No...no, de nuevo.

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Narrado por Merida

Bajé de las escaleras corriendo, el vestido que llevaba en ese momento me impedía ir muy rápido pero era uno de los tratos que había hecho con mi madre. Ella dejaría de impedirme trabajar con las espadas y mi arco si yo también trataba de comportarme como una princesa, tener modales y lo necesario...la verdad es que esperaba convencerla de que dejara de tratar de que me casara pero creo que para ello sería mucho pedir.

-Mamá-grité mientras bajaba, mis tres hermanos que ya habían crecido lo suficiente para seguirme el paso me perseguían, hace poco habían cumplido unos ocho años...o al menos eso creo...la verdad es que lo único que he notado es que ellos ya tenían la rapidez que a su edad yo tenía.

Mi largo y rizado cabello se agitaba mientras bajaba, era de un luminoso color anaranjado y la verdad es que era muy difícil de ocultar lo que no me ayudaba mucho en los días que salía de caza o cuando trataba de escaparme.

Una mujer apareció al inicio de las escaleras. Era delgada y parecía frágil, su largo cabello castaño y liso llegaba hasta su cintura, cruzaba sus manos frente a ella y de alguna manera ver su expresión preocupada me hizo detenerme inmediatamente haciendo que los tres niños que me seguían el paso se detuvieran segundos después. Ella era mi madre. La reina Elinor. Sentía gran arrepentimiento al verla porque yo había hecho que una maldición cayera sobre ella, ahora parecía que todo volvía a la normalidad pero la expresión en su rostro me mostraba lo contrario.

-¿Mamá? ¿Estas bien?-dije y ella trató de sonreír.

-¿Qué pasa, Merida?- dijo ella y yo continué bajando los escalones, pasé a su lado.

-Iré rápidamente al bosque ya regresaré antes de la cena-dije tomando mi carcaj que se encontraba tirado en la entrada- No me esperen...si no llego tomaré algo de las sobras pero...

-Merida-dijo ella con su dulce voz-¿Podemos hablar?

Fruncí el ceño levemente, realmente no molesta...sino que no sabía como hacerle entender a mi madre que en aquel momento estaba muy ocupada.

-Hablaremos cuando vuelva-dije hablando apresuradamente y acercándome a la puerta- No creo que sea tan importante. Te juro que en cuanto llegue te despertaré y entonces hablaremos, te lo prometo. Pero ahora ya me tengo que ir así que...

-Merida-dijo ella de nuevo dulcemente.

-Mamaaaaaaá-dije cerrando mis ojos por un segundo ya algo molesta-realmente ya es hora de que me vaya, dile a mi padre que regresaré en unas horas y entonces hablaremos pero es que...

Abrí la puerta para salir pero entonces escuché que mi madre me llamaba claramente molesta.

-Merida-gritó tan fuerte que incluso escuché las pisadas de huida de los tres pequeños chicos que me venían siguiendo-Regresa aquí ahora mismo.

Me volví hacia ella algo sorprendida.

-¿Qué pasa?- a pesar de que intenté que mi voz sonara neutral pude escuchar algo de arrogancia en ella, aquello hacía a mi mamá ponerse furiosa por lo que cuando miré sus ojos marrones estos parecían estar a punto de asesinar a alguien.

-Te quedaras porque en un momento van a llegar unas chicas que te medirán distintos vestidos para el baile que tendremos mañana .

Estuvo a punto de retirarse pero yo me acerqué a ella a grandes zancadas y dije:

-¿Qué?-dije frunciendo el ceño-¿Un baile?

La reina Elinor se volvió hacia mí poco a poco con un aire de superioridad.

-Si-dijo ella-Tu padre y yo estamos dando un baile para todos los clanes. Será mañana.

-¿Y yo que tengo que ver en todo esto?-dije gritando y haciendo una mueca al final- Ya te he dicho que odio estar con todos esos idiotas que solo me ven como una posible esposa. Es como si me vieran como un juguete al que llevarán a todos lados como si pasearan a su mascota. Odio que piensen así de mí.

Ella frunció el ceño.

-Merida-dijo- Te di la oportunidad de pensar en tu futuro por ti misma, te he dado años pero ya basta. Tenemos que conseguir a alguien quien quiera cuidarte...tu padre y yo no estaremos siempre ahí para ti y necesitamos herederos.

La miré asqueada.

-Tienes cuatro hijos-dije -no puedes a elegir a alguno de esos tres para casarse.

-Ellos son muy chicos-dijo ella - y eso tu lo sabes. Necesitas pensar más en ti misma.

-¿Y un hombre que solo quiere usarme es la solución?-pregunté desafiante.

-Algún día tendrás que dejar esas espadas y arcos, no es el comportamiento de una verdadera dama-dijo ella- Debes empezar a buscar al hombre correcto para ti.

-El hombre correcto para mi nunca me pediría cambiar-dije- él me aceptaría con todos esos arcos y espadas y me amaría sin dudarlo...realmente luego de todos estos años sigues sin entenderlo ¿Verdad?

-Ya basta, Merida-gritó ella- Asistirás a ese baile, no me importa si te quedas sentada toda la velada pero asistirás. Te probarás los vestidos que han hecho especialmente para ti y los usaras con toda la gracia con la que los debería usar una princesa.

Fruncí el ceño.

-Tendrás que obligarme-dije.

-Eso supuse-dijo ella con una mirada cansada y haciéndole una señal a los guardias para que me llevaran a la habitación.

Cuando estos me tomaron por los brazos yo luché pero al final llegaron más y me llevaron rápidamente a mi habitación y me encerraron. Antes de que empezaran a subir por las escaleras pude oír que en un susurro mi madre decía "Lo entenderas cuando tengas alguna hija"...No, yo nunca tendría hijos, yo nunca me casaría y le daría a alguien el lujo de poseerme como si yo fuera una especie de objeto.

Aquella sería una noche larga.

I just need an answerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora