Me descubrí, soy quien quiero ser, ella me enseñó quién debo ser, por mí; por ella, por todos.
No llegué a su lado de la mejor manera, pero a pesar de tanto se las arregla para enamorarme a diario, sólo tenerla es lo mínimo que necesito para sentirme vivo, pero no le basta con sólo estar para mí; ella se vuelve parte de mi cuerpo, convertida en el reflejo de lo que no se expresar, mi lado positivo se realza, acaricia y realiza mi sueño, me alegra, me entristece; me incita a poner mis labios sobre su cuerpo, mis manos la acarician con demasía.
Juntos gritamos nuestro amor son sonidos y palabras mudas, se transforma en la extensión de mi alma y la expande hasta sumergir el lugar en el sentimiento, sin respetar dónde, cómo o cuándo...
No habla pero me doblega, ella es mía hasta que se entrega a mí y me enseña que soy yo quien le pertenezco.
Nunca me resiste a su hechizo, pierdo el pulso de mis manos, sufro arritmias cardíacas, mis ojos se cierran y termino derramando sobre su cuerpo toda mi energía vital.
Juntos y a solas no importa cómo siempre disolvemos problemas y pulimos errores.
En público alardeo nuestro avance y logros, y en el escenario siempre damos lo mejor de ambos.
Ella brilla con todo su esplendor, y yo, pues bueno, sólo me armo de valor y doy a conocer a viva voz nuestro querer, que producimos al unísono.
Es parte de mí, soy uno con ella, yo le amo y siempre le amaré, su nombre es:
FLAUTA TRANSVERSAL.
El titulo y la historia fue Inspirado sugerido por:
Luisa M aria Pulido Henrique.
15 de Febrero, 2016