Templado

prólogo

Fui profesor  del  adolescente que  escribió este diario. A a decir verdad nunca me confesó que le estuviera escribiendo ni me mostró ninguna de sus páginas . A él sí lo recuerdo como un alumno interesado, muy tímido , con sus ojos pasmados por las palabras. Solo compartimos un año- el curso de literatura de tercero de secundaria- y no volví a saber de él. Hasta que me topé, bendito azar ,con la carpeta que tenía delineado un minúsculo corazón al centro .

Era una tarde, después de clases, en que distraía mi tiempo en los estantes de la biblioteca del colegio .Encontré  la carpeta bajo unas viejas revistas ,la abrí  y  enseguida empecé a leer las hojas sin prestarles  mayor atención. A pesar de que la tinta era débil , poco a poco fui interesándome por la historia. Decidí buscar   un poco más de luz y me dirigí a una de las mesas . El camino casi se me caen las hojas: había alcanzado a leer, al vuelo, el nombre del autor en la última página. sufri un sobresalto y volví a leer  esa línea. Ahí estaba su nombre ,debajo de una dedicatoria  que la discreción obliga a callar.
Desde entonces he tratado de ubicar al autor. Al dejar el colegio, hace 2 años, sus padres no indicaron  el motivo del retiro  ni  solicitaron certificados de estudio. El  teléfono y la dirección que tenemos registrados ya no pertenecen a la familia desapareció como por encanto . Me aseguran que Vanessa - se la conocerá a través de la lectura- permaneció unos meses más en su cargo de bibliotecarias luego viajo a Europa. Me ha contestado un par de mensajes: estudia Filosofía en Madrid, ya no escribe poemas y tampoco dispone del menor interés en hablar del asunto .

He  lamentado mucho no haber tenido más suerte y dar con el autor de estas páginas que juzgo valiosas (tanto emocional como literariamente); sin embargo,he decidido  correr el riesgo de confiarlas  a la imprenta. Me complaceria que su publicacion se considere  un homenaje a todos los personajes  de la historia . Aunque no  hay ningún animo de victoria -acaso ni de sobrevivencia- estar enamorados de este modo bien merece el gesto de convertirlo en un libro para soñarlo juntos .

                       Jorge eslava calvo
Miradores,diciembre de 2003