Capítulo 7

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-Sí. Bueno, el motivo de por qué te he dejado sola es que tenía que ir a comprar algo.
-¿Tan importante era que me has dejado sola con un desconocido?
-No es un desconocido, es Jeremy, un viejo amigo que me ha ayudado a entretenerte.
-¿Y todo esto para comprar algo? Ross, me he asustado, pensé que quería algo de mí.
-Olivia... Tengo que preguntarte algo.
-Dime.
-¿Quieres... casarte conmigo?
-¡¿Qué?! ¡Tú estás loco! ¡Muy loco! ¡Tenemos diecisiete años, Ross!
-Puedo esperar.
-Mira, necesito descansar, y... A eso no puedo contestar ahora, lo siento.
-Está bien, recuerda, te quiero.

Me fui a casa, todo esto me estaba matando. ¿Casarme? ¿Ahora? Es en lo último que pensaría en este momento.
Pero, aunque quiero a Ross, muchísimo, no podría casarme con él ni con dieciocho años. No sé si sería el indicado. Ahora mismo esto es solo un amor adolescente, o eso creo.
Y con el paso del tiempo me convertiré en un recuerdo. Y no hay nada más traicionero que un recuerdo.
Los recuerdos cambian porque lo hace nuestra visión del mundo, por muy nítidos que parezcan.
Son parecidos a la luna, con sus millones de cráteres huecos. En el momento en el que intentas acceder a un recuerdo, a una pequeña porción de esa luna inmensa, la memoria rellena espacios vacíos.
Y si llego a ser sólo un recuerdo para Ross, significa que no podríamos ser nada más, y es lo que no quiero, ser eso para él.

Pero, lo que me preocupa soy yo.
¿En realidad le quiero?

Al día siguiente le conté todo a Kira.
-¡Tía, dile que sí!
-No voy a aceptar si no quiero casarme.
-Tienes un año, hasta que cumplas dieciocho.
-No, no quiero casarme a tan temprana edad, tiene que pasar de los veinte por lo menos, y tengo que estar enamorada de verdad.
-¿No lo estás?
-No lo sé, últimamente estoy muy confusa. No se quién soy, no sé mi propósito de vida, ni si en realidad quiero a Ross... No sé nada.
-Tómate un tiempo. Empieza de cero con todo. Estudia lo que te guste, cambia de look, piensa en tu relación con Ross.
-No lo sé, quizá sea buena idea. Gracias, Kira.
-¿Para eso están las amigas, no?

Después, al llegar a casa, cené con mi madre y con Noah.

-Mamá, nunca te lo he preguntado por miedo a ver qué me dirias, pero... ¿Quién es mi padre?
-O-Olivia... Pues... Bueno, tu padre...
-Mamá, dímelo.
-Está bien. Cuando tú nacistes todo fue a mal, discutíamos, y apenas hablábamos de algo normal. Decidí que lo mejor era separarnos, y me fui sin decirle nada.
-¿Por qué? Imagina que te está buscando ahora mismo.
-No creo, él no es así, se habrá buscado a otra.
-Mamá, quiero verle, quiero saber quién es.
-No, eso sí que no, lo siento.
-¡Pero tengo derecho!
-Sí, y yo tengo el derecho que a tú te quedes conmigo, por lo menos hasta los dieciocho años, Olivia.
-No es justo.

Me fui a mi habitación.
Estaba enfadada.
Muy enfadada.
¿Sabes? Los seres humanos somos una especie extraña. Sumamente y magníficamente rara.

Hacemos daño a otras personas sin saber lo que nos conllevará después.
Eso llamado 'karma' puede que exista y que más tarde actúe.
Solemos esconder nuestros sentimientos sin saber el por qué, muchas de las veces que sonreímos son sonrisas falsas.
Dañamos con palabras y así podemos matar, pero seguimos haciéndolo sin saber el daño que podemos estar causando.
Pero, creas o no, alguien, fuese quién fuese, nos creó así.
Y a mi madre, no se quién la creó. Y quien haya sido, que cambie su mente, porque yo tengo derecho a conocer a mi padre.
Y si ella no me deja, entonces lo haré a mi manera.

Hola! qué tal andáis?
yo bastante bien, ya he acabado el curso😊
os quería decir que tengo una cuenta en instagram de textos y frases, todos mios➡ teddysteddys
seguidme ahí!

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2016 ⏰

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