Capítulo 6: Sábado interminable

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No sabía que pensar. No me podía creer lo rápido que había cambiado la apariencia que me otorgaba este lugar.

Este aburrido y aislado pueblo se había convertido en un sitio que parecía sacado de un cuento, o de alguna historia para adolescentes. Resultaba que en un sitio así se escondían seres que solo existían en la ficción. Ahora también se encuentran en la vida real...

A parte del extraño descubrimiento que me estaba destrozando la cabeza, me gustaría saber qué pasó con Mel, pues se ausentó sin avisar y no dio señales de vida desde entonces.

Después de seguir pensando sobre todo lo sucedido, decidí enviarle un mensaje a Mel. Pero, siempre pasaba lo mismo. Cuando entraba a su chat, la barra donde tenía que escribir aparecía en gris y me impedía enviarle mensajes.

Después de haber intentado contactar con ella durante un rato, pues no cogía las llamadas, me rendí. Solo espero que el lunes me diga algo sobre lo que le ocurrió.

Seguí pensando en lo de ayer. Otra cosa importante era que mi hermana se había ido, supuestamente, con Jake. Pero por la tarde me la encontré con Edward, cosa que no logro explicar. Para añadirle más emoción, estaba el detallito de que él era, o eso se suponía, un vampiro.

¿Estarían saliendo juntos? Pues no lo sé, pero viniendo de mi hermana, y de sus gustos extraños, no sería algo raro.

Además, si ella había estado con Edward, ¿significaría eso que Jake no la llamó? Y si eso fue así, ¿por qué no la llamó como habíamos acordado?

Traté de alejarme un poco de aquellos pensamientos y me di cuenta de que tenía parte del sábado y todo el domingo por delante y no tenía plan alguno.

Después de estar tirado en el suelo de la habitación mientras que mi hermana se estaba arreglando para irse con Edward, pues había vuelto a quedar con él.

- Bella, ¿Te vas antes o después de comer? – pregunté.

- ¿Tu qué crees hermanito? – me dijo con mala cara.

- ¿Antes?

­- Si, siento no quedarme a comer contigo, pero las cosas cambian. Yo he crecido y... he conocido a alguien.

- Ya, pero siempre estaremos apoyándonos, ¿No?

- Pues claro, enano. – se acercó y removió mi pelo.

Bella se tumbó a mi lado y empezamos una guerra de cosquillas, como hacíamos años atrás.

Pasamos un buen rato entre las risas y las cosquillas, pero cuando miró el reloj, el juego terminó.

- Bueno, ha estado bien, habrá que repetirlo alguna vez más. – dijo con una pequeña sonrisa - Me tengo que ir ya, Edward es muy puntual. – continuó diciendo mientras se asomaba a la ventana.

- Vale, lleva cuidado. La próxima vez te ganaré la batalla de cosquillas.

Ambos reímos y nos dimos un pequeño abrazo. Luego, bajó las escaleras y se fue.

Aunque Bella parezca fría y sin corazón la mayoría de las veces, en verdad es una gran hermana y nos queremos mucho, aunque es algo que ninguno de los dos suele admitir.

La hora de la comida se acercaba y no tenía ni la más remota idea de que podía hacerme para saciar el hambre que empezaba, poco a poco, a crecer en mí. Por eso, decidí bajar a la cocina y echar un vistazo.

Una vez estuve en la cocina, empecé a rebuscar por los armarios, cajones y por la nevera, pero encontré de todo menos comida. Decepcionado, decidí acercarme al salón para ver, si por suerte, papá hubiera dejado algo de dinero para poder encargar algo.

El hermano de Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora