¡Hola, Lucy! Estoy muy nerviosa por empezar a escribirte de nuevo. He estado muy triste todos estos días por lo mucho que te echo de menos, ¡pero aquí estoy hoy, más animada! Ya sé que podemos hablar por teléfono y hacer skype, pero me gusta más que nos mandemos cartas. Es más real. Creo que te mandaré una cada semana, o cada menos...
Total, que te voy a contar todo lo que me pase como si mi vida fuera interesante. Hoy no tengo nada que contar, solamente que te extraño y ya estoy ahorrando para ir de nuevo a verte. ¿Por qué tienes que vivir en la otra punta del país? Ugh.