LOVE IS OUR WEAPON

I

Aqui yacía sobre su cama, desnudo, indefenso, adentrado en sus pensamientos con un cigarrillo y unas marcas en el cuerpo que datan de noches dolorosas y oscuras. Una ventana abierta que permitía el paso de la luz de la noche por toda la habitación haciendo tan duro levantarse de la cama. La mirada vacía y ausente de unos ojos rojos parecen decir más que cualquier palabra. Labios secos y pálidos, bordeando el filtro parecía casi poesía obscura. Su piel tan pálida y las sábanas que lo cubrían tan lúcidas que, añoraban un cielo divino para cual bella criatura angelical. Sus cabellos blancos solo difuminaban la delicadeza de su piel. El rojo de sus heridas podían apreciarse desde la penumbra que tenian la isma intensidad que el rojo carmesí de sus ojos. Se halzo en sí y caminando lenta y delicadamente hacia la ventana de su cuarto, en el 3 piso de su mansión, donde podía ver las luces de una ciudad cosmopolitan y el mar tan frio e indomable.

Detestaba la idea de festejar su cumpleaños. Puesto qué, como cualquier miembro de la más aristócrata y poderosa familia del país, sería una noche donde famosos y mediáticos asistirían. Detestaba su trabajo como modelo, pero mas detestaba la idea de no compartir un momento a solas con su familia. Su hermano y único confidente es Francisco. Quién sabe cada detalle y rincón de su mente, sabe quién o qué lo angustiaba. Sabe como hacer sonreir a tan obscura y perdida alma. Francisco sabia que no era su hermano biológico pero ese era un secreto que aún se mantenía así. En secreto.

Era el único que alegraba los días como este a Wolfgang. Pero no se encontraba en la ciudad. Estaba de viaje promocionando su última obra literaria 'Aleaciones' y no estaría en una semana por la ciudad. Sus padres de los cuales sabía muy poco, se encontraban la mayor parte del año fuera de casa, mientras que la otra pequeña parte que sí estaban en casa no compartían tanto tiempo de calidad por lo cuál no había una relación afectiva tan grande como la que tenía con su tío y su hermano.

El día de su cumpleaños comenzó como cualquier otro. Se levantó y su desayuno ya estaba servido en el comedor, sus sirvientas ya tenian su ropa y su intinerario listo para el dia de la fecha. Frutas y comida orgánica con un café verde con crema desde las 6:30 am a 6:50 am; Luego literatura avanzada hasta las 10:00 am y clases de piano hasta las 12:00 pm; luego una entrevista para alguna que otra revista internacional y luego sección de fotos a las 3:00 pm. Luego tendría 20 minutos para un receso y volver al estudio donde modelaria para los mejores diseñadores del momento.

Camino a casa en su limusina, leyendo el libro de su hermano, pensando en la noche que tendría que vivir se detuvo a pensar.

- no tengo amigos, ni familia, ni siquiera conocidos... ¿por qué querría festejar tal tontería? - dijo para sus adentros.

En eso toma su celular y lo desbloquea, mostrándole así que tenía 3 nuevos mensajes. El primero era de papá y decia:

hijo que lástima que no podamos estar este año con tu madre ahí por tu cumpleaños. En casa te dejamos una sorpresa ¡felices 27! ¡Sigue ganando dinero y no olvides cepillarte los dientes!.

Wolfgang lo leía como si fuese un diálogo previsto y ensayado muchas veces. Era siempre el mismo mensaje durante todas las fechas "importantes" en que siempre es el mismo diálogo absurdo y patético. Miró el segundo mensaje y este era de Frank:

Hermano feliz cumpleaños! Lamento no pasar este contigo pero habrán muchos más! Tengo una sorpresa perro albino y se que te encantará!

Pd: quiero ver tu reacción cuando veas tu sorpresa y espero que me perdones por no poder estar ahi contigo! Te quiero hermano lobo.

Wolf rió discretamente y una media sonrisa quebró su siempre seria expresión facial.

- En tanto no sea un gato estoy seguro que me encantará hermano. Espero que vuelvas para poder tener un cumpleaños decente. - texteó Wolf.

Frank siempre llamaba perro albino a Wolfgang por que nació así a causa de un prototipo de medicación moderna a base de celulas madres alteradas. Su tío fue quién las creó y las probó en él cuando yacía en las entrañas de su madre. Por supuesto que esto quedo sepultado cual barco en las profundidades. Nadie excepto su tío y su madre lo saben. Wolf no es conciente de cuán importante es para su familia que él no sepa esto puesto que no solo alteró su aspecto físico haciéndolo envejecer demasiado lento a causa de que sus células son mucho mas fuertes, sino que sus habilidades mentales y físicas son extraordinarias. Nunca le permitieron mover un músculo puesto que le servían todo en bandeja de plata y lo llenaban de lujos para que asi no desarrollara sus habilidades. No era el momento oportuno. No aún.

Su tío para asegurarse de que su experimento estaba bien siempre lo cuidó y atesoró más que a nadie. El es perfecto. Esta vez no hubo fallos.

Llegando a la mansión en la costa Wolf revisa su último mensaje y era de su tío quien simplemente preguntaba donde estaban partituras de la clase de piano de hoy. No podía esperar menos de su tío el filántropo, magnate, pianista internacional, millonario, genio en la mecánica cuántica, (sicario, científico, adorador de la cultura pagana) y sobre todo buena persona.

Dejó sus pertenencias sobre la mesa, en el salon principal del primer piso y camino cansado hasta las escaleras para dirigirse a su cuarto cuando un ruido estruendoso irrumpe el silencio de la mansión. Tras el ruido se oye a una mucama gritar en la cocina y wolf rápidamente corre a ver que sucede, cuando llega pudo divisar que una ventana se encontraba rota y no había presencia alguna.

Silenciosamente Wolf va hacia su habitación y apaga la luz, cierra la puerta con cerrojo y una vez creyendo estar a salvo procedería a usar la alarma de bolsillo para activar la seguridad de la mansión, pero, de repente nota que no las tenía consigo. Dedució que lo mejor era entrar en el armario y quedarse allí hasta que no corra peligro. Su armario era grande cual castillo, como todo modelo y celebridad debe tener. Al entrar en el cerró la puerta y escucho que alguien abrió la puerta de la habitación...

Su pulso comenzaba a alterarse y se metió entre las prendas negras, sosteniendo el aliento al límite cuando las puertas del armario se abren de par en par como si fuesen cortinas. Un suspiro ahogado y una tensa expresión de pánico lo inmovilizó y cerró sus ojos rojos para luego de unos cinco largos segundos se animara a abrirlos y se encontrara de frente con un alguien quien con unos ojos frios y celestes lo miraba asechante entre las prendas, tan cerca de el que su respiración calmada y espectante impactaba sobre la cara de Wolf. Los cabellos negros en su rostro, cubierto en sangre y su sonrisa perturbante armaban un cuadro aterrador.

- he esperado por esto durante mucho tiempo Wolfgang Amadeus Mozart, esta noche la última canción será tocada, grande finale. - dijo el joven caballero y en un parpadeo desapareció como si de magia se tratara.