Llegamos a casa y todo era silencio. Un silencio muy abrumador para mi gusto.
Mi madre al pasar por el salón se percató de las rosas, los globos y la pizza a medio comer. Sin embargo, no dijo nada, ella estaba desvastada, peor que yo y creeme que ya eso es mucho decir.
Mi madre siguió de largo y se encerró en su habitación sin mas.
Subi las escaleras y un callado Keith me seguía a paso lento.
Entre en mi habitación. No me bañe, me limite a lavar mi rostro con agua fria y me puse mi ropa de pijama.
Me adentre en mi comoda y acolchonada cama, las cobijas y almohadas estaban frias como toda la casa, como el dia en este momento. Tenue. Gris. Frio.
Como había pasado de estar tan feliz a estar... como ahora.
¡¿Es que acaso no puedo ser completamente feliz por siquiera un dia?!
No. Claramente no.
Enterre mi cabeza en la pila de almohadas, tratando de consiliar el sueño. Nada. No me duermo, fin de la discusion.
Minutos mas tarde unos golpes en la puerta interrumpen mi debate o ¿sufrimiento? interno.
- Pase. - digo con desgano aun con la cabeza enterrada en los almohadones lo que provoca que la palabra suene algo similar a un gruñido.
- Soy yo, Keith. - dice suavemente, como si no quisiera interrumpir la calma, el silencio.
Senti que el colchón se hundió. El suave tacto de Keith acariciar dulcemente mi espalda. Sus caricias representaban, amor, ternura. Me hacia sentir... querida.
Me gire su mirada expresaba dolor, supongo que la mía igual.
Me vi presionada a abrazarlo, necesitaba de el.
En un instinto casi irreal lo hice, siendo infundada por la fragancia que emanaba de su cuerpo. Sus fueres brazos rodeandome protectoramente y el majestuoso palpitar de su corazón.
Mis palabras interrumpieron el silencio, y en un susurro casi inaudible dije:
- Duerme conmigo esta noche, por favor. - con toda la inocencia del mundo, en ese momento no pensaba en nada pervertido ni mucho menos, solo quería sentirlo aqui, conmigo. Su presencia me relajaba, me transmitía calma.
- Como tu pidas amor. - fue su respuesta.
Nos recostamos sin deshacer nuestro abrazo.
Keith posicionó una mano en mi cintura y con la otra acariciaba dulcemente mi cabello. Poco a poco fui dominada por un profundo sueño.
.....
Los rayos de luz penetrando mis cortinas me hicieron despertar, abri mis ojos lentamente, encontrandome un sonriente Keith observandome.
- Buenos dias mi princesa. - dijo.
- Buenos dias príncipe encantado. - ¿desde hace cuanto estas despierto?
- Lo suficiente como para saber que eres aun mas hermosa cuando duermes.
No pude evitar sonrojarme.
Se acerco y roso sus labios con los mios guío su rostro a mi cuello y deposito un beso allí, haciendo que mi piel se pusiese de gallina.
- Te Amo mas que a nada en mi vida. - dice depositando otro beso en el lugar anterior.
- Y yo a tí. - dije sonriendo.
De golpe, todo lo ocurrido ayer invadio mi tranquila consciencia.
- Mi padre.
- Tranquila Lauren, todo va a estar bien, ya lo verás.
- ¿como lo sabes, ¿como estas tan seguro?
- solo lo sé. - dijo regalandome una calida sonrisa.
- Estoy asustada no quiero perderlo.
- Lo se, ten en cuenta que pase lo que pase yo siempre, escucha, siempre voy a estar aqui para ti, para cuidarte y protegerte, siempre.
*****
Ola de mar jasghhfaahjav (okno)
Si. Soy yo, Nathalia. La perdida, ¿me recuerdan?
De verdad disculpeeeeen la tardanza es que... tenia un leve bloqueo en el que simplemente no podía escribir, es decir, tenia las ideas pero las palabras no fluian de la manera correcta ¿me comprenden?
Ok. Disculpen que el capitulo sea algo, bueno, muy corto pero tenia que ser asi.
Les prometo uno mas largo para el siguiente...!! :)
XD XD XD XD
*Nathalia*
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Inquilino♡. [EN EDICIÓN]
Teen FictionLauren Foster es una adolescente de 17 años. Ella no sabe que es tener una "necesidad" ya que desde que nació lo tuvo todo. Una pequeña familia que le da amor, una amiga incondicional. Ella es bella y como si fuera poco posee un muy buen corazón. Sí...