Capítulo V

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Cada día aprendía algo nuevo sobre la superficie; sobre su partida, sobre el viaje. Lo iba sabiendo poco a poco, al azar de las reflexiones. Y fue así como al tercer día, conocí el drama de los buttercups.
Esta vez fue gracias al cuento, ya que el humano, asaltado por una grave duda, me preguntó de repente:
—¿Hay arbustos en el libro?
—Si.
—Oh, vaya.
Yo no comprendí qué importancia tenía para él que hubieran o no arbustos, hasta que añadió:
—Entonces, ¿También hay buttercups?
Le hice notar a Frisk que los buttercups no eran arbustos, sino flores. Podían ser tan invasivas que de una mañana a otra podían llenar un campo entero de su presencia, y de usarlas incorrectamente, podían ser muy venenosas.
—Una vez que crecen no paran de salir.
—¡Exacto! Pero, ¿Por qué te preocupa que hayan buttercups?
Y me respondió "¡Está bien claro!" como si se tratara de algo evidente. Me costó un gran esfuerzo comprender cuál era el problema. En la superficie, al igual que dónde vivimos, hay buenas y malas hierbas. Y, en consecuencia, de buenas semillas, buenas hierbas y de malas semillas, hierbas malas. Ahora bien: las semillas son invisibles. Duermen en el interior de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertar. Entonces se estira y crece tímidamente hacia el sol, como si fuera un brote inofensivo de césped. Pero como otras plantas, si no se las tiene bien cuidadas, se ponen a crecer a su antojo; y cuando comienzan a dañar el terreno hay que arrancarlas del suelo sin dudar. En dónde vivía el humano, estas eran una plaga terrible. El suelo de su tierra estaba regado de esas flores, que impedían que crecieran los cultivos productivos. Si las dejara crecer, estas no tendrían más lugar para germinar y lo envenenarían durante la noche.
—Se trata de una cuestión de disciplina—me decía—. Cuando uno termina el aseo matinal, se pone a limpiar con esmero el terreno. Es necesario arrancar las flores de raíz, o se comerán a las otras plantas. Claro, hay que saber diferenciarlas de otras flores amarillas. Llevo tanto tiempo limpiándolas que me es fácil distinguirlas, pero es fastidioso limpiarlas.
Un día me metió en la cabeza que me preparara a contarles a los niños del Subsuelo que tuvieran cuidado con esas flores. "Pues si llegan un día a viajar, tu concejo les será útil. En ocasiones no implica peligro alguno aplazar un quehacer, pero tratándose de buttercups, siempre provocan grandes líos. Escuché por ahí que un niño flojo, se rehusó a arrancar los buttercups que crecían fuera de su espacio y durante la noche crecieron dentro suyo. Nunca más despertó". Pero no quise decirle que aquello no había sido un accidente...

(Cancelada) Le Petit Frisk [Flowisk/Sanrisk] UndertaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora