su presa. Me mira de arriba a abajo, pero se detiene en un punto y lame sus labios de una manera que me hace estremecer— Si tan solo supieras lo bien que te ves así.

Su voz es tan sensual que no puedo evitar que algo se remueva dentro de mí. Aquella imagen suya, sus ojos desbordando de deseo, sus labios entreabiertos pidiendo ser ocupados con mi polla... ¡Joder! saco esos pensamientos de mi cabeza, no puedo pensar en follar en este momento. Ahora solo tengo un objetivo en mente: Sobrevivir... y tal vez follar.

— ¿Qué planeas?—Mi voz se entrecorta al verlo gatear suavemente hacia mí.

— Muchas cosas— Dice con una risita—. Pero, por ahora, nos vamos a concentrar en una sola.

Gatea hasta llegar entre mis piernas, se sienta sobre sus talones, como si fuera un niño que se va a divertir con su juguete, me dedica una última mirada y finalmente pasa su dedo índice por mi miembro delineándolo suavemente. Echo mi cabeza hacía atrás emitiendo un suspiro, una exquisita sensación recorre mi cuerpo, cada poro de mi piel se eriza, mis piernas flaquean y me remuevo de satisfacción.

— Creo que lo he hecho bien— Susurra en mi oído.

¡Joder! A pesar de todo no puedo evitar la excitación. Esta situación me pone al cien, quiero que lo vuelva a hacer pero no lo hago, está mal. Clavo mi mirada en él, debo detenerlo antes de que esto siga un rumbo que solo me va a perjudicar a mí. Porque sí, todas las cosas con Ryeowook me han perjudicado solo a mí.

— Detente o no respondo.

Suelta un silbido.

— Estás de chico malo, Jong Woon— Agarra mis cabellos con fuerza, mueve mi cabeza con rapidez acercando mi rostro al suyo haciendo que nuestras narices estén cerca hasta punto de sentir nuestros alientos, nuestras miradas están conectadas y no puedo evitar sentir confusión ante sus ojos— Y te juro que así me encanta más.

Muevo mi cabeza bruscamente haciéndole a apartar. No estoy para sus juegos de calenturiento, esto es definitivamente algo diferente ¡Atarme a una cama! ¡¿Qué cojones le pasa por la cabeza?!

— Estás mal— Trato de moverme, estar atado me hace sentir impotente e inútil. Se supone que soy yo quién debe tener el control y no ese enano follón— ¡Suéltame!

Locuras de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora