Del Amor al Odio hay un solo Paso [Fairy Tail Nueva Generación]

Capítulo 8

Luna

Siete días. Siete días llevo aquí encerrada.

Cuando me raptaron, me llevaron a Hargeon, allí nos esperaba un barco. Me metieron en una celda con grilletes antimagia. Me desmayé en cuanto el barco se puso en marcha. Llegamos a una isla y era muy diferente a Hargeon. Yo seguía con los grilletes cuando entramos en un palacio enorme donde me llevaron a una habitación. Las criadas me cuidan muy bien, pero no me dejan salir de la habitación. Todavía sigo esperando a que vengan a por mi.

***

Me despierta el ruido de la puerta al abrirse.

—Luna-sama —dice Karin-chan, una de las criadas —, hoy es el gran día.

Es cierto, hoy es el día. Hoy voy a casarme con ese hombre, Rei Carmilion.

Storm

Siete días. Siete días llevamos planeando y buscando la guarida de ese hombre.

Nuestros padres llegaron dos horas después de que se llevaran a Dragneel. Le contamos lo ocurrido a Lucy y nos dijo que ese hombre era Rei Carmilion, hijo del hombre más rico de Minstrel (otro país de Earthland), y que no sabía nada sobre ese trato. Akira y Daiki llegaron a los 2 días de que se llevaran a Dragneel y dijeron que se la llevaron a Minstrel. Charlie no llegó con ellos.

Ese mismo día, todo el mundo empacó todo lo que se tenía que llevar para la batalla. Iríamos a la mañana siguente a Hargeon. Por la mañana, Charlie llegó con más magos. Trajo a Lyonel Vastia de Lamia Scale; Sakura Mikazuchi y Anie de Mermaid Heels; Akatsuki Eucliffe, Maria y Raiden Orland, Yuki Agria, Izusa Lohr y Kakumi Nanagear de Sabertooth.

—¿A quién hay que colgelarle el culo? —dijo Lyonel chocando los puños.

—Minna —dice Nash —, ¿vienen a ayudar?

—Pues claro! —dice Maria —Luna es una nakama más. Si ella está en apuros, nosotros la ayudaremos.

—Bien —dice Reiki —, pues en marcha.

Tardamos un día entero en llegar a la isla. Antes de bajar del barco, nos tapamos las marcas del gremio con vendas. No queriamos que nos descubriesen. Hablamos con algunos isleños y dijeron que se casarían dentro de 3 días.

Ahora, estamos preparándonos para ir a la iglesia.

—¿Por qué tenemos que ponernos estas ropas? —dice Nash cogiendo la chaqueta del traje —Solo quiero rescatar a nee-chan.

—Para que no nos descubran, idiota —dice Raiden intentando ponerse la corbata.

—Ya te la pongo yo —dice Maria a Raiden.

—¿Estais todos? —pregunto.

Asienten y las chicas cogen sus bolsos de mano.

—Vámonos.

Luna

—Está preciosa, Luna-sama —dice Yumiko-chan, otra de las criadas.

—Rei-sama tiene mucha suerte de que una joven tan guapa como usted quiera casarse con él —dice Karin-chan.

—Si —digo desanimada al recordar lo que pasó el día que llegamos aquí.

Ese hombre vino a mi habitación la noche que llegamos. Me dijo que si no quería que le pasara algo a mi gremio, tenía que casarme con él. Me dijo que tenía el poder suficiente para matar a todos.

—No ponga esa cara tan larga, Luna-sama. ¡Hoy es el día de su boda! Debería estar feliz —me regaña Yumiko-chan.

—Aye —digo dedicándole una sonrisa —. Perdonad pero, ¿podríais dejarme sola hasta la hora?

Asienten y se despiden cuando están saliendo.

Me acerco al espejo y la verdad es que estoy preciosa. El vestido es blanco con escote de encaje en forma de corazón. La falda es lisa con pequeños diamantes en la parte de abajo. Llevo maquillaje, pero nunca me han gustado esas cosas. Solo me lo he puesto porque Karin-chan y Yumiko-chan no paraban de insistir. Mi peinado es un moño alto con dos mechones callendome por alrededor de la cara. Yumiko-chan me ha los ha rizado. El velo es de encage y cae del moño para atrás haciendo una cola larguísima.

Siempre he pensado en el día de mi boda. Oto-sama me llevaría al altar dónde me esperaría el hombre al que amo, osea Fullbuster; Sylvia y Nash serían los padrinos; Rosemary, Nova-nee, Venetia y Maria serían las damas de honor; y Charlie, Akira y Misora-chan serían las pajes. Todo sería perfecto. Pero no es así. Mi marido será un hombre que acabo de conocer y no conozco a los padrinos, a las damas de honor ni a las pajes; y oto-sama no estaría aquí conmigo.

—Luna-sama —dice Takeshi, uno de los guaridas, entrando por la puerta —, la hora ha llegado.

Yumiko-chan entra con Karin-chan y me llevan a la puerta de la iglesia y me dan un ramo de rosas blanca. Estas flores me recuerdan a la habitación de Fullbuster cuando estuve allí.

—Luna-sama —me dice Karin-chan —, veo que le gustan las rosas blancas.

—Son mis favoritas —digo sonriendo.

—Deben de serlo —dice Yumiko-chan —. No la he visto sonreír tanto en su estancia aquí.

Los guardias abren la puerta y los presentes se ponen de pie. Veo que todos llevan máscaras o antifaces, pero hay un grupo de persona en el centro a la derecha muy extraño. Llevan vendas. Muchas vendas. Unos en las manos, uno en el cuello, otros en los brazos u hombros... Me llama la atención un chico con un pendiente de cruz en la oreja derecha. Lo miro fijamente y me hace una señal con la mano que me hace reconocerlo al instante. Miro a los que están a su alrededor y empiezo a reconocerlos a todos. Solo de ver que están aquí, me hace llorar de alegría.

—Luna-sama —dice Yumiko-chan —, no llore. Se le estropeará el maquillaje y debe de estar preciosa en este día.

—Lo sé Yumiko-chan —me seco las lágrimas con cuidado —, pero es que no puedo evitarlo —digo volviendo a mirarlo y sonriendo.

La música empieza a sonar y empiezo a andar hacia el altar.