Diez meses más tarde..
Habían pasado diez meses desde que _____ había entrado en coma, desde que permanecía tumbada en aquella camilla de hospital, sin realizar ningún tipo de movimiento, simplemente respirando por aquella maquina que era más ruidosa que los vecinos de mi nuevo piso. Me había mudado a Manhattan desde que después de un mes viendo como _____ no daba señales de despertarse, comencé a trabajar en un centro donde los niños con problemas de autoestima pasaban las mañanas y de vez en cuando las tardes. No recibía una gran cantidad de dinero, pero era lo suficiente, como para poder pagar el alquiler de aquel piso cerca del hospital donde la chica durmiente se encontraba. Los niños me alegraban mientras que pasaba día y noche esperando pacientemente agarrada de su mano a que se despertase, el maldito horario de visitas me tenía consumida, quería estar con ella a todas horas y aunque no estaba permitido, tras entablar una amistad con los enfermeros de aquella ambulancia donde comenzó todo pude, estar mas tiempo del permitido junto a _____. De vez en cuando me ayudaban a colarme por las noches para pasarlas con ella, ya que últimamente, me era imposible dormir sabiendo en las condiciones en las que ella se encontraba.
Mi vida dio un giro tremendo, durante todo este tiempo mi historia se había resumido en ganar dinero para poder tener un hogar y viajes de ida y vuelta a un hospital. Durante un largo mes, me dediqué a llamar a las chicas para que buscasen a Ariana y así conseguir denunciarla por haber robado las canciones que, _____ había escrito. Gracias a ese dinero pudimos pagar todas las necesidades de la pequeña y aunque lo hubiese querido Ariana, nunca decayó en ingresos, se mantuvo fuerte tras una "disculpa" en la prensa y todo esto solo me hacía preguntarme cómo podía existir este tipo de gente en el mundo. Estaba más cansada de lo normal, cada día que pasaba dormía menos y los niños me tenían completamente agotada, aunque algunos parecían considerados y me ayudaban a realizar algunas tareas.
Rick: ¿Estás bien? - me preguntaba el chico de 15 años sentándose a mi lado.
Rick era un chico con problemas familiares, sus padres no le trataban demasiado bien. Siempre discutían y aunque él trataba de no meterse en sus peleas, siempre acababa incluido en ellas. Era uno de los chicos más maduros del pequeño recinto, uno de los que más me ayudaban cuando lo necesitaba. Y aunque solo tenía 15 años, para mi ya era todo un hombretón.
Camila: Estoy un poco cansada la verdad.. - decía - Pero no te preocupes.
Rick: ¿Se sabe ya algo de _____? - preguntaba por la chica de la que había estado hablándoles todos los días.
Camila: No, sigue igual que siempre.. - suspiré - Chicos, - llamé la atención de todos los niños - vamos a hacer unos dibujos y quiero que os dejéis llevar. - expliqué dándole una hoja a cada uno de ellos.
Rick: ¿Yo también tengo que dibujar? - resopló quejándose.
Camila: Sí, tu también. - reí - Vas a ayudar a Marnie.. - señalaba a la niña más pequeña que trataba de agarrar el pincel de manera correcta.
Rick: Vale.. - resoplaba de nuevo.
Camila: Resopla otra vez y te las veras conmigo, Evans. - amenazaba bromeando al chico que me sacó la lengua en respuesta haciéndome reír.
Estar con los niños me hacía feliz, al menos una mínima parte de lo que lo podría haber estado. Siempre me imaginé en como podría haber sido compartir momentos como estos junto a ella, los recuerdos que habíamos impreso en pequeñas polaroids, permanecían dentro de una caja que miraba cada noche antes de tratar de conciliar el sueño en un intento fallido. Echaba de menos sus movimientos, sobre todo su sonrisa. El doctor siempre me respondía con suspiros cada vez que le preguntaba si se despertaría pronto y así fueron pasando los meses. Las chicas habían venido a visitarme varias veces, pero al final del día cada una pertenecemos a un hogar diferente.. Echaba de menos mi vida, la vida que tenía años atrás, quería volver a aquellas peleas tratando de hacer un café, a fingir no saber donde se encontraban mi calcetines de la suerte, echaba de menos quedarme encerrada con ella en los camerinos, echaba de menos despertarme con sus patadas desde la cama de abajo.. La echaba de menos.
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Polaroid || Camila Cabello & Tu
Fanfic"Sesenta segundos" Ella decía que si parabas los recuerdos y conseguías congelarlos en una fotografía, ellos nunca podrían escapar. "Nuestros recuerdos vivirán siempre en una polaroid" - me dijo No copias, no adaptaciones.