Capítulo 15: ¡No puedes dejarlo así porque sí!

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Al despertar, recorro el apartamento y me doy cuenta que Verónica se ha ido. Deduzco que fue a encontrarse con Matías para despejar todas sus dudas. Reviso el celular para ver si tengo algún mensaje, pero no hay nada.

Me embargan las ganas de tomar un pincel y pintar en algún lienzo como hacía tantas veces cuando estaba aburrida o no tenía nada pendiente. Sin embargo, recuerdo que he perdido mis materiales y no he tenido tiempo de ir de compras. Aunque tampoco tengo tanto dinero en la cuenta de banco como para gastarlo. Mis padres pagan la renta de mi apartamento, incluyendo la electricidad y el agua. Además me proveen algo de dinero para comprar libros de la universidad y comida.

No recuerdo cuando fue la última vez que he hablado con mi madre y debe de estar molesta por olvidarme de ella. Antes solía visitarlos cada dos semanas sin fallar, pero desde que mi vida cambió no he tenido la valentía de encararlos, me preguntarían que me pasó y ni yo misma sé la respuesta. Tengo miedo a herirlos y exponer a mis hermanos y sobrinos ante este monstruo. Las cosas hubieran sido más fáciles para mí si hubiera muerto esa noche, aunque sé que ellos estarían muy tristes por mi partida.

Siento unas terribles ganas de llorar, pero las lágrimas se contienen. Me dispongo a verificar mi correo electrónico intentando despejar mi mente. Varios mensajes sin leer se encuentran en la bandeja de entrada, uno de ellos recordándome que hoy es la Exhibición de Arquitectura en la Biblioteca. Concibo la idea no asistir y luego decirle al profesor que lo olvidé, pero aun así me alisto.

**

Al llegar a la Universidad me dirijo inmediatamente al lugar de la actividad, el cual está lleno y comienzo a aturdirme nuevamente. La luz solar me molesta, las pulsaciones de los estudiantes me ofuscan y hacen que mi ansiedad por la sangre inicie. Paso una mano por mi pecho buscando mi collar, pero recuerdo haberlo guardado en el bolsillo del pantalón luego de que Josh me lo devolviera. Observo mis brazos y estos comienzan a tornarse rosados. Camino rápidamente hacia dentro del edificio atravesando entre las personas y evitando inspirar el aroma apetecible e inquietante, el cual me impide controlarme.

Entro al primer baño que veo, cierro la puerta rápidamente y me apoyo de ella. Coloco mis manos en mi pecho y exhalo el aire contenido como si mi vida dependiera de ello. Un chico me da la espalda mientras usa el urinal y en ese instante soy consciente de que estoy en el servicio de varones. El muchacho me observa y sonríe, mientras siento el calor recorrer mis mejillas y miro al suelo instantáneamente. Me dispongo a salir maldiciéndome por haber errado de esa manera cuando tantas otras veces visitaba la biblioteca.

Una vez fuera, me encuentro con Sofía quien al verme efusivamente me abraza.

—¿Estás bien?

Asiento moviendo la cabeza.

—Pareces fatigada—.

— sido un gran error haber venido —.

—¿Por qué? —inquiere.

—No puedo controlarme, cada vez que estoy cerca de otras personas quiero beber de su sangre, creo que debo irme—.

—Ven, vamos a ver la exhibición —dice tomándome del brazo y nos dirigimos por uno de los pasillos. Mientras caminamos me pregunto cómo puede estar tan tranquila rodeada de humanos.

Durante el recorrido, observo diferentes dibujos de estructuras y diseños de edificios y casas realizados por diferentes estudiantes. Al final de la exposición se encontraban varios de mis trabajos acompañado de una foto mía con mi nombre.

—¡No sabía que vas a ser Arquitecta! —expresa eufórica.

—Iba a serlo —digo desanimada.

—¿Vas a dejar de estudiar?

—Sí —susurro.

—¿Por qué? ¡Eres buena en esto! ¡No puedes dejarlo así porque sí!

No respondo a lo que dice, pues comienzan a llegar más personas y no quiero entrar en detalles delante de ellos. Escucho a varias personas comentar sobre mis trabajos, muchos de ellos realizados el semestre anterior. Algunos me felicitaron al notar que era yo la que los había realizado. Al finalizar, nos dirigimos a la salida del complejo.

—No debes dejar de estudiar, viste muchos te felicitaron... —explica Sofía. No soy una experta en eso, pero tus dibujos eran los más lindos.

—Gracias, pero el problema es por lo que te dije hace rato—. No puedo controlarme chica y voy a terminar matando a alguien.

—Coge las cosas con calma —. Verás que poco a poco te vas a ir acostumbrando.

—Eso espero —pronuncio dudosa.

Me despido de Sofía y me dirijo al carro lo más rápido posible. Una vez dentro, el aviso de un nuevo mensaje capta mi atención. Al desbloquear el móvil, su nombre reluce en la pantalla, haciéndome sonreír como una tonta.

Alek: Hola ¿Qué haces?

Brigitte: Saliendo de la uni ¿y tú?

Luego de un par de minutos que me parecen una eternidad, el celular vuelve a tintinear mientras conduzco.

Alek: Estoy libre. ¿Será que nos podemos ver hoy?

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Saludos a todos! Prometí actualizar la próxima semana, pero aquí tienen el capítulo 15.

Espero que les guste, se que ha quedado más cortito de lo que me hubiera gustado, pero he querido regalarles esta parte antes de irme de viaje.

Si les ha gustado no olviden votar. Espero sus comentarios.

Besos,

Desiree

Odio ser VampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora