Me despierto con un olor a pescado frito inundándome las fosas nasales "no puede ser que la fogata haya seguido encendida durante toda la noche entonces, ¿el hizo fuego? Vamos a ayudarle", él no se ha dado cuenta de que he despertado pues sigo con los ojos cerrados, abro una pequeña rendija lo suficientemente grande para verlo a él ahí sentado cocinando el pescado, lentamente abro mi mano y vuelvo a sentir el calor en mi cuerpo, pero mucho más potente, cuando lo siento todo acumulado en mi mano, suelto el aire liberando la bola de fuego hacia la fogata, vuelvo a cerrar los ojos, pero no evito reírme al escuchar un grito. Abro los ojos lentamente y lo veo a el sujetando un pescado un poco quemado y a él con la cara toda manchada de ceniza, con los ojos abiertos como platos, mirándome. Sin evitarlo me tumbo en el suelo y empiezo a reírme a carcajadas hasta que me duele el estómago de tanto reír.
-En serio... ¡¿me quieres matar o qué?!-dice él
-No, es que se me descontroló un poco el nivel de fuego, ¿lo siento?
-¿lo siento en serio? Quemaste el pescado y mira como quedé-dijo el enojado.
-yo solo quería jugar que lo sepas- le digo también enojada
-la próxima vez haz algo que nos divierta a los dos ¿si?- dice gritando, después se aleja y se sienta en una roca
"yo solo quería hacerlo reír, aunque a lo mejor me pase con la bola de fuego, creo que debería por lo menos pedirle perdón" pienso. Me acerco agarro un pedazo de tela que tenía el a un lado de la fogata, saco mi bote de agua, remojo un poco el trapo en el agua, me acerco lentamente a él, y le susurro:
-perdón
El se gira y se me queda viendo.
-solo quería hacerte reir, no pensaba que te lo tomarías así.
Alzo el trapo y el agua y le digo:
-¿Puedo?
El asiente, seguido de esto, me agacho en frente de él coloco una de mis manos en su mejilla y con la otra empiezo a quitarle las cenizas de la frente, yo concentro la vista en lo que estoy limpiando y él me mira fijamente, cuando empiezo a limpiar su nariz el estornuda, retirándose de mí, eso lo hace reír y a mi me sale una sonrisa.
-lo siento-dice acercándose de nuevo.
Le empiezo a limpiar la mejilla y luego retiro la mano, para poder limpiarla, pongo el trapo en mi otra mano y la que está libre la coloco en su hombro, cuando mi mano se desliza a sus labios, el me acaricia la mejilla con cariño, yo sigo limpiando su barbilla y labios, sintiendo su cálido aliento en mi muñeca, nuestras miradas se conectan, inundándome en sus ojos, el se acerca lentamente, y pone su frente apoyada en la mía, mi corazón late a mil por hora, nuestras respiraciones se mezclan y nuestros labios están a pocos centímetros de tocarse, retiro la mano con el trapo y la deslizo hacia su pecho, y cierro los ojos, disfrutando el momento, nos quedamos así unos minutos, yo pensando si es esto correcto, pero nos interrumpe un aullido, que luego es seguido por otros más, lo que hace que nos separemos al instante. Abro los ojos y me pongo frenética, luego escucho un zumbido, el cual después de unos segundos empeora mi estado, después descubro que la causante de este soy yo y que estoy temblando. Iván se acerca a mí y me sacude los hombros.
-Oye, tranquila, están muy lejos, no te harán nada, tenemos que ir a donde están y atacarlos antes de que ellos nos encuentren y nos maten.
Creo que la última frase hace que me pusiera de pie, corro, agarro mi arco y preparo una flecha. Después me entero de lo que estoy haciendo y le digo:
-Tenemos que irnos, ya
-Primero tenemos que ver dónde están y para eso podemos trepar a un árbol para localizarlos.
No espero más, escojo un árbol y empiezo a trepar, agarrando una rama o bulto tras otro hasta llegar a la última rama, volteo hacia abajo y veo que Iván viene hacia acá "creo que no trepa muy bien", cuando al fin llega, cansado y sudoroso me dice:
-¿Te gusta verme sufrir o qué?- dice riendo
-Te veías muy gracioso- dije aguantándome la risa.
Sube la última rama, que no es muy grande, lo que nos deja casi pegados yo pegada al tronco del árbol, para mantener el equilibrio y él con un brazo apoyado en el mismo tronco, atrás de mi espalda, me pongo nerviosa, miro hacia delante y primero, no diviso nada, pero después veo unos árboles sacudirse a los lejos, "parece como si temblaran", Iván está viendo hacia el otro lado, le toco el hombro y le señalo los árboles temblando.
-¿Tú crees que sean ellos?- le pregunto
- ¿No es el viento?
-mira hacia donde se mueven los árboles y siente hacia dónde va el viento.- le digo.
Cierro los ojos al tiempo que él, sintiendo el viento que aúlla hacia el norte, luego abro los ojos, sacudo su hombro e indico hacia los árboles, creo que estoy en lo cierto por que estos se mueven hacia el sur y eso es contradictorio. Están como a veinte o veinticinco árboles de distancia.
-Tengo una idea para comprobar si lo que dices es cierto.-dice el
Veo que carga una flecha en su ballesta "¿cree que le va a acertar a tanta distancia?" Se pone en posición, apunta un poco más arriba que el árbol y dispara, lo que provoca que la flecha dibuje un arco perfecto y caiga con fuerza rozando el árbol.
-Uno, dos,...- susurra él
Después se escuchan unos aullidos más fuertes, me tapo los oídos para bloquear el sonido hasta que disminuyen.
-Ahí los tienes- dice sonriendo
Me quedo sorprendida, el mientras tanto baja poco a poco, como no me quiero quedar atrás empiezo a bajar, un poco apurada para llegar al piso antes que él. Cuando brinco a su lado de rama en rama el me grita, pero no le hago caso, cuando estoy a metro y medio salto y caigo de cuclillas," ahora sí que tengo motivos para reírme", volteo, se me nubla la vista y veo mi sangre salpicada en una roca antes de caer inconsciente.
HOLA PERDÓN QUE ESTE CAPITULO SEA MÁS CORTO AHORA DENTRO DE UNOS MINUTOS SUBIRÉ OTRO PARA COMPENSAR.
RECUERDEN, VOTEN, COMENTEN Y LO MÁS IMPORTANTE DIFRUTEN.
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Almas Letales
Science FictionAlgo nuevo sacudira al mundo, algo diferente, personas con habilidades especiales, capaces de controlar todos los elementos desde el fuego hasta el metal, pero todas tienen algo similar, un corazon lleno de avaricia, ira, y sed de poder, un corazon...