¿Cómo me está pasando esto a mí? De seguro perdí la cabeza, todo empezó hace unas cuantas semanas, en ese tiempo aún todo estaba normal, salía con mis amigas, mirábamos a los chicos guapos, hacia todo lo que una chica de 17 años hace normalmente. Pero todo pasó de repente.
Estábamos en un día normal de clases, todo había ido normal hasta ese momento. De repente su piel hizo contacto con la mía, algo raro pasó, ya había tocado su piel antes, pero nunca había pasado eso, voltee y ahí estaba, abrazándome y dándome esa mirada que tanto amo, estaba tan cerca de mí, me puse nerviosa, pasé mi mano por su cintura, seguía nerviosa, nunca me había abrazado de esa forma, no podía despegar mi vista de sus ojos, estábamos en ese momento cuando repentinamente Fátima nos interrumpe.
-¡Gabriela! ¡Luisa! Apúrense que tenemos que trabajar- nos dijo chasqueando los dedos, me separé inmediatamente de Luisa, ella solo me agarró de la mano y me guió a la parte de atrás del salón, pero qué raro había sentido, nunca me había pasado esto con nadie, bueno, al menos no con una mujer, me senté al lado de Fátima y Luisa se puso en frente de mí, me ponía nerviosa , ella no es de esas personas que andan abrazando a cualquiera, tenía una mirada rara, nunca me había visto de esa forma, era una mirada hermosa. No podía evitar verla, nunca le había prestado tanta atención, ¡Dios! Es hermosa, sentía como si mi corazón se fuera a salir de mi pecho, mi estomago era un zoológico, no la tenía tan cerca, pero aun así me hacía sentir nerviosa.
Empezamos a hablar sobre el próximo trabajo, con ella alrededor se me hacía difícil concentrarme, seguía pensando en lo que pasó unos minutos atrás.
-¡Gabriela!- sentí como me tiraron un zape, reaccioné al momento-¿Me estás escuchando?- me dijo Fátima, no me había dado cuenta que me había estado hablando.
-No, perdón, es que estoy un poco distraída- dije volteando a ver rápido a Luisa, ella solo me miraba, yo baje la mirada de inmediato sonrojada, ¿Pero qué me está pasando?
Escuché que tocaban el timbre y salí como rayo del salón, no sabía que me pasaba y tenía miedo de descubrirlo. Algo dentro de mí cambió, no sabía que era, tan solo en un momento me sentía una extraña dentro de mi propio ser.
Después de comprar mi comida me fui con mis amigas, ellas jugaban, bromeaban y reían, normalmente lo haría con ellas, pero ahora no podía sacar a Luisa de mi mente, es tan hermosa, inteligente, graciosa, generosa, tierna.
-¡Gabriela!- escuche que me gritaban en el oído sacándome de mis pensamientos, me alejé inmediatamente de la persona deslizándome hacia atrás con las manos, alcé mi vista y vi a Isa mirándome con cara de confusión y diversión al mismo tiempo -¿Porque tan callada?-me preguntó.
No me dio tiempo de responder, ya que Mariana me interrumpió
-¿Tiene que ver con Luisa?- abrí los ojos como platos, ¿Pero qué rayos?, negué rápidamente con la cabeza.
-¿Por qué dices eso?- le pregunté aún sorprendida.
- No se, solo se me ocurrió- Dijo ella volteando hacia su comida, esta chica a veces me daba miedo.
Decidí seguir comiendo, no tenía ganas de hablar, ni siquiera de comer, solo lo hacía para poder distraerme un poco. El resto del día estuve tratando de evitar a Luisa, cada vez que se acercaba me dirigía esa mirada que me daba desde la mañana, y con eso provocaba que mi corazón se acelerará, mi estómago se pusiera de cabeza y me pusiera nerviosa, cada vez que me hablaba me sonrojaba sin razón alguna. Esto no está bien, tengo que hacer algo.
Al llegar a mi casa ni siquiera comí, toda esta situación me quitaba el hambre, hice mi tarea rápidamente, ni siquiera sé si la hice bien o no, le mandé mensaje a Catalina diciendo que iría a su casa, ella me respondió con un simple "OK", me cambié de ropa, tomé las llaves de mi casa y mi cartera y los metí en mi bolso, bajé para decirle a mi mamá que saldría.
-¿A dónde vas?- me preguntó alzando la mirada de su computadora para verme.
-Con Catalina- dije como si fuera lo más obvio del mundo - Ya terminé la tarea- mi mamá se me quedó viendo por un momento.
- No llegues tarde- respondió devolviendo su mirada a la computadora. Salí de la casa rápidamente y recorrí el fraccionamiento, busqué un taxi hasta que lo vi, lo paré y me subí en el, después de darle la dirección de Catalina me puse a ver por la ventana, ¿Qué le diría?, no es muy normal que tu mejor amiga llegue de repente y te diga que está confundida y que posiblemente le gusta una mujer, pero que estupidez. Sin darme cuenta ya habíamos llegado, le pagué al señor y me bajé del coche, toqué el timbre y esperé, estaba nerviosa, aún no sabía qué decirle. La puerta se abrió y pude ver a Marcela, la mamá de Catalina.
- Hola Marce- la salude de beso y abrazo, la quería mucho, era como mi segunda madre.
-¡Gaby! ¿Qué haces aquí?- me preguntó confundida, usualmente no venía entre semana.
- Vine a hablar con Cata, pero no te preocupes, no tardaré mucho- dije reconfortante, ella me hizo una señal con la mano para que pasara, entre y vi a Catalina en la sala, la fui a abrazar y lo hice como si no hubiera un mañana.
-¿Podemos ir a tu cuarto?- le pregunté en el oído aún abrazándola, ella se separó de mí y asintió, subimos las escaleras y entramos a su habitación, yo cerré la puerta. La voltee a ver y la mensa ya estaba desparramada en su cama.
-Necesito decirte algo-dije parándome de frente a ella -Pero necesito que no me juzgues-dije miedosa
En ese momento ella se sentó en el colchón y puso toda su atención en mí.
-Creo que me gusta alguien- le dije temerosamente.
Ella me miró burlona -¿Es en serio?, ¿Por eso estás así?- me dijo casi riéndose.
-Es que no es cualquier cosa- Le dije tapándome el rostro con las manos
-Entonces ¿Qué es?- dijo ella quitándome las manos del rostro
-Creo que me gusta una chica- Dije rápido y cerrando los ojos con fuerza. Ella no emitió ningún sonido, abrí los ojos y la vi dirigiéndome una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Qué?- le pregunté confundida
-Lo sabía- dijo parándose y agarrando no sé que cosa de su escritorio.
-¿Eh?- puse mi cabeza de lado
- Nunca te han gustado verdaderamente los hombres- dijo volteando a verme- Siempre has tenido un interés peculiar en las mujeres, sabía que te gustaban, pero quería que te dieras cuenta por ti sola- Dijo con una sonrisa en los labios y cruzándose de brazos. Me rindo, me dejé caer sentada en la cama y colgué mi cabeza hacia atrás.
-¿Ahora qué hago?- dije en tono de sufrimiento
- Lucha por ella- dijo con simpleza, voltee a verla, ¿Cree que es tan fácil?
-Ni siquiera se lo que quiero- dije ya cansada
-Claro que lo sabes- dijo Daniela acercándose a mí - Sabes lo que quieres, solo que no quieres aceptarlo- dijo tomándome de los hombros.
- Según tú ¿Qué es lo que quiero?- dije tratando de desafiarla.
- Quieres sentirte por fin cómoda con algo, cómoda en una relación, si, admiras a los hombres, pero las mujeres siempre te han gustado- dijo, hizo una pausa como pensando lo siguiente que diría- Se que te has imaginado la relación perfecta, pero nunca ha aparecido un hombre ahí, solo una mujer- dijo viéndome a los ojos
¿Cómo lo sabía? Había imaginado la relación perfecta, pero por alguna razón en mi mente siempre aparecía una mujer, nunca me había cuestionado el porque, solo lo imaginaba.
-¿Cómo lo sabes?- pregunté confundida
- Lo veo en tus ojos, lo escucho en tus palabras, no se si te has dado cuenta, aparentemente no, pero siempre que te refieres a tu futura pareja o a tu pareja perfecta lo hablas en ella- dijo observándome, ¿Lo hacía? Al parecer había dado pistas sin darme cuenta, ni si quiera yo las descifré.
- Necesito pensarlo- dije parándome de la cama - ya no sé ni lo que siento, me duele la cabeza de tanto que le he dado vueltas al asunto- dije desesperada y cansándome acariciando mí sien.
Me dirigí a la puerta, pero unas manos me interrumpieron, era Daniela, me estaba abrazando por atrás pasando sus manos por mi cintura, apoyó su mentón en mi hombro.
- Todo va a estar bien, tú vas a estar bien-me susurró en el oído, yo solo cerré mi ojos disfrutando el tacto de sus palabras y de sus manos en mi cintura, amaba cuando lo hacía, me hacía sentir protegida. Voltee a verla y le di un beso cerca de los labios, salí de su habitación, bajé las escaleras, me despedí de los papás de de Catalina, me dirigí a la,salida y volví a mi casa.
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¿Soy lesbiana?
RomanceMi vida era totalmente normal, hasta que ese sentimiento me pegó como una ráfaga de viento en el parque, de repente y sin quererlo, ya veía las cosas de la misma manera, ya no la veía a ELLA de la misma manera. Y todo eso puso mi mundo totalmente de...