El baile final

70 10 23
                                    

Entre las sombras del valle, una tercera figura entró en acción: la imponente presencia de una poderosa archimaga. Con una sonrisa maliciosa, se posicionó detrás de los magos oscuros y, sin dudarlo, desencadenó un poderoso hechizo. Levitando a los magos y estrellándolos contra el suelo con fuerza, se acercó con siniestra determinación hacia donde se encontraban las otras magas.

-Estabas tardando demasiado, Shi-mae. Pensé que nos iba a traicionar, comentó Dana con una mezcla de desdén y expectación.

-Prometí cumplir con mi palabra, y aquí estoy, respondió Shi-mae con una sonrisa desafiante. -Y parece que he sido de gran ayuda.

-No diría que tanto, murmuró Dana, observando cómo los magos oscuros se levantaban una y otra vez después de cada golpe de Shi-mae. La archimaga elfa frunció el ceño, sus ojos oscuros desafiando al mal que enfrentaban. Sin titubear, lanzó un hechizo peculiar que rodeó a los magos oscuros con chispas brillantes. Pronto, los magos comenzaron a moverse de manera extraña, como si estuvieran bajo un hechizo.

Entonces, comenzaron a entonar en un coro extraño: "Ya esta, ya llego, es la patrulla canina, ya esta aquí ya llego, es la patrulla canina, vamos todos a una..."

Shi-mae había conjurado el "Baile Final", un hechizo de gran potencial pero oscuro en la naturaleza. Aunque parecía una broma, en realidad controlaba las mentes de los magos, forzándolos a realizar un baile que, con el tiempo, los llevaría al agotamiento total y, eventualmente, a la muerte. La ambición de Shi-mae no tenía límites, y no se conformaba con menos que el control absoluto.

Mientras los magos oscuros bailaban al ritmo de la macarena, las cuatro mujeres avanzaron hacia la entrada de la Torre. Sin embargo, se encontraron con una barrera mágica impenetrable. Dana y Shi-mae intercambiaron miradas de desconcierto.

-¿Quién ha sellado esto? ¿Es magia oscura?, preguntó Dana, con un dejo de temor.

-Es oscura, igual que la de ellos, respondió Shi-mae, señalando a los magos oscuros que bailaban. -Pero con un poder mucho mayor... es algo... inalcanzable.

En ese momento, surgió un fuerte viento, revelando la figura de un dragón dorado que se acercaba a ellas. Sin pensarlo dos veces, intento lanzar una llamada contra la puerta, pero las llamas se extinguieron al llegar a ella.

-No funciona así, Kai, intervino Dana, acercándose al dragón y acariciando sus escamas para calmarlo.

La joven aprendiza, Lis, finalmente liberó todas las emociones que había estado reprimiendo. Con lágrimas en los ojos, expresó su confusión y su desesperación por encontrar respuestas. Iris, buscando consolarla, la abrazó con cariño, compartiendo su propio dolor y frustración.

-Lis, no te preocupes. Encontraremos respuestas juntas. Encontraremos a todos, dijo Iris, tratando de infundirle esperanza.

Pero la respuesta de Lis fue impulsiva y llena de frustración. -No me sirve eso ahora. Necesito respuestas ahora, exclamó, desesperada.

Dana tomó las manos de Lis, buscando transmitirle calma y proporcionarle las respuestas que tanto anhelaba.

-Lis, ese poder que tienes, aunque aún no lo comprendas... dijo Dana, pero fue interrumpida por la joven.

-¿Por eso intentaban robármelo?, preguntó Lis, buscando comprensión.

Pero la señora de la Torre negó con la cabeza. -No pueden acceder a tu poder porque es innato. Pero tenerte a su merced les permitiría lograr lo que sea que busquen.

-¿Mi poder? ¿Pero cuál es mi poder?, inquirió Lis, con una mezcla de confusión y determinación en su voz.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Crónicas de la Torre: LisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora