Maniquí (única parte)

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Jongin se encontraba como siempre en ese salón de espera a veces utilizado para ensayos, era un maniquí que servía de perchero, esta vez no se encontraba en el mismo sitio de siempre, cerca de la ventana, sino hasta el fondo del salón, para ser exactos, junto a la puerta que daba entrada hacia el teatro.

Cuando ya todas las personas se habrían marchado el saldría a hacer lo que más amaba, bailar. Cada noche al terminar el show él se estiraba y bailaba, creaba nuevos pasos cada noche sin embargo, esa no era una noche de aquellas, esa noche el show se había prolongado y la gente por supuesto aún seguía dentro, era un teatro pequeño pero era famoso en el pueblo, más bien era el único que había, a el llegaban personajes realmente famosos y talentosos, desde Kim Jongdae hasta Byun Baekhyun un novato que tendría futuro, así también llegaban autores, novelistas, comediantes, etc. Ese día se presentaba Do Kyungsoo, Jongin realmente estaba disfrutando de la hermosa voz de ese chico el cual no había escuchado hasta ese día.

Ese día, al igual que todos los días de su existencia Jongin se encontraba deprimido, pero esta vez REALMENTE se encontraba deprimido pues aún no había podido ver al chico misterioso llegar por ahí, lo había podido ver cuando estaba cerca de la ventana, había llegado todos los días de la semana y él lo había estado observando.

Oh Sehun, el chico misterioso, había estado llegando a ese teatro todos los días de la semana debido a que su novia era amante de escuchar las nuevas y hermosas voces que visitaban el lugar y él la acompañaba, él llegaba al lugar mucho antes y después llegaba ella y así entraban los dos juntos al lugar, ese día, la muchacha no había llegado. Sehun ya había estado esperando por dos horas en el mismo sitio y aún no había rastros de ella, la llamaba y no contestaba. Se encontraba devastado, devastado al igual que el hermoso maniquí de aquella sala, vacía al parecer.

Una canción empezó a sonar, provenía del teatro, el show tocaría su última melodía ese día.

Jongin escuchaba atentamente la voz de Kyungsoo, la canción era lenta y su letra era triste, Sehun pensó que tenía un hermoso ritmo así que siguiendo sus instintos, comenzó a moverse al compás de la música y Jongin podía escuchar sus pasos que se dirigían al salón.

Jongin escuchaba a Sehun bailar, escuchaba su baile y le daban ganas de salir y bailar junto a ese hermoso chico, pero otra vez recordaba que sólo era un simple maniquí. Él se preguntaba por qué Dios o quien fuera quien lo había creado lo había hecho de plástico y con vida, vida que sólo por las noches podía utilizar, una vida que no era vivida, sólo él sabía lo que hacía y sólo él podía verse.

"¿Qué es lo que soy?" era su pregunta de siempre, se sentía inútil y lloraba mentalmente, porque sí, no podía derramar lágrimas pues sólo era un maniquí.

Sehun había terminado su baile, Kyungsoo había terminado de cantar, la gente se había ido y él había llorado.

Empezó a mover sus brazos y piernas que se sentían entumecidos según él y descubrió que en su mano izquierda sostenía el saco del misterioso chico y en su mano derecha su pequeño sombrero.

Sonrió, ahora que no había nadie por fin podría bailar. Y así lo hizo, bailaba al ritmo de la música en su mente mientras sostenía el saco de Sehun y por fin, ahí en ese salón vacío había sentido felicidad, se sentía feliz y se imaginaba bailando con el chico misterioso, tomándose de la mano, Sehun rodeaba el cuello de Jongin, bailaban, simplemente bailaban, claro todo esto sucedía en la mente de Jongin, bailaba porque se sentía feliz, porque pensaba que estaba sólo, más no era así.

Escuchó un ruido y soltó el saco, se puso en posición y se quedó ahí quieto y con algo latiendo dentro de él, "¿qué es esto?" se decía. Sehun regresó al salón, observó al muñeco y tomó su sombrero, "¿en dónde está mi saco?" se preguntó, el saco estaba en la pequeña mesa del lugar, lo tomó y se regresó a ver el maniquí, "hay algo raro aquí..." lo miró una última vez y el corazón de Jongin latía, latía muy rápido cual fuera lo que bombeaba dentro de él.

Vio a Sehun salir con rapidez, ni una sola palabra, ni una sola sonrisa, nada. Solamente una mirada de desprecio. Algo dentro del maniquí dolió, dolió demasiado, lo vio irse y entonces recordó...

Era un simple maniquí que servía de perchero y ahí se iba a quedar, en el fondo del salón.

Sehun volteó, "¿a los maniquíes les sale agua por los ojos?"


FIN

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